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Las reivindicaciones palestinas ausentes en Annapolis

Negociando de rodillas

Fuentes: Democracy Now!

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Israel y la Autoridad Palestina han acordado que lanzarán de inmediato negociaciones de paz con el objetivo de lograr un tratado completo para fines de 2008. Pero Israel ya ha dicho que retardará las conversaciones sobre temas esenciales, incluyendo el estatuto de Jerusalén, las fronteras de un Estado palestino, el futuro de asentamientos judíos en Cisjordania y la suerte de los refugiados palestinos. Hablamos con Mustafa Barghouti, legislador y activista por la democracia palestino independiente, ex ministro de información de la Autoridad Palestina, que en 2005 fue candidato a presidente y terminó segundo, por detrás de Mahmoud Abbas. Y con Daniel Levy, ex negociador israelí que ha servido de consejero a los gobiernos de Ehud Barak e Yitzhak Rabin. Actualmente es miembro sénior de la Iniciativa por la Política de Oriente Próximo en la New America Foundation.

TRANSCRIPCIÓN NO EDITADA

AMY GOODMAN: Mustafa Barghouti, ¿cuál es su reacción ante la cumbre en la Academia Naval de EE.UU. en Annapolis?

MUSTAFA BARGHOUTI: El único resultado oficial es la declaración conjunta, y en esa declaración, la delegación palestina no presentó ninguna de las reivindicaciones palestinas. Básicamente, la delegación palestina, por ser muy débil y con fuertes dudas sobre su representatividad, hizo una concesión tras la otra. Y de todo lo que prometieron al pueblo palestino, no lograron nada. No mencionaron el tema de Jerusalén; ni el tema de las fronteras, ni la congelación de los asentamientos, que hemos estado pidiendo. Y básicamente, todo el documento y todo el resultado de la reunión han satisfecho prácticamente todas las necesidades o exigencias israelíes. Lo que Livni prometió ha tenido lugar, o sea que la seguridad tenga prioridad antes de las negociaciones, y que se convierta en una condición para negociaciones. Lo que es más drástico es que después de todo: esta gran reunión y todos estos gastos para una tal conferencia, o reunión, todo lo que obtenemos es el mismo mapa de ruta que hubo en 2003 y que nunca fue implementado.

Y a mi juicio, lo que sucedió es muy arriesgado, porque en lugar de discutir los verdaderos problemas, el lado israelí logró movilizar al lado estadounidense; marginar completamente al Cuarteto, que desde ahora no juega ningún papel; ignorar por completo y omitir toda mención de la base y la referencia para negociaciones, como ser las resoluciones de la ONU, decisiones de Naciones Unidas –

AMY GOODMAN: El Cuarteto es – Mustafa Barghouti, el –

MUSTAFA BARGHOUTI: – todo que se solía mencionar, como el derecho internacional, el derecho humanitario internacional. Todo fue descartado. La única referencia que queda es lo que los israelíes aceptan y lo que no aceptan. Y todo el tema se convierte en cómo la Autoridad Palestina será transformada para que se convierta en un subagente de seguridad para la ocupación. Y eso es una condición. Si la Autoridad Palestina no la cumple, y hacerlo es objetivamente imposible, no habrá progreso en ningún terreno. A mi juicio, es algo muy peligroso. Y es realmente bastante peligroso que los israelíes hayan logrado conseguir todo lo que quieren sin ningún equivalente.

AMY GOODMAN: El hecho, Mustafa Barghouti, de que Arabia Saudí haya aparecido por primera vez en este tipo de cumbre con Israel, ¿una reunión pública?

MUSTAFA BARGHOUTI: No es por primera vez, a propósito. Esto de nuevo ha sido exagerado. Arabia Saudí asistió a la primera conferencia internacional, la Conferencia de Madrid – en Madrid, lo siento.

AMY GOODMAN: En 1991.

MUSTAFA BARGHOUTI: En 1991. Y estuvieron presentes allí. Y Arabia Saudí fue decisiva en la presentación de la iniciativa árabe, que preparó un plan muy detallado de cómo podría lograrse la paz, especificando sobre todo que Israel debe terminar con la ocupación de territorios palestinos y territorios árabes, y a cambio Israel obtendría el reconocimiento pleno y la paz total con todos los países árabes. Por desgracia, esa iniciativa árabe ni siquiera fue mencionada. Y los saudíes dijeron que fueron con muchas dudas. Y estoy seguro de que asistieron porque no querían antagonizar a EE.UU. Pero creo que los países árabes probablemente saldrán de esa conferencia muy mal por el modo como fueron tratados, porque se ignoró la iniciativa árabe. Y sé que los israelíes lo consideran como un gran logro, porque piensan que ahora se les da luz verde para la normalización con los países árabes sin resolver el problema palestino. Pero a mi juicio, sabe, los palestinos han hecho un gran compromiso. Los árabes han apoyado ese compromiso, que es la solución de dos Estados. Los palestinos han aceptado tener un Estado en menos de la mitad de lo que les fue asignado en las resoluciones de Naciones Unidas en 1947. ¿Y ahora qué obtienen? El Mapa de Ruta. Sabe, llega un punto en el que no se puede comprometer aún más el compromiso. Y lo que sucedió en Annapolis fue básicamente, a mi juicio, un gran golpe contra la posibilidad de una paz basada en la solución de dos Estados. Y podría ser la última oportunidad.

AMY GOODMAN: Daniel Levy, ¿su reacción?

DANIEL LEVY: Temo que haya escuchado sólo el final de los comentarios de Mustafa.

AMY GOODMAN: Bueno, uno de los temas principales de los que habló es que básicamente Israel se salió con la suya en esta conferencia, y también consideró que el equipo negociador palestino fue muy débil.

DANIEL LEVY: Primero, pienso que el equipo negociador palestino tenía malas cartas. Ante todo, existe la realidad estructural del conflicto, del que Mustafa, desde luego, sabe más que yo, que es el desequilibrio entre el ocupante y el ocupado. Cuando el poder externo que convoca a la conferencia también está históricamente más cercano al ocupante, entonces, por cierto, se tiene realmente todo un proceso que carece de sincronización.

Pienso que Mustafa, a ese respecto, se refirió al Cuarteto. Vea, el Cuarteto fue una oportunidad de corregir ese desequilibrio, de cierto modo, y de tener a la comunidad internacional, junto a los estadounidenses, lo que daría al asunto no sólo más legitimidad internacional, sino otro marco. Y pienso que ayer, leyendo entre líneas, fue casi la muerte del Cuarteto, porque todo el seguimiento y todo el control serán exclusivamente dirigidos por EE.UU.

AMY GOODMAN: Y sólo para aclararlo: el Cuarteto es la Unión Europea, Naciones Unidas, Rusia y EE.UU.

DANIEL LEVY: Ciertamente. Tal vez pueda tranquilizar un poco a Mustafa en cuanto a los periódicos israelíes de esta mañana. Los periódicos israelíes no lo celebran como una gran victoria para el primer ministro Olmert, y se concentran más en la – esto no fue normalización. Y creo que en eso Mustafa tiene razón. Hubo un elemento prematuro en la reunión de todos para algo que sólo era el comienzo del comienzo de nuevas negociaciones.

Lo que posiblemente sea positivo es que de esas conversaciones haya salido un ímpetu. Pero lo negativo, como dice Mustafa, – y estoy de acuerdo con él – es que no se puede hacer una conferencia como ésta todas las semana, ¿verdad? Así que si se reúne este tipo de conferencia y no sale nada serio de ella, entonces quedamos en un lugar que es incluso peor, no sólo porque se han generado esperanzas y destruido expectativas, sino también porque los que escuchan esto piensan: «Oh, sabe, esta gente se ha estado matando durante miles de años. Seguirán haciéndolo. ¿Por qué nos íbamos a meter en eso?» Y todos pierden la fe y dejan de creer. Y es algo netamente negativo.

Yo argumentaría que eso significa que tenemos que hacer todo lo posible, a pesar de que las probabilidades no son muy buenas. Tenemos que hacer todo lo posible por tratar de convertir esto en un proceso que funcione. Estoy de acuerdo en que es muy difícil y que el papel de liderazgo jugado por EE.UU., tendría que ser radicalmente diferente de lo que ha sido durante los últimos siete años.

AMY GOODMAN: Uno de los otros temas mencionados por Mustafa Barghouti fue la marginación del acuerdo de la Liga Árabe. ¿Por qué tarda tanto para que se actúe a favor de un Estado palestino, Daniel?

DANIEL LEVY: Ciertamente. Y pienso – déjeme hablar como israelí y como antiguo responsable israelí. Pienso que hemos llegado al «sí.» La iniciativa árabe significa que Israel obtenga el reconocimiento que ha ansiado desde su establecimiento y creación. Mustafa tiene razón: En 1991, en la Conferencia de Madrid, todos estuvieron presentes. La gente olvida que en 1996 hubo una cumbre en Sharm el-Sheikh, a la que asistieron los Estados árabes, junto a Israel y el presidente Clinton. Así que hemos estado construyendo y construyendo, y en 2002, ahí lo tenemos: una iniciativa formal de la Liga Árabe ofreciendo plenas relaciones normales a cambio de un intercambio amplio de tierra por paz. Ése habría sido el momento del «sí» para Israel.

De cierto modo, nos hemos arrastrado durante los últimos cinco años, en parte porque Ariel Sharon era primer ministro, y no pienso que haya tenido alguna intención de hacer la paz, en parte porque el presidente Bush era presidente de EE.UU., y no hizo ningún esfuerzo en absoluto por convertir esa iniciativa árabe en un proceso de paz factible. El desafío para Israel – y, a propósito, pienso que a pesar de todos sus detractores y de toda la realidad en el terreno, que no creo que Olmert haya hecho algo significativo por mejorar, pienso que el primer ministro israelí habló ayer en términos muy empáticos y sinceros, y le doy un cierto crédito por haberlo hecho. Pero el verdadero desafío es, ¿puede Israel abrazar esa oferta y decir sí a las líneas de 1967, de hecho, un 78% de la Palestina del mandato?

AMY GOODMAN: ¿Qué interés tiene Israel en el rechazo del acuerdo?

DANIEL LEVY: Ya sabe, Amy, quisiera podérselo decir y darle una buena respuesta. Mi mejor respuesta a eso es que hay grupos dentro de Israel que no son inconsecuentes, que son territorialistas de la Gran Tierra de Israel, que creen que ésta es su tierra dada por Dios. Tenéis vuestros propios fundamentalistas religiosos en este país. Es un segmenyo, y son bastante efectivos en lo político, y los primeros ministros tienden a preocuparse cuando se les oponen. También tenéis vuestros halcones de la seguridad, que siempre encontrarán el motivo de seguridad por el que, incluso si hacemos un compromiso un día, no podremos hacerlo mañana, y tenemos que quedarnos por nuestra seguridad. En 2007, creo que es ridículo que vengan a decirme que necesito un monte en Cisjordania para mi seguridad.

Pero existe una tercera razón, que es que Israel, en lugar de volverse a su amigo EE.UU. y que ese amigo diga: «Oíd, muchachos, esto es de vuestro interés, es de nuestro interés, hagámoslo,» EE.UU. normalmente dice: «Si queréis continuar con vuestra demencial política autodestructiva de ocupación, no podéis esperar que la cambiemos en vuestro lugar. De hecho continuaremos apoyándoos.» Es como un borracho que se vuelve hacia su amigo y el amigo le da otra botella de vodka y luego le pasa las llaves del coche.

AMY GOODMAN: Mustafa Barghouti, responda a lo que ha dicho Daniel Levy y también respecto a lo que está ocurriendo en el terreno ahora mismo en Cisjordania y Gaza y al hecho de que Hamas no fue incluido, lo que eso significa.

MUSTAFA BARGHOUTI: Bueno, ante todo, permítame que diga que casi estoy de acuerdo con la mayor parte de lo dicho por Daniel. Pienso que ambos estamos de acuerdo porque los dos vemos que en este caso no se trata sólo de la pérdida de una oportunidad, sino de la muerte de una oportunidad.

Originalmente, Israel ocupó los territorios palestinos y árabes en 1967, y desde entonces ha estado afirmando que quiere la paz y que el territorio puede ser intercambiado por la paz. Los palestinos hicieron su acuerdo. Hicieron su compromiso aceptando un pequeño Estado ínfimo en Cisjordania y Gaza como solución. Y los árabes han hecho el acuerdo, el compromiso, y dijeron que si Israel termina con la ocupación tendrán paz con Israel. Lo que vemos hoy es una retractación israelí de ese acuerdo. Lo que vimos en Annapolis es una situación en la que los israelíes dicen que la ocupación continuará, básicamente, y los estadounidenses dicen que eso está bien. Y en lugar de hablar de acuerdos finales que terminen con todos los elementos del conflicto, hablan de nuevo del Mapa de Ruta, que fue inventado en 2003, y que ha fracasado.

¿Qué significa esto? Significa que el Mapa de Ruta incluye dos puntos básicos en la primera etapa. El primero es que Israel debe congelar todas las actividades de asentamiento. Pero ahora los israelíes dicen que la congelación de las actividades de asentamiento no significa que se detenga el crecimiento de los asentamientos que ya existen, y ya hay 133 asentamientos en Cisjordania y en la Franja de Gaza construidos ilegalmente. Esas son colonias coloniales que son ilegales según el derecho internacional. Dicen: «Queremos continuar con su crecimiento, pero no construiremos nuevos asentamientos.» Bueno, no necesitan nuevos asentamientos, porque 133 ya son suficientes para destruir la opción y el potencial de un Estado palestino.

Del lado palestino, la primera etapa los obliga a proveer ciertas medidas de seguridad, que significarían simplemente que la Autoridad Palestina se debe convertir en un subagente de seguridad para la ocupación israelí. Es la primera vez en la historia de los seres humanos que gente que sufre la ocupación, que está bajo la opresión, que vive en un sistema de apartheid, tiene que proteger a su ocupante, que es Israel, que tiene la cuarta, probablemente la mayor fuerza militar del mundo, que es la más poderosa fuerza militar en la región, que tiene un arsenal nuclear mayor que Francia, una fuerza aérea mayor que la de Gran Bretaña, y que es definitivamente el cuarto o quinto mayor exportador militar del mundo.

Los palestinos no pueden cumplir con esa exigencia, y por eso están condenados al fracaso, porque convertirse en un subagente de seguridad para Israel es, en primer lugar, algo difícil de lograr, porque no tienen soberanía, no controlan las carreteras. La Autoridad Palestina ni siquiera puede mover a cien policías de una ciudad a otra, porque estamos bajo la ocupación. Por otra parte, si va lejos en la opresión de su propio pueblo, perderá por completo su legitimidad. Así que, a mi juicio, el Mapa de Ruta tiene que ver con colocar a los palestinos ante una misión imposible y luego utilizar eso como excusa para que Israel imponga su solución unilateral, que no es otra cosa que un sistema de apartheid.

Al hablar de eso y de la realidad en el terreno, permítame que mencione algunas cifras. Israel mantiene 562 puntos de control militares. No eliminó ni uno solo. Hay 610 puntos de control móviles que amargan la vida de la gente. No permite la libertad de movimiento. Impide la libertad de la economía. Impide el acceso de la gente a la salud y la educación. Más que eso, Israel sigue construyendo el muro del apartheid, que tendrá tres veces la longitud del Muro de Berlín y que destruiría la contigüidad de los territorios palestinos.

Y además, en la vida diaria, lo que se ve es un sistema muy profundo de discriminación. En promedio, se permite que un palestino no utilice más de cincuenta metros cúbicos de agua por año, mientras que un colono ilegal israelí puede usar hasta 2.400. Tenemos que pagar el doble del precio por agua y electricidad. Y pagamos por nuestra propia agua, controlada por Israel. De 936 millones de metros cúbicos de agua en Cisjordania, Israel se apodera de 800 millones. Y si se toma el PIB, por ejemplo, el PIB israelí es ahora treinta veces superior al palestino. Al mismo tiempo, nos obligan a comprar productos al precio de mercado israelí, y estamos obligados por los acuerdos concluidos anteriormente a pagar a Israel nuestros impuestos, y luego Israel decide si podemos utilizar nuestro propio dinero para nuestras necesidades sanitarias o instalaciones educacionales o para pagar los salarios de maestros y doctores. No es otra cosa que un sistema de discriminación que sólo puede ser calificado de sistema de apartheid.

AMY GOODMAN: Quiero preguntar a Daniel Levy sobre su descripción, que no es sólo la suya, que compara la situación en Gaza y Cisjordania con un sistema de apartheid. Ayer, Daniel Levy, transmitimos un discurso en Boston del antiguo arzobispo sudafricano Desmond Tutu. Se le retiró la invitación de la Universidad Saint Thomas en St. Paul por hacer comparaciones con el apartheid, pero fue vuelto a invitar a hablar a esa universidad. ¿Lo llamaría usted un sistema de apartheid?

DANIEL LEVY: Bueno, supongo que alguna gente podría esperar ante esta situación que yo, como israelí patriótico, rechace esa comparación y que explique que, a pesar de nuestras mejores intenciones, Israel ha sido obligado a esta ocupación, que no hay nada que quisiéramos más que terminar con ella. No lo voy a hacer, porque no voy a defender los asentamientos y la ocupación, precisamente porque soy un israelí patriótico. Y para mí, la lucha por la palabra descriptiva de si se trata de apartheid o no – y muchos israelíes también utilizarían esa terminología – es menos importante que decir que tenemos que terminar con esa ocupación, que tenemos que terminar con los asentamientos. Y como israelí patriótico, no voy a defender algo que va tan en contra el interés nacional de Israel, precisamente como me imagino que mucha gente diría: «Soy un estadounidense patriótico, por eso pienso que esta guerra en Iraq o el bombardeo de Irán serían un desastre total para EE.UU., y eso me convierte en más patriota que la gente que me diga: no, tienes que apoyar a los militares, etc.»

Mustafa, con o sin el término – todo lo que digo es que pienso que el debate puede a veces ser una distracción, porque pienso que lo importante, en especial, es la ecuación que hizo Mustafa, la que, por algún motivo, a la gente le cuesta verdaderamente comprender. Y ayer vimos, como dijo, una repetición de la misma ecuación, que es que de alguna manera, bajo condiciones de ocupación, los palestinos proveerán a los israelíes una seguridad total. Ahora bien, numerosos israelíes son suficientemente maduros y lo han vivido durante suficiente tiempo, como para no comprender que eso es una tontería, que la ocupación y la seguridad no van juntas. Seguro, nos gustaría ver más seguridad, incluso cuando buscamos un proceso de paz. Y ciertamente, un Israel posterior a la ocupación sería absolutamente seguro y viviría en paz, y no habría ningún problema de uso de violencia por parte de sus vecinos.

AMY GOODMAN: Daniel Levy, usted ha estado viviendo en Washington, D.C. ¿Puede hablar del clima que prevalece aquí? Como dijo, ésta fue una iniciativa de EE.UU., esta cumbre en Annapolis. ¿Cuáles son las fuerzas, las presiones sobre el gobierno de Bush? ¿A quienes responden? ¿Piensa que hay menos debate en este país que en Israel?

DANIEL LEVY: Bueno, hay menos debate. Quiero decir, todos acumulan constantemente elogios sobre la vibrante democracia que es Israel, y tienen razón. Quiero decir que es una de las cosas que amo más en mi país. Pero deseo que al acumular esos elogios, la gente fuese tan abierta, autocrítica e inquisitiva como nosotros sobre todo lo que sucede allí. En casa, para dar sólo un ejemplo, mire las páginas de Haaretz de hoy. El principal editor del exterior de Haaretz dice que lo más importante que debe suceder ahora serían negociaciones de unidad palestinas entre Fatah y Hamas.

Y sé que Mustafa sabe que no son las únicas facciones, y respeto su iniciativa Mubadara, pero pienso que a veces es demasiado fácil decir que existe un monolítico lobby en este país que asfixia el debate. No pienso que responsables públicos elegidos en EE.UU. o el público estadounidense en general, puedan salvarse tan fácilmente; si me permite que lo diga, pienso que todo estadounidense tiene el derecho y la capacidad de decir lo que piensa sobre estos asuntos, que piensan que no le estamos haciendo a EE.UU. ningún favor, a Israel ningún favor, y ciertamente ningún favor a los palestinos, al no poner ante todo el hecho de que necesitamos una paz ahora que se base en un fin de la ocupación.

Sí, el gobierno de Bush tiene un electorado republicano judío derechista que es muy derechista, y se escucha hoy el lenguaje de los candidatos. Tenéis a la derecha sionista cristiana fundamentalista que en realidad, son de muchas maneras, más agresivos que las organizaciones nacionales judías en algunas de sus posiciones. Tenéis a los neoconservadores, quienes pienso que han sido el factor más desastroso. Pero del lado demócrata, quisiera ver a más gente que diga: «Oíd, no podemos seguir con esta guerra basada en la narrativa del terror. No podemos seguir como si no hubiera pasado nada.» La mayoría de los judíos estadounidenses están con nosotros en esto. Tenéis grandes organizaciones: Israel Policy Forum, Americans for Peace Now, Brit Tzedek v’Shalom. Y debiéramos apoyar a esas y otras iniciativas para tratar de decir que ésta es la alternativa a la política actual; no más de lo mismo, que es por lo menos lo que, por desgracia, expresan algunos de los candidatos demócratas.

AMY GOODMAN: Mustafa Barghouti, vamos a terminar con sus palabras. También quiero preguntarle sobre los prisioneros, más de 400 prisioneros liberados antes de estas conversaciones por el gobierno israelí – su reacción al respecto.

MUSTAFA BARGHOUTI: Bueno, se trata de otra broma o declaración engañosa, que Israel vaya a liberar 432 prisioneros. La mitad de ellos ya han terminado la mitad de su condena. Un tercio ya ha terminado dos tercios de sus condenas. Pero lo más importante es que durante el mismo período, Israel ha arrestado a 1.650 nuevos prisioneros. Desde enero, hasta ahora, Israel liberó 900 prisioneros, – incluyendo a los 432 que liberará esta semana. Pero durante el mismo período, Israel arrestó a 3.750 nuevos prisioneros palestinos. Así que el número total de prisioneros está aumentando. Y ahora tenemos a 11.500 prisioneros en las cárceles israelíes. En su mayoría son prisioneros políticos, incluyendo a noventa mujeres, incluyendo a 350 niños que son mantenidos en la cárcel, incluyendo a muchos dirigentes, incluyendo a cuarenta y seis miembros de nuestro parlamento palestino.

Y nadie protesta contra eso. Quiero decir, me siento muy – es verdaderamente interesante que la gente hable de democracia, pero al mismo tiempo no se diga una sola palabra sobre el arresto por Israel de un tercio de los miembros del parlamento palestino.

Por otra parte, quiero hacer una aclaración. Cuando lucho por la libertad del pueblo palestino y lucho por terminar con este sistema de apartheid y esta ocupación, no me veo, a mí y a mis colegas, como gente que lucha sólo por los palestinos. Siento que he luchado también por los israelíes, porque un Israel que está creando un sistema de apartheid en el Siglo XXI no va a estar seguro, y un Estado israelí que crea el apartheid y continúa con la ocupación deja a sus ciudadanos con un sentimiento muy malo, porque no pueden sentirse orgullosos de ser el único apartheid del mundo en estos días. Y por eso pienso que la lucha que realizamos no es sólo por los palestinos; es por nuestra libertad, pero también es por su propia libertad, porque sólo cuando termine la ocupación y sólo cuando esta injusticia y la discriminación se acaben, los israelíes serán verdaderamente libres.