Fuerzas de seguridad del Gobierno de Gaza, en manos de Hamas, y de la Policía egipcia procedieron ayer a taponar los boquetes abiertos en la valla fronteriza de Rafah y derivaron todo el flujo de personas y mercancía hacia el paso de Salahe-ddin. De este modo, el Gobierno de Haniyeh logró un importante éxito diplomático […]
Fuerzas de seguridad del Gobierno de Gaza, en manos de Hamas, y de la Policía egipcia procedieron ayer a taponar los boquetes abiertos en la valla fronteriza de Rafah y derivaron todo el flujo de personas y mercancía hacia el paso de Salahe-ddin.
De este modo, el Gobierno de Haniyeh logró un importante éxito diplomático al pasar de ser un Ejecutivo que ningún agente internacional reconocía a negociar un acuerdo para garantizar la seguridad en la frontera con Egipto, uno de los pocos estados árabes que mantiene relaciones con Israel.
De hecho, una delegación de Hamas ha sido invitada mañana a El Cairo para discutir formalmente un acuerdo para gestionar la frontera. Ese mismo día, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, quien reclamó para sí la potestad de regular el paso fronterizo pese a que no gobierna en Gaza, también viajará a El Cairo para entrevistarse con los dirigentes egipcios.
El primer ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad, instó desde Ramallah a Hamas a que no interfiera en las negociaciones internacionales que «han conseguido abrir la frontera», con el argumento de que «existe una posición árabe unánime y un apoyo internacional sin precedentes».
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, por su parte, abogó por que el control de la frontera se deje en manos de la Autoridad Palestina.
«Abrir, de esta manera, la frontera era la única alternativa posible para Hamas, y, además, le ha permitido colocarse en el centro del juego político. Claramente, ha ganado una batalla ante Israel», señaló Yihad Hamad, profesor de ciencias políticas en Gaza.
En la misma línea, un dirigente de Hamas citado por la agencia France Presse, destacó que «la situación se había vuelto insostenible. Existía una presión inmensa y una única vía de salida: Egipto».
«Nadie en nuestro movimiento quería que la frontera estuviese del modo en el que se hallaba. Queríamos que el paso de Rafah estuviera regulado mediante un acuerdo oficial», añadió.
«Queremos que haya un paso fronterizo entre Egipto y Palestina, sin control israelí o presencia internacional», explicó el diputado de Hamas Salah al-Bardawi. «Esto es lo que vamos a plantearle directamente a Egipto», añadió.
Distintos analistas señalaron que la voladura de la frontera, registrada el 23 de enero, no fue un acto espontáneo, ya que la valla fue saboteada con sopletes antes de proceder a la colocación del explosivo que la derribó. Pese a ello, la versión oficial de Hamas es que el movimiento islamista no participó en esta acción, sino que fue fruto de la ira del pueblo palestino ante el bloqueo total al que se le estaba sometiendo.
En cualquier caso, Egipto se ha encontrado con una patata caliente que no sabe muy bien cómo gestionar. Mientras la principal fuerza de la oposición, los Hermanos Musulmanes, se han alineado con los miembros de Hamas, el Gobierno ha tenido que hacer frente a las presiones de EEUU -que, según al-Jazeera, llegó a retirar la ayuda a El Cairo- e Israel.
De este modo, aunque la Policía egipcia se vio impotente para impedir que decenas de miles de palestinos sometidos a un criminal bloqueo sionista saltaran la valla para comprar en la Rafah egipcia y en el-Arish los víveres que no existían en Gaza, los servicios de seguridad de El Cairo informaron ayer de que 3.000 palestinos fueron detenidos para impedir que abandonasen la península del Sinaí y se dirigieran hacia la capital o a otras ciudades egipcias del interior del país.
Así, se instalaron numerosos controles en todo el Sinaí, especialmente en las carreteras que llevan a Ismailiyah y Suez, puntos de salida desde esta península al interior del país.
«¿Qué pasaría si les hubiéramos encontrado cinturones con explosivos?», se preguntó el secretaria general de la Presidencia egipcia, Zakaria Azmi, durante una comparecencia parlamentaria, para justificar estas medidas.
De todos modos, el número de gazatíes que deseaban pasar a Egipto ha descendido considerablemente en los últimos días. Por un lado, el Gobierno de El Cairo obligó a los comerciantes de Rafah y el-Arish a cerrar sus establecimientos. Por otro, el elevado incremento del precio de los productos susceptibles de ser adquiridos por los palestinos ha hecho que no merezca la pena cruzar la frontera. Sobre todo, cuando estos días se han podido llenar las despensas y los depósitos de carburante.
Sin embargo, según Palestinian Information Center, cientos de gazatíes estaban protestando ayer en el-Arish para reclamar al Gobierno egipcio que les dejara viajar a El Cairo.
Por otra parte, un comité representativo de la comunidad palestina en los Territorios de 1948 [actualmente denominado Estado de Israel] convocó ayer una huelga general para este viernes para denunciar que la Justicia israelí haya rechazado procesar a los policías que mataron a trece manifestantes palestinos al inicio de la Intifada de al-Aqsa, en octubre de 2000.
Huelga en los Territorios del 48
Este comité ha convocado también una manifestación nacional en Sakhnine para denunciar un hecho que ha indignado no sólo a la comunidad palestina [el 20% de la población oficial del Estado de Israel] sino también a las asociaciones de defensa de los derechos humanos.
El fiscal general del Estado de Israel anunció el domingo que se abandonaba definitivamente la investigación contra los policías que mataron a trece palestinos al reprimir una manifestación que rechazaba la presencia del entonces líder de la oposición israelí, Ariel Sharon, en la Explanada de las Mezquitas de la Ciudad Vieja de Jerusalén y que fue el detonante de la Intifada de al-Aqsa o Segunda Intifada.
El asesor jurídico del Gobierno, Menahem Mazouz, en funciones de fiscal general del Estado, anunció públicamente que no existían pruebas suficientes para inculpar a los policías. En este sentido, acusó a las familias de los muertos por disparos de la Policía sionista de no permitir que se realizara la autopsia a los cuerpos, una práctica rechazada por la tradición islámica.
«Es inadmisible que haya policías asesinos que disparan impunemente contra ciudadanos sin que reciban su castigo. Es una prueba más de la discriminación que padece la población árabe [palestina]», declaró Ahmed Tibi, miembro de la Knesset [Parlamento israelí] por la Lista Árabe Unida.
«Esto prueba que no hay justicia en Israel cuando se trata de judíos que matan árabes», añadió Tibi.
Adolescente muerto en Belén
Por otra parte, una incursión del Ejército israelí en el campo de refugiados de Duheisha, en Belén, se saldó con la muerte de Qusay al-Afandi, de 17 años, al recibir el impacto de una bala durante un enfrentamiento entre jóvenes palestinos y militares sionistas, según informó la agencia Ma’an.
La incursión del Ejército israelí se produjo a plena luz del día, algo que es completamente inusual en la ciudad cisjordana de Belén.