Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos
La carta que publicamos aquí – fechada el 22 de enero de 2008 – permite conocer desde dentro la situación de desamparo en la que se encontraba la población de Gaza encerrada en esta angustiosa cárcel «cuya llave Israel ha tirado al mar»*, cuando todavía no había caído el muro de la vergüenza de Rafah.
Refugiados palestinos, Líbano 1948 (UNRWA)
«Nos tienen asfixiados y sufrimos atrozmente. Tres mil mujeres y niños han ido hoy a la frontera egipcia a suplicar a los guardianes que dejen pasar a Egipto a los enfermos. Los militares egipcios les han atacado, les han pegado con las porras, les han rociado con agua y gases lacrimógenos.
Como sabe, Gaza está completamente encerrada. Es una situación indescriptible. Hay enfermos y heridos que se mueren por falta de medicinas. No hay gasolina ni gasoil. Los suministros que Israel autorizó el 21 de enero son insuficientes; no se puede volver a arrancar la bomba de la central eléctrica.
Necesitamos ayuda urgentemente. No tenemos comida ni medicinas ni reservas de agua. Las tiendas de alimentación están vacías. Han cortado la electricidad. Estamos economizando el gas que queda en la bombona.
Todo depende de la electricidad y, por lo tanto, del gasoil. El agua sólo sale del grifo con electricidad. Como Israel nos priva de gasoil, no hay electricidad ni agua potable.
Desde hace mucho tiempo ya no funciona el aprovisionamiento de agua ni la evacuación de aguas residuales, que dependen de la red eléctrica. Si no las cosas no cambian, de hoy a mañana nos vamos a hundir. Se nos ha acabado la reserva de agua. Iremos a casa del vecino y el vecino estará en la misma situación que nosotros.
Sin gasoil para que funcionen los generadores, todas las estaciones de filtrado están muertas. Desde que Israel la bombardeó en 2006 la central eléctrica sólo funciona al mínimo de su capacidad. Pero ahora estamos secos. Si no pasa nada en las próximas horas nos vamos a morir de sed.
Creemos que Israel tiene un plan preciso, que hace todo esto para llevarnos a tirar las puertas, para ver cómo huimos a Egipto. Es su manera de deshacerse de nosotros.
Ahora somos absolutamente conscientes de cortándonos el agua y los víveres Israel lo que quiere es estrangularnos. Como no puede masacrarnos a todos de golpe, nos corta los víveres y el agua. Así, ellos creen que acabaremos por huir en masa empujados por el hambre y la sed. Eso es a lo que los israelíes llaman transferencia.
Hay jóvenes que piensan en marcharse para siempre si se abre la frontera. Ir a donde sea con tal de huir de este infierno.
Yo no me iré. ¿Huir para encontrarnos aparcados eternamente en basureros, como nuestros hermanos que desde hace 60 años están aparcados en los campos de refugiados de Líbano? ¡No! ¡Mire a los refugiados en Líbano o Jordania! ¿Qué se hace para sacarlos de donde están encerrados?
Aquí todavía nos sentimos en casa, incluso bajo las bombas. Éste es un sentimiento esencial. Porque aunque aquí, en Gaza, vivamos en el infierno, todavía hemos podido salvaguardar nuestra dignidad.
Pedimos a los periodistas que vienen a Gaza que se comporten como seres humanos, que dejen de ocultar la verdad al mundo, lo que nos está haciendo sufrir Israel.
Aquí hay un pueblo que se está muriendo de hambre, de sed, de enfermedad, de miseria. Lo que este pueblo pide es poco: que se reconozca el sufrimiento y la injusticia que sufre, que se diga la verdad mostrando las imágenes atroces que hablan por sí mismas. Si no, ¿quién creerá lo que decimos?
Somos seres humanos, no somos «terroristas».
Tenemos los mismos derechos que los ciudadanos de sus países. Pedimos a los medios de comunicación que dejen de ocultar a la opinión publica el hecho de Israel esta endureciendo cada vez más sus castigos y de que nos esté matando de hambre y de sed porque hemos votado a Hamas en vez de a Fatah.
Estamos estrangulados por el bloqueo, económicamente; estamos estrangulados humanamente; estamos estrangulados en todos los sentidos por los israelíes. Pero hagan lo que hagan y por mucho tiempo que nos aplasten y nos encierren, lo único que conseguirán es hacer que aumente nuestra resistencia.
Actuando de esta manera cruel los israelíes no conseguirán nunca que cese el lanzamiento de cohetes. Cada acción punitiva por parte de Israel provocará una reacción por nuestra parte.
Cuando se arrincona a un gato se convierte en un león.
El bloqueo que estamos sufriendo no empezó el 17 de enero como dicen los medios de comunicación. Sufrimos el bloqueo israelí desde hace dos años. Nuestra situación se ha vuelto aún más difícil porque también estamos sometidos a las sanciones económicas de la Unión Europea.
Lo que ha empeorado nuestra suerte es que ahora estamos encerrados herméticamente. Esperamos un milagro.
Siempre estamos divididos entre la esperanza y la desesperación. A veces nos desespera la idea de que Israel nunca se verá obligado a devolvernos nuestra libertad; a veces tenemos la esperanza de ver que las puertas se abren.
En este momento vemos que nuestros vecinos árabes han empezado a manifestarse y hacer llamamientos a sus gobiernos para que reaccionen. Al mismo tiempo, sabemos que los dirigentes árabes sólo harán declaraciones para salvar la cara.
Como sabe, Mubarak se ha asociado a Israel para mantener cerrado el paso a Egipto. ¿Qué podemos esperar de un Mubarak que, hoy, ha enviado soldados de refuerzo para que disparen contra las madres que han ido [a la frontera] a pedir que se deje salir a los enfermos y heridos, a los que no se puede curar en Gaza y a quienes espera una muerte segura?
Israel quiere hacernos desaparecer. Pero no lo conseguirá nunca. Nunca. Aunque consiga matarnos a todos privándonos de agua y comida, otros palestinos de Cisjordania y del mundo lucharán para que Gaza siga existiendo.
Creo que quienes vengan detrás de nosotros se vengarán de estos colonizadores israelíes que nos han acorralado en nuestra tierra. Hagan lo que hagan nuca conseguirán deshacerse de nosotros, los palestinos nativos» (Fin de la carta)
Post scriptum.
Este relato, sobrio aunque preciso, es capital. Cuando fue escrito su autor ignoraba que los palestinos estaban abriendo en el muro una brecha que permitiría a toda esta población cautiva y hambrienta ir a reavituallarse como último recurso en Egipto. Pero era plenamente consciente de este espantoso dato, es decir, de que cortándoles el agua y los víveres, Israel quería llevarlos a lo peor: al éxodo. Es decir, acabar la «transferencia«.
Los palestinos recuerdan siempre cómo después de haber masacrado a los habitantes del pueblo de Deir Yassin en 1948 los grupos terroristas judíos provocaron un pánico general que tuvo como consecuencia el desarraigo de 900.000 palestinos aterrorizados que huyeron para salvar la vida, lo que permitió a los colonos judíos instalarse en las tierras árabes y crear en ellas Israel.
Fue una expulsión planificada metódicamente, una «limpieza étnica», a la que Israel llamó «transferencia» voluntaria. Y para engañar mejor al mundo, pretendió que fueron los dirigentes árabes quienes dieron la orden de huir a los palestinos.
Hoy se repite el mismo escenario. Como en 1948, la propaganda de las autoridades israelíes, repetida por muchos cronistas en el mundo, deja entender que fueron los dirigentes palestinos (de Hamas) quienes organizaron un «golpe de fuerza» que hizo caer el muro [en Rafah] y que saliera una riada humana hacia Egipto; en otras palabras, vuelven a atribuir a los dirigentes palestinos la responsabilidad de un éxodo que, en realidad, ha sido provocado por unas condiciones intolerables impuestas por Israel [1].
Desde finales de novuiembre de 2007 las fuerzas de ocupación militar israelí han multiplicado los actos de terror contra la población de Gaza, por tierra, mar y aire, que han dejado casi a diario unos cincuenta heridos y decenas de muertos. Este terror se ha incrementado aún más por la prohibición de entrada tanto de abastecimiento como de los camiones que transportan medicinas, y la prohibidión de dejar salir a los heridos graves para que reciban tratamiento den Egipto.
Para la boblación de Gaza no existe la menor duda de que, como en 1948, se trata de un proceso deliberado y calculado destinado a empujar a la gente a la locura; y de que Israel está ejecutando la misma política que en 1948; de que se trata hacerlos morir de hambre, de usar la fuerza militar y técnicas de guerra psicológica para crear un fuerte sentimiento de miedo, esperando que bajo el efecto del pánico y del estrés, a la menor apertura, la gente se precipitaría fuera de Gaza.
Israel ha hecho lo que ha hecho y ahora va a manipular las cosas para lavarse las manos. Altos cargos israelìes ya han declarado que el abastecer a Gaza es asunto de Egipto.
El objetivo de las estrategias israelíes es conseguir que una vez que se empuje a Egipto a los nativos de Gaza, ya no sean considerados palestinos y que los refugiados que tienen derecho a retorinar a sus tierras de las que fueron expulsado por primera vez en 1948 se establezcan también en Egipto y se sumen a los millones de refugiados que se pudren en los campos de refugiados de Jordani, Siría y Líbano.
Existen importantes razones para creer que el calvario de Gaza no ha hecho más que empezar.
Silvia Cattori
* «Gaza es una prisión» en la que Israel ha encerrado a los palesitnos y luego «ha tirado la llave al mar» es una imagen utilizada por John Dugard, profesor de derecho.
[1] Para los cometaristas que apoyan la postura del ocupante israelí, se trata de dejar entender que son los dirigentes de Hamas quienes han empujado a los habitantes de Gaza a partir, como lo ilustran estas palabras: «La idea brillante que han encontrado los dirigentes de Hamas en Gaza ha sido hacerse llevar a la frontera egipcia para fraternizar ahí con el ejército, para abrir la frontera y para dar así la sensación de que la liberación venía del sur. Esta operación se ha llevado a cabo de la mano del amo; por supuesto, ldadas las restricciones a las que estaba sometida, la población se ha prestado a ello con estusiasmo; pero se trataba de una operación mandada, organizada por la dirección del partido [Hamas]«. Y se añade este comentario que demuestra que Israel ve un interés en el éxodo de Gaza: «… Por temor a una fraternización total entre el ejército egipcio y los manifestantes palestinos, el gobierno de El Cairo cedió, abrió su frontera; quizá se abrirá de forma permanente lo que harà que pese sobre Egipto la responsabilidad de abastecer el enclave; en última instancia, los israelíes lo desearían…«. Para leer toda la argumentación de este propagandista, véase: http://www.mondialisation.ca/index.php ?context=va&aid=7954
Enlace con el original: http://www.silviacattori.net/article374.html