Adriana Espinosa es una joven sevillana estudiante de periodismo en al Universidad de Sevilla, que quiere ser periodista internacional. El año pasado recibió una beca Erasmus para estudiar en Turquía. Lo que en un principio se presentó como una oportunidad para su carrera, ha terminado siendo un calvario puesto que la justicia turca le pide […]
Adriana Espinosa es una joven sevillana estudiante de periodismo en al Universidad de Sevilla, que quiere ser periodista internacional. El año pasado recibió una beca Erasmus para estudiar en Turquía. Lo que en un principio se presentó como una oportunidad para su carrera, ha terminado siendo un calvario puesto que la justicia turca le pide hasta cinco años de cárcel por asistir a una manifestación del DTP, un partido político kurdo, legal y con representación parlamentaria. El Plural ha hablado con la protagonista para que nos narre los detalles de su caso.
Adriana comenzó su vida erasmus como el resto de los miles de estudiantes que cada año se desplazan a un país de la Unión Europea. En Gaziantep, ubicada en el sureste de Turquía, alquiló un piso junto a dos estudiantes kurdas que le fueron recomendadas por la Universidad. A través de ellas conoció la historia del pueblo kurdo, lo que la animó a hacer un trabajo para la facultad sobre la sociedad turca y la libertad de prensa en el país.
Asistió a una manifestación
El 19 de octubre, una de sus compañeras de piso la invitó a asistir a una manifestación por los derechos del pueblo kurdo. «Yo no fui a manifestarme por los derechos de los kurdos, no soy kurda y ese no es mi papel. Pero como periodista vi en la invitación una buena oportunidad para profundizar más en el tema y también hacer contactos con otros periodistas», ha dicho Adriana en una entrevista para este periódico.
Su objetivo es ser periodista internacional
«A mi me han enseñado que para ser periodista tienes conocer el tema del que hablas y no hay mejor forma que verla en directo». La manifestación iba a salir de la sede del Partido de la Sociedad Democrática (DTP). Un partido que defiende los derechos de los kurdos en Turquía y que cuenta con representación parlamentaria.
La manifestación no llegó a celebrarse
En el local, ubicado al fondo de un callejón, se reunieron alrededor de cien personas. Adriana intentó ver la manifestación desde donde la prensa la cubriría, pero la aglomeración de personas le impidió salir, por lo que decidió quedarse al final de la concentración. «Yo no iba liderando nada así que me puse al final. De pronto corrió la noticia de que el acto no había sido permitido por las autoridades, por lo que mi compañera de piso y yo optamos por volver a casa al igual que mucho otros asistentes».
La policía entró en su piso
Pasaron dos semanas en aparente tranquilidad. Pero un día, al volver de un viaje turístico a Siria, Adriana encontró su piso revuelto, «los armarios estaban abiertos, mi portátil no estaba, mi cámara de fotos no tenía la tarjeta y no había rastro de mis compañeras de piso».
Sus dos compañeras fueron detenidas
«Sobre las cinco de la mañana la policía había entrado en el piso y se había llevado detenidas a mis compañeras de piso, así que decidí refugiarme en la casa de otra chica española que estaba también de erasmus en Gaziantep porque realmente tenía miedo de la policía».
La policía vigila a los estudiantes turcos
A partir de ese momento Adriana pudo saber, a través de compañeros y profesores de facultad, que la presencia policial en la Universidad de Gaziantep es continua. «Hay agentes de paisano vigilando a los estudiantes e incluso tienen casi un edificio entero dentro del campus» relata la estudiante sorprendida de que esto suceda en un país que quiere entrar en la Unión Europea y también que las autoridades de la Universidad de Sevilla no estuvieran al tanto de esta situación.
La llamaron del decanato por un asunto «urgente»
«El 19 de noviembre recibí una llamada del decanato diciéndome que tenía que ir urgentemente a la Universidad para presentarme en el decanato» La estudiante se presentó en su campus y fue interceptada por un agente que le pidió que la acompañara.
No tenía intérprete ni abogado
«Yo pedí un interprete puesto que ni la policía, ni el fiscal hablaban inglés» tras una hora de espera infructuosa, un funcionario se ofreció a hacer las labores de traductor y comenzó el interrogatorio, su abogada de oficio, que se presentó al final del interrogatorio no habló en ningún momento durante el mismo. El fiscal le comenzó a hacer preguntas sobre Daria, una de sus compañeras de piso y le informó que ésta estaba siendo investigada por la policía desde hacía varios meses.
Le ofrecieron «sembrar» un documento en el portátil de su amiga
«Después me enseñaron un dossier con documentos que habían sacado de mi ordenador, entre los que estaban los textos que yo había recopilado para el trabajo de la universidad sobre la historia de Turquía y los kurdos. Ahí había un documento «delicado» que hablaba de la historia del Kurdistán, la policía me ofreció, sutilmente, colocar ese documento en el ordenador de Daria pero yo me negué, no se si a ella le hayan hecho un ofrecimiento similar».
La policía le dijo que no había cargos en su contra
Adriana salió del interrogatorio confiando en al palabra del fiscal, que le dijo a la joven que no debía preocuparse ya que no había ningún cargo en su contra. La estudiante de la Universidad de Sevilla continuó su vida con normalidad y en enero volvió a su ciudad para hacer sus exámenes.
Hasta cinco años por una manifestación que no se realizó
Un día antes de coger al avión que la llevaría de vuelta a Turquía recibió un correo electrónico en el que un amigo le pedía encarecidamente que por su seguridad no volviera al país. En Turquía la espera un juicio el primero de julio. El fiscal la acusa de dirección, preparación y participación en concentraciones ilegales. Delitos que pueden llevarla a cumplir penas de entre 2 a 5 años o una multa de 50 millones de euros.
Confía en que se confirme su inocencia
Ahora Adriana busca el apoyo de sus compañeros periodistas y sobretodo de la Universidad de Sevilla. Ella ya ha contratado a un abogado turco que se presentará en su lugar al juicio. Desde la embajada de España en Turquía confirman que conocen el caso desde hace meses, sin embargo la Dirección de Seguridad turca niega que exista un procedimiento abierto sobre ella. Una incongruencia ya que la implicada tiene en su poder las citaciones al juicio y los documentos en los que se le acusa de organización de manifestaciones ilegales.
Más información para los «erasmus»
Con solo 24 años, se muestra muy entera ante la situación y confía en que será declarada inocente de todos los cargos y que esto solo quede como un recuerdo agrio.Sin embargo también reclama que las universidades que hacen los convenios con instituciones en el extranjero se informen, y a su vez informen a sus alumnos de las condiciones políticas y sociales del país de destino, para que no se vuelvan a dar situaciones como la que ella está viviendo actualmente.