Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos
El 28 de agosto [de 2007] el régimen de la Autoridad Palestina (AP) respaldado por Estados Unidos decidió cerrar 103 organizaciones benéficas en Cisjordania [1].
La mayoría de estas modestas sociedades se dedican activamente a apoyar a los sectores más empobrecidos del pueblo palestino con dinero y alimentos para ayudarles a sobrevivir a las represivas medidas israelíes, como los prolongados toques de queda, bloqueos y el paro impuesto.
Las organizaciones benéficas también echan una mano a las familias pobres en las que quien sustenta a la familia ha muerto o está encarcelado por los ocupantes israelíes por participar en la resistencia o en la oposición política a la ocupación.
A pesar de que las autoridades de Ramala lo han negado ostentosamente, todo el mundo cree que estas medidas draconianas son un mensaje de conformidad con las instrucciones dadas en este sentido desde Washington exigiendo insistentemente el desmantelamiento de estas organizaciones y de instituciones similares para debilitar a Hamas y minar su popularidad.
Es verdaderamente lamentable ver al régimen de la AP esforzarse por hacer el juego al ejército de ocupación israelí en su represión contra la población palestina.
De hecho, el propio ejército israelí, que controla cada ciudad, pueblo, aldea y campo de refugiados en Cisjordania en realidad se había abstenido de tomar una medida tan radical. De ahí que podamos preguntarnos si el objetivo primordial del cierre generalizado de estas organizaciones no es sino demostrar a los ocupantes israelíes que el gobierno de Ramala puede perfectamente»hacer el trabajo» en nombre de Israel.
Es verdaderamente difícil imaginar que esta estúpida y dura proeza, que ha provocado el asombro incluso de los israelíes, pueda tener algún propósito constructivo. Después de todo estas organizaciones benéficas mejorar el bienestar de muchas personas pobres que de otra manera constituirían un enorme ejército de mendigos en las calles y callejones de la Palestina ocupada.
Así pues, ¿desea el gobierno no electo de Fayad que estas personas se conviertan en una presa fácil del Shin Beth [2], que los alimente o dé unos pocos shekels a cambio de reclutarlos como informantes, agentes, quitacolumnistas y traidores que actúan contra los intereses de su propio pueblo?
¿No sería ésta la consecuencia última de semejante acto cruel? De no ser así, el primer ministro israelí Ehud Olmert no habría agradecido públicamente y con enorme entusiasmo al presidente de la AP, Mahmoud Abbas, por este cierre cuando se reunió con él en Jerusalén este el 28 de agosto.
Los expertos en mendicidad en Ramala no sabían cómo justifica esta medida. ¿Afirmaban que estas organizaciones de beneficiencia no tenían los permisos en regla y que sus directores no presentaban informes regulares detallando sus finanzas?
Bueno, ¿presentó Suha Arafat un informe detallado sobre el estado actual de sus finanzas ? ¿Lo hizo Muhamed Rashid? ¿O Nabil Amr? ¿O Jamil y Jamal Tarifi? Es más, ¿presentó Muhammad Dhalan un informe detallado de sus finanzas?
Los señores Abbas y Fayad tienen que contestar a estas preguntas hoy, no mañana, y sin evasivas ni metiras.
Además, ¿de qué leyes están hablando estos corruptos ignorantes? ¿De qué demonios están hablando? ¿Son tan ciegos que no ven los tanques y jeeps de la ocupación israelí desplegados justo debajo de sus dormitorios? ¿Creen realmente que tienen un Estado soberano?
Así pues, Sr. Fayad, díganos: ¿se supone que tenemos que obtener el permiso del régimen israelí que es igual que el nazi para ser capaces de alimentar a los niños que se mueren de hambre en Hebrón o a una viuda que se muere de hambre en Nablús? ¿Tenemos que obtener un permiso israelí para comprar un sencillo equipo escolar a un niño de Dura cuyo padre languidece desde hace años en el campo de concentración de Kitziot en pleno desierto de Negev, sin estar acusado y sin juicio? ¿Tenemos que obtener un permiso israelí para ayudar a una novia huérfana a tener una boda digna porque su familia es demasiado pobre para pargar los gastos ?
No hay necesidad de decirlo: un gobierno que atormenta a su propio pueblo, de manera consciente y deliberada, en favor de su enemigo es un gobierno traidor por excelencia.
Durante la Segunda Guerra Mundial los nazis crearon los llamados «Consejos Judíos» o Judenrate, para llevar a cabo políticas y decretos nazis concernientes a las comunidades judías. Los Judenrate creían que estaban ayudando a los judíos persegidos a sobrevivir a la dura situación de persecución sistemática de los judíos. Sin embargo, con el paso de los días quedó perfectamente claro que los Judenrate estaban siendo utilizados por los Nazis como un mero instrumento para llevar a cabo los objetivos genocidas del Tercer Reich.
De manera similar, el gobierno de la AP puede engañarse a sí mismo pensando que está sirviendo a los intereses nacionales del pueblo palestino complaciendo y aplacando a Israel y a su aliado guardián, Estados Unidos. Sin embargo, todo palestino debería tener claro que el papel tan fiel y entusiastamente desempeñado por el régimen de Ramala sirve únicamente a la estrategia sionista fundamental de debilitar y matar de hambre al pueblo palestino para quebrar su voluntad colectiva de sobrevivir a los planes genocidas de Israel.
¡Dios mío!, ¿cuándo despertarán de su sueño estos estúpidos ignorantes?
[1] N. de la t.: La mayoría de estás organizaciones pertenen oficiosamente a Hamas.
[2] N. de la t.: El Shin Beth es el servicio de inteligencia y seguridad general interior de Israel.
Enlace con el original:
http://www.palestine-info.co.uk/en/default.aspx?xyz=U6Qq7k%2bcOd87MDI46m9rUxJEpMO%2bi1s7cwBq%2b4qSP9fHVq3YtqcRhBxHzPBPXlBKWjrNkx1DbqhHjSjoJki%2bRkHVViFU4ijRWRJpFsMZfsq9IDYPMrfLchFVCbrdf1XbeLo%2bVzB9W8Y%3d