La inacción de Estados Unidos en materia de cambio climático colmó la paciencia de jóvenes ambientalistas que decidieron organizar varias movilizaciones para este lunes. Más de 10.000 personas, en su mayoría jóvenes, se reunirán en Washington para reclamar a las autoridades la inmediata reglamentación de una disminución significativa de las emisiones de dióxido de carbono. […]
La inacción de Estados Unidos en materia de cambio climático colmó la paciencia de jóvenes ambientalistas que decidieron organizar varias movilizaciones para este lunes.
Más de 10.000 personas, en su mayoría jóvenes, se reunirán en Washington para reclamar a las autoridades la inmediata reglamentación de una disminución significativa de las emisiones de dióxido de carbono.
Varios científicos revelaron esta semana que el clima es más sensible al aumento de temperatura que lo previsto.
El mismo día, al menos 2.000 personas, encabezadas por el científico James Hansen, de la agencia espacial de Estados Unidos (NASA), tienen previsto interrumpir el funcionamiento de la central eléctrica de carbón que suministra energía al Capitol Hill, sede de varios edificios gubernamentales, entre ellos el Congreso legislativo, violando la ley si fuera necesario.
«Desde hace más de 30 años, científicos, ambientalistas y todo tipo de personas le reclaman a las autoridades que tomen medidas para detener el recalentamiento del planeta. Seguimos esperando», remarcó Hansen, especialista en materia climática.
«El mundo espera que el gobierno de Barack Obama y el Congreso encabecen este singular asunto. Tienen que empezar por sacar el carbón» de la sede legislativa, reza una declaración del especialista.
Durante todo este tiempo, Hansen «ha sido una voz que ha demostrado coraje en asuntos de cambio climático», señaló Michael Crocker, del capítulo estadounidense de Greenpeace, que integra una coalición de más de 40 organizaciones, ambientalistas, por un mejor sistema de salud y por justicia social, que llaman a paralizar la central eléctrica de Capitol Hill, al menos por unas horas.
«Queremos enviar al Congreso el mensaje de que las emisiones de dióxido de carbono no pueden reducirse sin clausurar las centrales eléctricas a carbón», dijo Crocker a IPS.
Hansen y otros científicos probaron que las centrales eléctricas a carbón son las principales fuentes de emisiones y si en todos los países se cerraran para 2030, habría posibilidades reales de estabilizar el clima.
El carbono también es uno de los principales factores de contaminación del aire que mata a cientos de miles de seres vivos. Además es la mayor fuente de las emisiones tóxicas de mercurio. La explotación de esa sustancia tiene consecuencias significativas para el ambiente y la salud.
«El argumento de que existe algo llamado ‘carbono limpio’ es, sencillamente, una mentira», según los escritores Wendell Berry y Bill McKibben, quienes también participan en la organización del cierre de la planta.
«Es posible que haya detenciones», advirtió Crocker. «Éste es el comienzo de una serie de movilizaciones que se realizarán hasta que el gobierno adopte verdaderas medidas para preservar el clima».
Estados Unidos debe tener una legislación que reduzca de forma drástica las emisiones de dióxido de carbono y fomente fuentes de energía limpia antes de las negociaciones de Copenhague, de diciembre, donde la comunidad internacional tratará de forjar un acuerdo sobre cambio climático más significativo, señaló la directora de la Energy Action Coalition (Coalición Acción para la Energía), Jessy Tolkan.
La Coalición, integrada por menores de 30 años, organizó otra acción, que se complementa con la anterior. Más de 10.000 jóvenes de todos los estados del país se desplazarán hasta Washington para reclamar al Congreso que tome medidas para frenar el cambio climático.
«Habrá muchos jóvenes de diversos orígenes sociales», señaló Tolkan.
No serán sólo universitarios de los estados del noreste, indicó. Habrá jóvenes que fueron «víctimas de la contaminación del aire causada por las energías sucias, indígenas perjudicados por la minería, otros de origen latinoamericano a favor de empleos en sectores limpios, hijos e hijas de trabajadores de la industria automotriz en reclamo de un transporte que no contamine y cristianos evangelistas que defienden una mejor gestión del ambiente».
Los jóvenes, preocupados por la economía, pero «atemorizados» por el cambio climático, se dieron cuenta de que llegó la hora de tomar medidas drásticas al respecto y crear una nueva economía verde, arguyó Tolkan.
La coalición juvenil aboga por la creación de cinco millones de empleos en industrias no contaminantes para «convertir el Medio Oeste estadounidense en una Arabia Saudita eólica y el sudoeste en una solar», señaló.
Se conoce como Medio Oeste la región central de Estados Unidos.
«Es la solución a muchos problemas, incluido el fin de las guerras por petróleo», añadió.
A fin de lograr su objetivo, la organización programó más de 325 reuniones con casi todos los miembros del Congreso para este lunes. Más de 500 estudiantes de Virginia se reunirán con los dos senadores de su estado para reclamarles una «legislación justa y fuerte en materia climática», señaló Laura Comer, estudiante de la Universidad Hofstra, de Nueva York.
«Será el día con más lobby de la historia de Estados Unidos», dijo a IPS Comer, quien colabora de forma voluntaria con la coalición. «Sabemos que la climatología tiene bases sólidas y sabemos qué medidas tenemos que tomar para sobrevivir».
Los pronósticos científicos son cada vez más funestos.
La revista Proceedings of the National Academy of Sciences señaló esta semana que un aumento de la temperatura global inferior a 1,8 grados puede ocasionar «más sequías, olas de calor e inundaciones», lo que implicaría escasez de agua, mayor frecuencia de incendios forestales y más desbordamientos.
Antes, los científicos creían que eso ocurriría si la temperatura aumentaba más de 1,8 grados.
La temperatura actual ya aumentó 0,8 grados y, aun si se eliminaran todas las emisiones de dióxido de carbono, superaría los 1,8 grados, según otros informes científicos.
Comer señaló que los jóvenes se dieron cuenta de que no basta con respaldar al presidente Obama, quien dio prioridad a los asuntos ambientales, porque ya saben que muchos legisladores no comparten su idea de tomar medidas inmediatas y fuertes en materia climática y de reverdecer la economía de Estados Unidos.
Los legisladores quedaron «sorprendidos» por toda la organización y la cantidad de jóvenes que reunieron fondos para trasladarse a Washington y reunirse con sus representantes a fin de explicarles la importancia que tiene para ellos el asunto, remarcó Comer.
«Las generaciones mayores nos fallaron, así que más vale que esta vez no se hagan los distraídos porque los estaremos observando», añadió