La iniciativa Europea que está por aprobarse próximamente, de elevar el nivel de cooperación entre Israel y la Unión Europea, es una bofetada a la paz y a la justicia. Aquellos estadistas europeos que suponen que elevando el nivel de cooperación con Israel, le hacen a ella un favor, están muy equivocados. Dicho reconocimiento se […]
La iniciativa Europea que está por aprobarse próximamente, de elevar el nivel de cooperación entre Israel y la Unión Europea, es una bofetada a la paz y a la justicia.
Aquellos estadistas europeos que suponen que elevando el nivel de cooperación con Israel, le hacen a ella un favor, están muy equivocados. Dicho reconocimiento se percibe en Israel como una aprobación implícita de su política militarista, y por ende apuntala aun más la ocupación. La actitud europea no sólo no es ética, sino contraproducente para el propio Israel. Si la UE realmente apoyara a Israel, tendría que presionarla hasta que finalice la ocupación militar de los territorios palestinos. Esto es lo mejor que le podría pasar a Israel, ya que más allá de los estragos que provoca al pueblo palestino, la ocupación esta desgarrándola por dentro y terminara aniquilándolo. Israel está dotado de un mecanismo de auto-destrucción que funciona a partir de la ocupación de los territorios árabes durante la guerra de los 6 días en junio del 67, y desde entonces, el Estado de Israel va de mal en peor. Si Europa quisiera realmente salvar a Israel de sí mismo, tendría que desactivar ese mecanismo fatal, poniéndole en claro que la comunidad internacional no aceptara la violación masiva de derechos humanos que Israel esta perpetuando en los territorios ocupados.
Se trata por sobre todo de una actitud ética y moral, ya que aquel que recompensa al agresor se transforma en cómplice de sus agresiones. Más allá de lo ético, dicha iniciativa contradice sus propias reglamentaciones, que estipulan claramente, que cada Estado que firma acuerdos con la Unión Europea se compromete a respetar los derechos humanos. Israel no cumple con tales reglamentaciones y se ha convertido en una gran maquinaria de violación de derechos humanos. ¿Por qué, entonces, abrirle nuevas puertas y optimizar la relación con Israel en lugar de inducirla a acabar con estas descaradas violaciones ?
Este tipo de respaldo es el abono con el que florece la ocupación. Israel oprime y Europa respalda al opresor. Esto constituye una falta de vergüenza, y de honestidad. Europa, que ya hace casi un siglo ha abandonado sus manías imperialistas, no puede apoyar a un Estado que todavía esta incrustado en su fase imperialista y expansionista. Europa, que ha implantado un código inmutable de respeto por los derechos humanos para con sus países no puede eximir a Israel de ese código. El mensaje que Europa transmite es doble y desconcertante. Por un lado la UE apoya a movimientos pacifistas israelíes a través de millones de euros invertidos en planes de apoyo a la paz, y por otro lado, refuerza la línea dura y la ocupación. Con una mano, acaricia a los activistas pacifistas que luchan contra la ocupación, con la otra apoya la política agresiva del gobierno responsable de aquella ocupación. En español esto se denomina- hipocresía! En nombre de todos aquellos israelíes que luchamos por la paz y la justicia, me tomo el permiso de hacer una propuesta a la Unión Europea- dejen de financiar a nuestras organizaciones y paralelamente dejen de apoyar al Estado de Israel. Si así lo hicieran, ustedes ahorrarían dinero mientras que nosotros ahorraríamos el sufrimiento que este conflicto produce a miles de palestinos e israelíes.
Por apego a mi país, le ruego a España que no apruebe dicho convenio. Lo mejor que Europa puede hacer por Israel es presionarlo hasta que cambie la política que está implementando en el Oriente Próximo. Más allá de intereses económicos o de presiones estadounidenses, Europa debe ser leal a sus principios y tomar una decisión ética que no premie a Israel por su conducta descarada, sino que le ayude a salir del pantano en el que está estancada.
Jerusalén, 16 de junio de 2008
Meir Margalit pertenece al Israeli Committee Against House Demolitions (http://www.icahd.org/heb).