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El Foro de Abajo y el Foro de Arriba

Anatomía de una estafa

Fuentes: Rebelión

1. «… éste no es un acontecimiento tan importante, aunque sí muy revelador del mundo en el que vivimos y de los problemas del movimiento social global». Michael Warshawski, «Mikado», respondía así a una correspondencia amistosa sobre la liquidación del «Foro Social de Madrid por una Paz Justa en Oriente Medio» (al que llamaré en […]

1. «… éste no es un acontecimiento tan importante, aunque sí muy revelador del mundo en el que vivimos y de los problemas del movimiento social global». Michael Warshawski, «Mikado», respondía así a una correspondencia amistosa sobre la liquidación del «Foro Social de Madrid por una Paz Justa en Oriente Medio» (al que llamaré en adelante «Foro de Alcorcón») que debería haberse desarrollado entre el 14 y el 16 de diciembre en Madrid.

Creo que Mikado lleva razón en los dos aspectos: el «Foro de Alcorcón» ha terminado siendo un suceso insignificante y todos los que han tenido que ver con él procurarán que se olvide lo más pronto posible, aunque por razones opuestas: unos para ocultar comportamientos miserables, otros para pasar página de la frustración por las expectativas solidarias destruidas y poder dedicar sus esfuerzos a seguir luchando por la causa palestina.

Pero también es verdad que el «Foro de Alcorcón» constituye un buen revelador de la situación política internacional, de las turbulencias que se están produciendo en la izquierda política en el Estado español y de algunos de los problemas que tiene que afrontar la izquierda anticapitalista. Ésta es la razón para escribir esta nota.

No me parece necesario recordar con detalle los hechos principales. Contamos afortunadamente con un narrador que ha vivido los acontecimientos desde dentro y cuya lucidez y honradez no se atreve a cuestionar nadie (en público, quiero decir). Me basaré pues en tres artículos de Mikado [1] . Un breve resumen de los principales acontecimientos sí puede ser útil:

-El «Foro de Alcorcón» empezó a prepararse hace unos meses y el Ministerio de Asuntos Exteriores español se comprometió a financiarlo. La convocatoria partió del «Foro Social de Madrid» (en adelante, Foro de Madrid). Se asociaron a ella organizaciones sociales españolas y las más representativas organizaciones palestinas e israelíes que llevan años luchando por una paz justa, «basada en la realización de los derechos palestinos según aparecen definidos por las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, entre los que figura, obviamente, el derecho al retorno de los refugiados palestinos«, tal como afirma Mikado en uno de sus textos.

Una Declaración de Principios sancionó el acuerdo y fue la base para constituir un Comité Internacional, con el criterio de que las delegaciones de cada país fueran decididas en los propios territorios, sin ninguna interferencia.

Las organizaciones palestinas, israelíes y de otros países de la región confiaron en que estos compromisos se iban a cumplir porque, desconociendo las particularidades de política madrileña, creyeron que el «Foro Social de Madrid« era una institución que respetaba los principios y los criterios del Foro Social Mundial y también porque confiaban en organizaciones sociales convocantes, confianza basada en muchos años de cooperación solidaria, incluso y especialmente en los muchas situaciones críticas que se han vivido allí en los últimos años.

Unos días antes de la realización del Foro, por órdenes que partieron del Ministerio y fueron ejecutadas disciplinadamente por personas a su servicio, particularmente el coordinador del Foro de Madrid, se pretendió imponer la incorporación al Comité Internacional de representantes de organizaciones dependientes del gobierno israelí, que no aceptaban la Declaración de Principios del «Foro de Alcorcón» y que llaman «paz justa« a una situación en la que se mantendría la ocupación israelí y se negaría el derecho al retorno de los refugiados palestinos.

Se trataba de una ingerencia manifiesta, contraria a las más elementales normas de la democracia, al espíritu y la letra del Foro Social Mundial, humillante para las organizaciones palestinas, israelíes y de otros pueblos de la región [2] , y para las organizaciones españolas leales con los principios del Foro. En buen castellano: una estafa.

La imposición no logró sus objetivos y el «Foro de Alcorcón» fue liquidado por el Ministerio, el sábado día 15 por la mañana.

Desde entonces se han difundidos numerosos textos, análisis y comunicados criticando duramente al Ministerio de Asuntos Exteriores [3] o defendiéndolo con uñas y dientes, utilizando sin escrúpulos argumentos pretendidamente pacifistas y hasta internacionalistas, que comentaré más adelante.

2. No cabe duda de que el fracaso del «Foro de Alcorcón» se debe fundamentalmente a una ingerencia del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Pero, ¿sólo una «ingerencia«? Si tomamos la palabra al pie de la letra, podría interpretarse como una decisión brusca, un golpe de timón decidido sobre la marcha, a consecuencia quizás de la Conferencia de Annapolis. Es una posiblidad: pudiera ser que Exteriores, considerando el papel marginal desempeñado tanto en Annapolis, como en la inminente Conferencia de Donantes, decidiera convertir el «Foro de Alcorcón« en una muestra del apoyo de la «sociedad civil« a la nueva «Hoja de Ruta«, bajo patrocinio español. Pudiera ser, pero no es muy convincente.

Me parece más verosímil esta otra interpretación: desde el comienzo no se pusieron en marcha uno, sino dos foros: el de «abajo», visible, protagonizado por organizaciones sociales comprometidas seriamente con la causa palestina; el de «arriba», invisible hasta la fase decisiva, en el que toda la capacidad de decisión estaba en el Ministerio de Asuntos Exteriores. El «Foro de abajo» ignoraba la existencia del «Foro de arriba», pero éste conocía todos los avatares que ocurrían por abajo; cuando llegó el momento decisivo, tomó las riendas del asunto quien en realidad las había tenido en sus manos desde el primer momento, es decir, el Ministerio.

Esta interpretación permite entender un aspecto que llamaba la atención cuando empezó a hablarse del «Foro de Alcorcón»: ¿cómo era posible que el Ministerio de Asuntos Exteriores financiara un foro de la «sociedad civil» sobre una región clave de la situación internacional, organizado democráticamente, con la presencia de algunas de las figuras más destacadas de la lucha por los derechos del pueblo palestino, cuando con toda probabilidad las conclusiones de un encuentro como éste iban a ser muy críticas con la política española y europea en la región? Algunas organizaciones solidarias creyeron, pienso que ingenuamente, que esto era posible. Pero razonablemente, no lo era.

Hay aún una pregunta más inquietante: ¿cómo pudo creer el Ministerio que el «Foro de abajo», integrado por militantes honrados, en muchos casos con años de lucha tenaz a sus espaldas, habituados a sufrir y combatir maniobras de todo tipo en nombre de «la paz», «el diálogo», y todo lo demás, iba a terminar aceptando la imposición de reglas, criterios e invitados contrarios con las decisiones democráticamente adoptadas? ¿Se pensó quizás en que presiones económicas, en lugar oportuno, en el momento oportuno, construirían finalmente un «consenso» sobre los hechos consumados; que las organizaciones leales a la Declaración de Principios terminarían conformándose con unos minutos de opinión en una mesa redonda y un par de frases moderadamente críticas en la declaración final? Es posible: finalmente en el capitalismo neoliberal todo parece estar en venta y el poder, y los servidores del poder, llegan a creerse que pueden comprarlo todo. Si es así, los responsables de esta operación conocían muy mal el calibre moral y político de esa gente y esas organizaciones.

3. El Foro de Madrid, y su coordinador, han defendido su despreciable papel con un recurso habitual: utilizando palabras nobles para fines innobles. Ya lo decía ese gran teórico de la política profesional llamado Humpty Dumpty: el significado de las palabras no tiene importancia, «la cuestión está en quien es el que manda». Poderoso por procuración, el Foro de Madrid, y su coordinador, afirman que lo que han hecho es «defender la libertad de expresión, la paz y el diálogo».

Hace falta cuajo para criticar en nombre de la «libertad de expresión» a organizaciones y personas que llevan años luchando por poderla ejercer precariamente, jugándose para ello cosas más serias y respetables que una carrera política [4] . Es más hábil recurrir al «diálogo», porque es una expresión sensible para la izquierda, que evoca otros «diálogos» necesarios, por ejemplo, respecto al llamado «conflicto vasco».

Pero el diálogo, sin comillas, no ha tenido nada que ver con la liquidación del Foro. Las organizaciones impuestas por el Ministerio no venían a Madrid a «dialogar»: venían a mandar a la basura la Declaración de Principios y a convertir al «Foro de Alcorcón» en un apéndice social de Annapolis. Lo ha explicado muy bien Mikado: «los debates son parte integral de una arena política saludable» y se puede debatir con loa adversarios y con los enemigos. Lo que no se puede es contribuir a la estafa de convertir un Foro por los derechos del pueblo palestino en un Foro para legitimar Annapolis.

4. Dice John Berger que «aquellos que llamamos ‘perdedores’ saben cosas de la vida que nunca conocerán los ‘ganadores». Es el conocimiento que viene de la lucha, del compromiso militante, de la lealtad con las y los de abajo. Y de la memoria. Por estas razones, aunque el «Foro de Alcorcón» haya sido, a fin de cuentas, un «relativamente pequeño incidente» hay que guardarlo en memoria. Por entero: los hechos, las palabras, las personas. Los conocemos y nos conocemos mejor ahora. En este aspecto, el «Foro de Alcorcón» ha prestado un servicio a la causa palestina.

Porque después de este suceso hay una solidaridad, un compromiso y una amistad aún mas fuerte entre quienes mantuvieron su dignidad en defensa del «Foro de Abajo» y de una paz justa que merezca ese nombre.

21/12/07

Nota al margen. En este tipo de sucesos suele haber episodios patéticos. En esta ocasión le ha tocado el papel al POR, una secta irrelevante que se atreve a definirse como «tendencia marxista revolucionaria» que ha difundido un comunicado indescriptible política, intelectual y moralmente (puede leerse en Kaos en la red, 17/12/2007). Digo «indescriptible» porque a ver cómo se describe que este grupo apele a «la paz y la fraternidad internacionalista», para alinearse con el Ministerio de Asuntos Exteriores, critique a las organizaciones leales con la causa palestina por «sectarismo» (¡sic!) y «falta de madurez», considere que la defensa de los principios establecidos para la organización del Foro «nos retrotrae a las peores experiencias de censura del estalinismo y dictaduras»…y para qué seguir.

Marco Revelli comentando el curso de Rifondazione en Italia habla de aquellos que exhiben: «…el gusto de estar finalmente entre los cazadores y no entre los cazados; de poder finalmente participar en la partida de caza del realismo político, libre ya de la mordaza de un idealismo mal llevado». A escala micro, por ahí anda el POR.

En la firma de su comunicado, el POR añade «IV Internacional». Un amigo solidario desde siempre con la causa palestina me escribe: «Si la IV Internacional alberga a este tipo de gente, habrá que organizar la V». Le respondo que ese no es mi «albergue». Y para que pueda conocer la historia larga y dura, llena de heroísmo y también de miserias, le regalo el libro «Trotskismos» de Daniel Bensaid. Y escribo en la dedicatoria: «Aquí está la historia de mi modesto ‘albergue’ internacionalista. Vas a encontrar muchos errores. Pero nunca nos hemos equivocado de combate.»



[1] Dos de ellos accesibles en VIENTO SUR www.vientosur.info: «Annapolis. Conferencia de Guerra« y «No será una Conferencia en Madrid lo que acabe con nosotros, lo prometo« y otro en Rebelión: «Razones por las que no voy a participar en el Foro Social de Madrid por una Paz Justa en Oriente Medio« .www.rebelion.org/noticia.php?id=60481

[3] Además de los textos de Mikado, son especialmente recomendables la «Respuesta del Comité Coordinador de la Delegación Palestina al Foro Social de Madrid por su tergiversación de los hechos

¡No a una paz injusta!« y el texto de Sergio Yahni «La sociedad israelí no está dividida sólo entre

sionistas y no sionistas«, publicados en Rebelión, el 15/12 y 21/12 respectivamente.

Las posiciones de las organizaciónes españolas leales con los principios del «Foro de Alcorcón« están en sus web: www.acsur.org, www.sodepaz.org , www.pazcondignidad.org.

Los comunicados del Foro de Madrid no están su web; han circulado ampliamente por listas de correo de internet.

[4] Por cierto que, en este aspecto, no le va mal al «coordinador«. Acaba de ser nombrado responsable en la Presidencia Federal de Izquierda Unida de «Foros Sociales«. Ya sabíamos que a la dirección federal Izquierda Unida los Foros Sociales le importan poco y pueden encargárselos a cualquiera. Pero ¿significa este nombramiento un aval a las acciones perpetradas por el «coordinador« durante estos días? ¿hay que interpretarlo como un microsigno de la «nueva política« de Llamazares?