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Cazando mariposas

Fuentes: Galicia Hoxe

En uno de los brillantes ensayos recogidos en El pulgar del panda, Stephen Jay Gould explica cómo el sociólogo K. Merton demuestra que casi la totalidad de las grandes ideas surgen más de una vez, independientemente y, a menudo, virtualmente al mismo tiempo. La mayor parte de las grandes ideas -explica- están en el aire, […]

En uno de los brillantes ensayos recogidos en El pulgar del panda, Stephen Jay Gould explica cómo el sociólogo K. Merton demuestra que casi la totalidad de las grandes ideas surgen más de una vez, independientemente y, a menudo, virtualmente al mismo tiempo. La mayor parte de las grandes ideas -explica- están en el aire, y hay varios estudiosos agitando su cazamariposas simultáneamente. El caso más conocido es seguramente el de Darwin y Wallace con sus teorías evolutivas simultaneas.

A mi entender en estos momentos en dos continentes diferentes se están desplegando dos teorías, dos nuevos diseños de sociedad, ciertamente muy similares. Me refiero al «decrecimiento» que surge inicialmente desde propuestas europeas y al «buen vivir» originario de comunidades indígenas en los países andinos. Ambas se encuentran en una fase de desarrollo adolescente y adoptan características propias de esa edad. Por un lado el rechazo a un orden establecido, una negación, un liberarse de las antiguas ideas para poder concebir de nuevas: ambas teorías propugnan abandonar y arrinconar el modelo de crecimiento económico continuo que se demuestra imposible, insostenible y en el origen de las injusticias. Y por otro lado en ese hacerse mayores -como explica el filósofo Maurice Bellet- se abandonan los deseos impulsivos del «todo lo que deseamos, lo tendremos» para dejar de lado la trampa capitalista que nos mantiene prisioneros.

Hablando de «decrecimiento» paradójicamente, como pueden observar, estamos hablando de un crecimiento como individuos y como sociedad. En la medida que seamos capaces de sustituir los valores dominantes del cada vez más, cada vez más rápido, etc. tendremos tiempo y espacio para rescatar valores humanistas de igualdad, armonía con la naturaleza o simplicidad, que forjarán un «buen vivir» colectivo. Y en este sentido mientras que en Europa el decrecimiento es sólo un tema de reflexión en ámbitos alter mundialistas parece que los países andinos han iniciado ya el estirón propio de la edad. El Buen Vivir en quechua, Sumak Kawsay, aparece en la Constitución ecuatoriana de 2008 y el Vivir Bien en aymara, Suma Qamaña, en la boliviana de 2009 como ideales a los que el Estado debe responder y procurar alcanzar. A punto de emprender el vuelo.

Gustavo Duch Guillot

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