Esta semana se va a celebrar en Bilbo un encuentro internacional en el que numerosos representantes de la sociedad civil europea y palestina nos reuniremos para reafirmar nuestro compromiso con la legítima lucha del pueblo palestino por su liberación nacional, libertad e independencia. Este año se cumplen 60 años de la Nakba, el «desastre» en […]
Esta semana se va a celebrar en Bilbo un encuentro internacional en el que numerosos representantes de la sociedad civil europea y palestina nos reuniremos para reafirmar nuestro compromiso con la legítima lucha del pueblo palestino por su liberación nacional, libertad e independencia.
Este año se cumplen 60 años de la Nakba, el «desastre» en lengua árabe. Es el establecimiento del Estado de Israel basado en la limpieza étnica, el éxodo y la expulsión del pueblo palestino y la ocupación de su tierra. Aun así seis décadas después en Palestina se sigue resistiendo.
En el encuentro se busca establecer una agenda conjunta entre movimientos sociales europeos y palestinos para una paz justa y duradera en Oriente Medio y presionar colectivamente a los gobiernos, así como a las instituciones locales e internacionales, para contribuir a la paz en la región. En los planes de los poderosos no hay sitio para pequeños pueblos que reclaman ser reconocidos y no se resignan a desaparecer.
En este injusto sistema político-económico que se resquebraja los pueblos no cuentan. A los grandes poderes económicos preocupados únicamente por sus ganancias,no les importan los derechos de las personas o los pueblos y no admiten en la mesa a aquellos que no les conviene. El pueblo palestino, al igual que otros, es una víctima más de la explotación por parte de los poderosos del mundo, que ven en Israel un aliado perfecto. En Palestina tiene lugar uno de los grandes genocidios de estos tiempos.
Sin embargo el apoyo a los derechos legítimos del pueblo palestino no debe hacer olvidar la existencia aquí de otro pueblo que se niega a desaparecer. Aunque quizás la situación en Euskal Herria no sea tan sangrante, no es menos cierto que al igual que en Palestina aquí se niega la existencia de un pueblo. Un pueblo negado contra el que dos poderosos estados utilizan todas las herramientas posibles para acallarlo.
Se niega el derecho de un pueblo a decidir su futuro libremente. Se reprime y encarcela a la disidencia. Se ilegalizan organizaciones políticas. Se tortura, como denuncian habitualmente organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas o Amnistía Internacional. Se niega la libertad de expresión más básica y se cierran medios de comunicación. Se prohíbe el derecho a manifestarse. Se mantiene en situaciones inhumanas a los prisioneros políticos y se violan sus derechos más elementales.
Porque es imposible la solidaridad con otros pueblos sin luchar por los derechos del propio pueblo, denunciamos tanto a Israel como al Estado Español y al Estado Francés por sus políticas represivas.
A pesar de los malos tiempos que vivimos es imprescindible seguir resistiendo y luchando con otros pueblos. Otro mundo es posible y además imprescindible.
Gontzal Martínez de la Hidalga y Patricia Lezama. Komite Internazionalistak.