Una noticia en Israel informa1 sobre una actuación del lobby proisraeli en Estados Unidos; Alan Dershowitz, -reconocido catedrático de Derecho de la Universidad de Harvard y responsable de la expulsión de Norman Finkelstein de la Universidad de Depaul2–, describe cómo presionaron a Obama para que excluyera a Jimmy Carter de hablar en el podium en […]
Una noticia en Israel informa1 sobre una actuación del lobby proisraeli en Estados Unidos; Alan Dershowitz, -reconocido catedrático de Derecho de la Universidad de Harvard y responsable de la expulsión de Norman Finkelstein de la Universidad de Depaul2–, describe cómo presionaron a Obama para que excluyera a Jimmy Carter de hablar en el podium en el Congreso Demócrata: «tuvieron que presionar duro y que le dieron a elegir entre el «apoyo judío» y el «apoyo anti-israelí» como JImmy Carter… y no eligió a Jimmy Carter». (Shalom Tv, 28/11/2008)
Esta frase dice mucho del chantaje israelí; anuncia con retirar el apoyo de un sector de la población, utilizando el supuesto poder de unos ciudadanos -que no viven en Israel en su mayoría-, que son de religión judía, y que no necesariamente son sionistas. No todos los judíos apoyan a Israel, y por ejemplo nuevamente Finkelstein, es judío y descendiente de supervivientes de los campos de concentración, y como él muchos otros judíos no comparten la necesidad de defender la existencia del Estado Judío de Israel y especialmente en detrimento de los palestinos (curiosamente la mayoría de ellos figuran en una pagina web llamada shit.list, con amenazas y ofensas).
El distanciamiento entre judíos no sionistas y sionistas tiene su origen en el inicio de su propia Organización, creada el 3 de septiembre de 1897 durante el primer Congreso Sionista que tuvo lugar en Basilea (Suiza). Desde su creación unos apoyaban la creación de un estado nacional judío, es decir, un lugar donde los judíos tuvieran un punto de encuentro, y éste era Jerusalén; entendido como lugar de peregrinación, culto, estudio, un lugar sagrado. Otros tenían pretensiones expansionistas y de creación del Estado de Israel que implicaba la expulsión de los palestinos que allí vivían3.
Estos desencuentros se fueron acercando en la medida que se dio a entender que ambos objetivos no eran excluyentes; es decir, que apoyar por tener un hogar judío sagrado, es compatible con la creación del Estado Judío en todo Israel, perspectiva presentada por Jan Weizmann en 1921, y que unía las aportaciones de judios sionistas y no-sionistas. Esta, junto con otras tácticas4 fueron la base del poder de la Organización Sionista Mundial, que con más o menos tensiones ha ido manteniendo el nivel alto de subvenciones y apoyos para continuar «ambos» proyectos, el hogar nacional y el Estado de Israel sólo para judíos. Pero ha habido y actualmente hay diferencias.
Curiosamente el distanciamiento o acercamiento entre sionistas y no-sionistas está relacionado con la percepción de victimización de uno u otro pueblo. En la medida que el sufrimiento del pueblo judío inunda al mundo, el apoyo a Israel se fortalece, culminando en el holocausto judío bajo el régimen nazi en Alemania, de 1941 a 1945. En la medida que el sufrimiento del pueblo Palestino se extiende y se conoce, más lejos queda el apoyo a Israel, como viene ocurriendo especialmente desde la primera Intifada en 1987.
La cita de Derhowitz es una buena descripción de cómo opera el lobby proisraelí, cuáles son sus estrategias de control, y cómo utiliza la amenaza precisamente por encontrarse en una situación de poder5. Cuando se ejerce una presión intencional y persistente, esta presión es denominada violencia, y especialmente si es ejercida desde una superioridad de poder, y sin una «autoridad legal». Max Weber fundador de la sociología en el siglo XIX, distinguía entre violencia «Gewalt» ejercida sin autoridad legal, y fuerza «match» ejercida a través de un mandato legítimo. Israel cada vez que es denunciado por violencia, apela directamente al llamado «derecho de autodefensa», utilizándolo en beneficio propio, y apropiándose de una «autoridad legal» bajo la cual comete crímenes contra la humanidad.
Desde el marco de «la violencia entre iguales» o bullying, Dan Olweus define la violencia como el ejercicio de un daño contra otro de manera intencional y repetitiva. Esta definición original era ambigua pues incluía tanto la fuerza como la violencia de Weber. Posteriormente la completa incluyendo un tercer elemento definitorio, «la diferencia de poder». Cuando el más poderoso ejerce una fuerza dañina de manera repetitiva e intencional sobre otro más vulnerable entonces es violencia. «Es un tipo de conducta dirigida a hacer daño; es repetida en el tiempo; y se produce en el seno de una relación interpersonal caracterizada por un desequilibrio de poder» (Olweus, 19936).
Esto nos devuelve nuevamente al concepto tan manido de «conflicto» entre Israel y Palestina. Curiosamente todos los medios de comunicación, políticos, expertos, todos asumen el término «conflicto», más equiparable a lucha entre iguales, a la fuerza de Weber, cuando realmente estamos ante el caso más obvio y claro de «violencia», que ni siquiera se nos muestra encubierta. El poderoso Israel inflige el mayor dolor y daño posible a unos desprotegidos, y durante mucho tiempo y de manera claramente intencional. Tanques frente a piedras, es una imagen que pertenece al universo colectivo.
Resulta difícil de entender por qué no son mayoritarias las reacciones contra este poder que está quitando no sólo la vida, sino hasta la posibilidad de sobrevivir a millones de seres humanos. La situación en Gaza no puede ser más desesperante, mientras escribo estas líneas estoy pendiente de leer la ofensiva planificada para atacar nuevamente a Gaza; es decir, arrasar con la Franja después de sobrevivir al mayor bloqueo ejercido voluntariamente a una población civil tan numerosa. Es realmente difícil de entender cómo el mundo puede permanecer impasible.
Se me ha ocurrido un ejemplo, a ver si logro explicármelo. Durante muchos años, muchos años, se nos ha repetido que Israel era un país demócrata, el único en la zona, pacífico, inteligente, capaz de crear un vergel donde antes había un desierto, culto, científico, dotado con más premios nobeles que ningún otro estado del mundo, socialista (si bien no tiene ahora nada del socialismo de sus fundadores y sus empresas son privadas en su inmensa mayoría), con buenas pensiones, educación, comercios, nuevas tecnologías, progreso e innovación. ¿Como va a ser malo?.
Hay algo propio de la naturaleza humana que nos impide cambiar de ideas de manera radical, así que de manera casi inconsciente buscamos excusas, se trata de poner un velo, de justificar lo que no parece justificable. Este fenómeno se explica por la teoría de la atribución de Heider (1958), que nos explica como tendemos a confirmar nuestras propias expectativas y deseos, como tendemos además a pensar lo mismo que los demás, a no cuestionar a la mayoría. Esta fuerza del grupo es fundamental para mantener una creencia, y como Leon Festinger demuestra posteriormente, incluso aunque se demuestre que tal creencia es completamente falsa (teoria de la disonancia cognitiva de Leon Festinger) e incluso perjudicial para el ser humano.
En estos momentos me he acordado del tabaco. Durante muchos años, muchos años, se nos ha repetido hasta la saciedad lo bueno que era fumar, te hacía importante, interesante, segura, atractiva, te relacionas, eres mayor, más seductora…., pero todo esto es mentira. Llega la ciencia y demuestra lo que las tabacaleras habían ocultado, las graves enfermedades que producen en el cuerpo humano; efectos que eran conocidos pero no divulgados. Pues algo parecido pasa con Israel, estamos engañados; esperemos que una una autoridad suprema lo diga, que como en el tabaco la «ciencia» lo corrobore, y que el mundo será consciente de las muertes causadas por el Estado de Israel.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Comunitario de Salud Mental en Gaza (GCMH) habían planificado una Conferencia Científica Internacional sobre la Salud Mental bajo condiciones de asedio y trauma, para celebrarse en Gaza este mes pasado de Octubre de 2008. Israel le retiró el permiso de entrada o salida de Gaza a los participantes, tantos extranjeros como a los residentes en Gaza . A duras penas nos reunimos en Ramallah y gracias a los medios electrónicos realizamos el evento conectados por videoconferencia con Gaza. Los 120 académicos y médicos de la Salud Mental, y desde una perspectiva científica, corroboramos que el grado de sufrimiento y maltrato a la que la población humana de Gaza se ve sometida, supera todos los límites del ser humano, causando graves daños en su salud mental y física.
Se presentaron datos como los siguientes sobre la infancia en Gaza7
Problemas de desnutrición 50%
Incremento de diarrea 150%
Anemia 70%
Suplemento de proteinas 100%
Los niños y niñas de Gaza necesitan vitaminas, hierro, suplementos para paliar los déficits de carne, verduras, frutas, leche, harina y los productos más básicos que no pueden ser consumidos por el régimen israelí (Hamza M. A. Abdeljawad & Jasem M. S. Humead, 2008. Gaza conference)8.
El 41% de los niños y niñas palestinos sufren síntomas de estrés postraumático. La mayoría de estos niños no recibe ninguno tratamiento para aliviar sus síntomas. . (Dr. Mohamed Altawil,PhD & Dr. Pieter W Nel, PhD; 2008. Gaza Conference)9
Para darle calor humano y concreto a estos datos científicos, y en un esfuerzo por contextualizar la situación, podríamos preguntarnos a nosotros mismos cómo nos sentiríamos si nos quitasen la tierra, la familia, el dinero, la casa, el trabajo, los hijos, el agua, la comida, la luz eléctrica, la gasolina, el transporte público o privado, el acceso a los hospitales fuera de la granja para personas muy enfermas, a medicinas, y hasta la posibilidad de abandonar semejante situación.
En ese estado de desesperación se encuentran ahora mismo millón y medio de personas en la Franja de Gaza, con la amenaza y las acciones continuas de Israel de bloqueo, invasiones, ataques y asesinatos; sin medicinas, comida, ni energía. Lo realmente sorprendente es cómo continúan aún con vida.
«El tabaco es causa de enfermedades cardíacas, respiratorias, tumores cancerígenos, problemas en el embarazo y la lactancia y otras afecciones como trastornos en el sentido del gusto y de la visión»
«Israel es causa de enfermedades cardiacas, respiratorias, tumores, problemas de embarazo, anemia, malnutrición, ansiedad, inseguridad, fobias, depresiones, etc. , incluida la muerte directa e inmediata, así como otras enfermedades y epidemias».
Israel mata, rápida y lentamente, y los científicos así lo confirman
María José Lara es dra. En Psicología
Profesora Titular de la Universidad de Sevilla
Ponente en la V Conferencia sobre Salud Mental, en Gaza