Jerusalén, 9 de enero. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, rechazó hoy la exigencia del presidente estadunidense, George W. Bush, de desmantelar los asentamientos ilegales en los reocupados territorios palestinos. Al comenzar una gira por Medio Oriente, Bush dijo además que confía en la capacidad de israelíes y palestinos para alcanzar la paz antes de […]
Jerusalén, 9 de enero. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, rechazó hoy la exigencia del presidente estadunidense, George W. Bush, de desmantelar los asentamientos ilegales en los reocupados territorios palestinos.
Al comenzar una gira por Medio Oriente, Bush dijo además que confía en la capacidad de israelíes y palestinos para alcanzar la paz antes de que termine su mandato, y reiteró que Irán es «una amenaza para la paz mundial».
Durante una conferencia de prensa conjunta en la residencia oficial de Olmert en Jerusalén, Bush exigió a su anfitrión el desmantelamiento de las colonias ilegales al señalar que éstas «deben de desaparecer».
Sin embargo, el premier israelí indicó que el estatus de los asentamientos israelíes en Jerusalén es distinto del de los territorios palestinos.
El tema es uno de los puntos cruciales en las negociaciones entre israelíes y palestinos, que piden a Israel la suspensión de nuevas construcciones en Jerusalén este y Cisjordania.
La extensión de barrios israelíes enteros, como Maale Adumin y Har Homa, corre el riesgo de quitar una amplia zona a los territorios palestinos al sur de la ciudad santa, separándola desde el norte de Cisjordania.
Olmert aseguró que «respetaremos nuestros compromisos en cuanto a las colonias salvajes. Exigimos que los palestinos respeten también sus compromisos de poner fin al terrorismo, y no solamente en Gaza», señaló.
«No tengo miedo de tomar decisiones difíciles. Estoy dispuesto a hacer concesiones dolorosas con tal que consigamos el resultado al que aspiramos: la seguridad para el Estado de Israel junto a un Estado palestino independiente y democrático. Es una ocasión que no podemos perder», declaró Olmert.
«Israel no tolera y no tolerará la continuación de estos ataques contra los civiles que viven en nuestras ciudades. No habrá paz antes de que cese el terrorismo», afirmó el premier israelí.
En una entrevista con el diario Jerusalem Post, Bush llamó esta semana a «deshacerse de las colonias salvajes» creadas sin la autorización de las autoridades israelíes.
Durante la conferencia, Bush consideró que «éste es un momento histórico y creo que en el interés de seguridad a largo plazo de Israel y en el interés de todos nosotros», tiene que concretarse la visión de los dos estados.
Olmert aseguró a Bush que su visita de ocho días a la región, ocurre en un momento «muy adecuado» para animar el proceso de paz que él y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, comenzaron el 27 de noviembre en la cumbre de Annápolis, en Estados Unidos.
A su llegada al aeropuerto Ben Gurion, donde fue recibido con honores militares, Bush ratificó que Estados Unidos seguirá siendo un aliado estrecho y garante «de la seguridad» de Israel.
De su lado, con pancartas que mostraron a Bush como un vampiro bebiendo sangre musulmana, miles de simpatizantes de Hamas protestaron en Gaza contra la visita del presidente estadunidense. Unos 20 mil miembros del grupo islámico, prendieron fuego a banderas de Estados Unidos e Israel.
Durante la jornada fueron lanzados unos 20 cohetes y obuses de mortero desde Gaza contra Israel, que causaron un herido, mientras tres palestinos murieron durante las operaciones israelíes en represalia.
En cuanto a Irán, Bush advirtió a esa nación con «severas consecuencias» si la flota de la marina estadunidense sufría nuevas agresiones, en alusión al incidente del pasado fin de semana en el estrecho de Ormuz, cuando cinco lanchas iraníes y tres buques estadunidenses estuvieron a punto de intercambiar fuego.
«Mi consejo es: no lo hagan», dijo Bush al tiempo que reiteró una vez más que Irán «es una amenaza para la paz mundial». Teherán podría «transferir fácilmente» los conocimientos nucleares con fines civiles a un programa militar, advirtió.
«Irán fue una amenaza, Irán es una amenaza e Irán seguirá siendo una amenaza si la comunidad internacional no se une», subrayó.
En este sentido, la república islámica acusó a Washington de «fabricar» un video difundido por el Pentágono sobre el incidente del pasado fin de semana en el estrecho de Ormuz.
«Las imágenes son antiguas combinaron la voz con imágenes de archivo», declaró un responsable del cuerpo de los Guardianes de la Revolución, que fue citado por la televisora iraní Al Alam, pero sin revelar su identidad.
La grabación de poco más de cuatro minutos, muestra dos lanchas iraníes hostigando a buques de guerra estadunidenses en Ormuz, estratégico para la navegación en esa importante vía marítima.
De su lado, el presidente del Parlamento iraní, Gholamali Haddadadel, rechazó las acusaciones de Estados Unidos y señaló que se trata de una «campaña de propaganda».
A todo esto, Estados Unidos impuso sanciones contra Ahmed Foruzandeh, un general iraní de las fuerzas de elite Qods, el canal de televisión Al Zawra, y contra tres iraquíes que viven en el exilio en Siria e Irán por fomentar la violencia en Irak.