Israel rechaza las acusaciones de Amnistía Internacional, Human Rights Watch y las agencias de la ONU, que afirman que su invasión de la Franja de Gaza en la operación ‘Plomo sólido’ causó la muerte a más de 1.300 civiles -un tercio de los cuales eran niños- y la destrucción a una escala injustificable. Ahora, algunos […]
Israel rechaza las acusaciones de Amnistía Internacional, Human Rights Watch y las agencias de la ONU, que afirman que su invasión de la Franja de Gaza en la operación ‘Plomo sólido’ causó la muerte a más de 1.300 civiles -un tercio de los cuales eran niños- y la destrucción a una escala injustificable.
Ahora, algunos de los soldados israelíes que participaron han contado que los comandantes los instaron a disparar primero y después preocuparse de distinguir entre civiles y combatientes.
En un testimonio escrito y en vídeo publicado el miércoles por la ONG ‘Rompiendo el silencio’, 30 soldados dijeron que el imperativo del Ejército israelí era minimizar sus propias víctimas para asegurar el apoyo de la opinión pública del país a la operación.
«Mejor disparar a un inocente que dudar en dar en el blanco enemigo», es una descripción típica realizada por un soldado no identificado sobre su comprensión de las instrucciones repetidas en reuniones informativas previas a la invasión y durante los 22 días de ofensiva.
«Si no estás seguro, mata. La capacidad de fuego era insensata. Entramos y los estruendos eran desenfrenados», recuerda otro sobre la operación que se extendió desde el 27 de diciembre hasta el 28 de enero.
‘No hay inocentes’
«En el minuto en que llegamos a nuestra línea de salida, simplemente comenzamos a disparar a lugares sospechosos», agregó. «En una guerra urbana cualquiera es enemigo. No hay inocentes», precisó.
La operación ‘Plomo Sólido’ de Israel tenía el propósito declarado de forzar a los combatientes islamistas de Hamas a que dejaran de disparar cohetes a las ciudades israelíes cercanas a la Franja de Gaza.
Un grupo palestino de Derechos Humanos informó de que 1.417 personas murieron y que 926 de ellas eran civiles. Por su parte, el Ejército israelí estimó la cifra en 1.166 y agregó que sólo 295 eran civiles. También precisó que en la invasión murieron 10 de sus soldados y tres civiles.
Calles enteras de algunos sectores de la Franja de Gaza fueron arrasadas para disminuir el riesgo de víctimas israelíes en ataques con armas pequeñas y bombas trampa. Naciones Unidas ha denunciado que el enclave aún comienza ahora, seis meses después de la brutal invasión, a limpiar las 600.000 toneladas de escombros.
Veto a los medios de comunicación
Los soldados del Ejército israelí tienen órdenes de no hablar con los medios de comunicación. Sin embargo, el informe de 112 páginas de ‘Rompiendo el silencio’ incluye el testimonio de 30 soldados «que sirvieron en todos los sectores de la operación».
«La mayoría (…) aún está sirviendo en sus unidades militares regulares y acudieron a nosotros profundamente consternados por el deterioro moral de las IDF (las Fuerza de Defensa Israelí, por su siglas en inglés)», precisó.
Sus relatos son «suficientes para cuestionar la credibilidad de las versiones oficiales de IDF», agregó.
El Ejército israelí rechazó las críticas alegando que estaban «basadas en rumores», pero prometió a través de un comunicado, investigar cualquier reclamo formal de mala conducta, diciendo que sus tropas habían respetado las leyes internacionales durante «enfrentamientos complejos y difíciles».
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/15/internacional/1247632319.html