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Cronopiando

Los españoles y su torpeza con los idiomas

Fuentes: Rebelión

Nadie ignora los tradicionales problemas que han tenido los españoles, no para hablar otras lenguas del estado, incluso, para pronunciar simplemente algunas palabras o nombres catalanes, vascos o gallegos. Excepciones al margen, que políticos españoles hay de los que se sabe hablan catalán en la intimidad, son innumerables los ciudadanos y ciudadanas de ese país […]

Nadie ignora los tradicionales problemas que han tenido los españoles, no para hablar otras lenguas del estado, incluso, para pronunciar simplemente algunas palabras o nombres catalanes, vascos o gallegos. Excepciones al margen, que políticos españoles hay de los que se sabe hablan catalán en la intimidad, son innumerables los ciudadanos y ciudadanas de ese país que, víctimas de una singular y lingüística torpeza, tanto debida a su ignorancia como a su soberbia, se muestran incapaces, por ejemplo, de pronunciar correctamente en catalán «Josep», o de referirse a Euskal Herría en otros términos que no sea «las provincias vascongadas».

Pero por suerte, esa contumaz resistencia a pronunciar correctamente un nombre en otra lengua que no sea el castellano, siquiera a intentarlo, va a ser muy pronto historia del pasado. Actualmente, las niñas y niños españoles, asiduos de la televisión y las computadoras, consumen con tanta generosidad terminologías extranjeras que, no dudo, se conviertan en expertos filólogos y acaben hablando catalán también en público.

Basta, para sospecharlo, atender la oferta publicitaria que conforma la programación infantil en la televisión y el cuidado que se presta al idioma castellano.

Hallowen, por ejemplo, es una buena ocasión para comprobarlo. No hay más que entrar al mundo Pocket y confirmar la finest quality de los Golden Grahams o de los Fun-Tubiz de Kellogs, capaces de otorgarte el power rangers en la mesa de un burger king y hacerte sentir como un verdadero king. O jugar un star-party en la consola de Wil Sport, mientras consumes Doo-wap o Doopy o Choko Drink, ahora con vitamins y dextrose, y te diviertes con el play-movil o el play station. Claro que, también, puedes entretenerte con el Fisker Price o con el horsebank-funk y siempre estarás a tiempo de un scoby dou y de volver a ver Spiderman-3 o Super Dog, ahora disponibles en pack. Y si la oferta no te interesa, cambias de canal y saludas a Emily Elizabeth que no parece una barbie girl, aunque antes de ser britz era kid, muy parecida a Lummy Land, y su gigantesco perro Clifford, o disfrutas los tracks de Caillou o de Mickey.

Y aún nos quedará Action-man para seguir jugando con Hot-wheels y los transformers.

Lástima que tanta lingüística apertura, podría ocurrir, termine por invertir el proceso y, en unos pocos años, lo que las niñas y niños españoles no pronuncien correctamente sea el castellano.