Fuentes no oficiales de Washington confirmaron ayer que el ataque contra una aldea siria en el que murieron ocho personas el domingo, fue obra del Ejército de EEUU. El portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, instó a Damasco a poner más medios para vigilar su frontera con Irak. EEUU acusa a Siria de albergar a insurgentes que actúan contra los ocupantes en Irak.
Un alto cargo de Washington confirmó ayer a France Presse que el ataque con helicópteros contra una aldea siria que se registró el domingo fue responsabilidad de EEUU y aseguró, hablando desde el anonimato, que se trataba de «un éxito» en la lucha contra los combatientes extranjeros que operan en Irak.
«La operación ha sido un éxito. Cuando se presenta una oportunidad importante, hay que tomarla. Es lo que los americanos esperan, particularmente, cuando se trata de actuar contra los combatientes extranjeros que entran en Irak y amenazan a nuestras fuerzas armadas», añadió este alto cargo.
El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Sean McCormack, no quiso confirmar ni desmentir la responsabilidad de Washington, pero reclamó a Damasco que ponga más medios para controlar su frontera con Irak.
El Gobierno títere iraquí fue mucho más explícito, ya que su portavoz, Alí al-Dabbagh, señaló que «el entorno [en el que se llevó a cabo el ataque] era el teatro de operaciones de organizaciones antiiraquíes que utilizan Siria como retaguardia para realizar operaciones en Irak».
«El Gobierno iraquí estaba en contacto con la parte americana sobre este ataque que se llevó a cabo en la frontera siria», añadió al-Dabbagh en un comunicado.
«Irak busca tener buenas relaciones con Siria y pidió al Gobierno sirio que extraditase a un grupo con base en Siria que mató recientemente a 19 miembros de los servicios de seguridad iraquíes en una aldea fronteriza. Este grupo utiliza Siria como retaguardia para lanzar ataques contra Irak», destacó al-Dabbagh.
Mientras, Siria mostró su malestar por el ataque. El ministro de Exteriores de Damasco, Wallid al-Mualem, acusó a EEUU de llevar a cabo «una agresión terrorista» contra Siria.
«Los americanos lo hicieron a plena luz del día, lo que significa que no es un error, sino que había una determinación clara. Por ello, lo consideramos una agresión criminal y terrorista», subrayó al-Mualem en una rueda de prensa en Londres.
El ministro dijo que Siria pedirá a EEUU y a Irak una investigación sobre el ataque, que se produjo en la zona de Abu Kamal, a orillas del Éufrates y a una decena de kilómetros de la provincia iraquí de al-Anbar, donde la insurgencia es especialmente fuerte.
La Liga Árabe, con Damasco
La Liga Árabe se posicionó al lado de Damasco y condenó el ataque de EEUU. El organismo panárabe con sede en El Cairo destacó que «esta violación no ayuda a la estabilidad en la región y abre la puerta a nuevas tensiones».
Por ello, la Liga Árabe reclamó que se abra una investigación «para pedir cuentas a los responsables» del ataque.
La televisión siria mostró ayer a los heridos por el ataque contando cómo se produjo. «Escuché disparos, corrí para recoger a mi hijo y me dispararon», relató una mujer.
«Estaba pescando cuando vi cuatro helicópteros. Comenzó a caer una lluvia de balas. Intenté escapar, pero me alcanzaron», contó un hombre.
La prensa siria criticó duramente al mandatario de Estados Unidos. «El presidente George W. Bush puede anunciar hoy a su público una nueva historia de la lucha contra el terrorismo. Podrá mentir por milésima vez a la nación americana, pero no podrá nunca ocultar sus manos teñidas por la sangre de los civiles sirios la víspera de su partido», destacó «al-Baas», diario del partido en el poder.
La aviación de EEUU también mató ayer a ocho civiles, empleados de una empresa de construcción, en otro ataque aéreo que llevó a cabo en Afganistán. La coalición ocupante ha puesto en marcha una investigación.
El número de soldados extranjeros muertos en Afganistán desde la caída de los talibán en 2001 se eleva a 1.002, según el portal icasualties.org. Los últimos dos soldados murieron ayer en Mazar-i-Sharif.
Al menos 20 personas murieron, entre ellos un dirigente islamista, en un ataque con misiles, atribuido a EEUU, contra una supuesta base insurgente en las áreas tribales paquistaníes, fronterizas con Afganistán, según informó ayer el canal Dawn TV.
El ataque tuvo lugar el domingo en el distrito de Waziristán del Sur, uno de los principales feudos insurgentes, y fue llevado a cabo por aviones estadounidenses no tripulados, según fuentes citadas por el canal Geo TV.
Dos misiles impactaron en un supuesto campo de entrenamiento en las inmediaciones de la ciudad de Ladha, cercana a la frontera con Afganistán.
Entre los fallecidos se encuentra supuestamente el dirigente Hari Omar Jan, considerado próximo al talibán Jalaludin Haqqani.
En los últimos dos meses y medio han tenido lugar doce ataques de esta naturaleza, todos ellos atribuidos a aviones estadounidenses no tripulados. El Parlamento paquistaní ha criticado estos ataques, que son considerados como un ataque a su soberanía. La semana pasada murieron once civiles.