Recomiendo:
0

Un poquito más arriba

Fuentes: Altermundo

En los paisajes de la sabana destaca la jirafa y su cuello larguirucho. Más de 2 metros de cuello para asegurarse poder comer así las hojitas de acacias que los otros animales más bajitos no pueden alcanzar. Y por si acaso, los dioses evolucionistas le concedieron una lengua de casi medio metro: para llegar un […]

En los paisajes de la sabana destaca la jirafa y su cuello larguirucho. Más de 2 metros de cuello para asegurarse poder comer así las hojitas de acacias que los otros animales más bajitos no pueden alcanzar. Y por si acaso, los dioses evolucionistas le concedieron una lengua de casi medio metro: para llegar un poquito más arriba, un poquito más alto.

-Pobres acacias indefensas. Las jirafas glotonas acabarán con ellas.

-¡Para nada! Cuando una acacia está siendo devorada por una jirafa, alerta a las otras acacias de su familia, -¡que vienen las jirafas, que vienen las jirafas!- y sus colegas acacias segregan una sustancia amarga que, egss, no les gusta nada a las jirafas, y entonces se van más lejos a buscar otras acacias distraídas.

Por eso los estudiosos de la naturaleza, como el biólogo Frederic Vester, explican que ella, la naturaleza, es la única empresa que nunca ha quebrado en unos 4.000 millones de años. Pero nosotros, los sangrecaliente, o sustituimos urgentemente nuestra empresa capitalista por una que imite a la naturaleza y su equilibrio inteligente, o nos quedan unos pocos años menos.

A esto se le llama biomimesis.