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La esquizofrenia de Fatah

Fuentes: Desertpeace

Traducido por Marwa Pérez

 

La esquizofrenia política siempre ha sido uno de los caracteres dominantes de Fatah, y sigue la forma del su discurso general.

Al abordar a palestinos, árabes y musulmanes, Al-Fatah se entrega a todo tipo de retórica grandilocuente sobre la liberación de Palestina. Sin embargo, en las negociaciones con Israel y en las reuniones con los funcionarios visitantes occidentales, los líderes del movimiento aseguran debidamente a sus interlocutores que la retórica sólo es significante para el consumo público y que Fatah finalmente aceptaría un pacto de «paz» con el estado sionista, incluso si tal acuerdo no cumpliese las expectativas palestinas.

Recientemente le pregunté a un intelectual palestino prominente que mantiene estrechos vínculos con la Autoridad Palestina (AP) si pensaba que el rais de la AP Mahmoud Abbas, quien es el líder indiscutible de Fatah, tenía un plan alternativo en caso de que los esfuerzos de paz Obama se derrumbasen. Mi interlocutor no midió sus palabras. Dijo que la única alternativa era que Abbas fracasase en las negociaciones con Israel. Desafortunadamente, esto parece ser totalmente cierto. Abbas visita a la ligera, incluso con desprecio, aunque con la alusión ocasional de Fatah sobre la reanudación de la lucha armada en el caso que Israel se niegue a poner fin a la ocupación. Pues bien, Israel no sólo se niega a poner fin a la ocupación, sino que también defiende la consolidación y perpetuación de ella por medio de la perspectiva de crear un Estado palestino en la Ribera Occidental irreal e ilusorio.

Pero ¿por qué Abbas mira hacia abajo en estos fines pseudo-revolucionarios dentro de su partido, que amenazan con levantarse de nuevo contra Israel, mientras que goza de los frutos de la política y la coordinación de seguridad con el enemigo que está amenazando con pelear? Bueno, la respuesta es clara. Abbas cree que, probablemente con razón, que estos líderes de Fatah son hipócritas o mentirosos, o ambas cosas. Después de todo, la mayoría de ellos han llegado a las posiciones que ahora tienen gracias a la estrecha cooperación y colaboración con Israel, sobre todo contra otros palestinos, especialmente Hamas.

Además, Abbas sabe que la mayoría, si no todos, probablemente con la excepción de unos pocos elementos patrióticos como el líder encarcelado Marwan Barghouti y Hussam Khadr, se lo pensarían dos veces antes de sacrificar sus beneficios y lujosos estilos de vida para volver a la lucha armada. El presidente de AP también da cuenta de que toda la retórica acerca de tomar una postura intransigente en contra de Israel con respecto a la continua expansión de los asentamientos israelíes sólo pretende apaciguar a la opinión pública Palestina; Fatah mantiene ventaja en las encuestas, sobre todo vis-à-vis de Hamas.

Esto se debe a que Fatah ha sido mutilada de manera efectiva no sólo a través de la prolongada cooptación por parte de Israel, sino también a través de la contención sistemática y la domesticación del gobierno americano respaldado por la AP de Salam Fayyad. Esta es la razón por la que Abbas de Fatah no toma en serio y tiene claramente la intención de utilizar el peso de la organización para acelerar un acuerdo con Israel y que sería más o menos una liquidación de hecho de la causa palestina.

Abbas y sus asesores han estado diciendo que no van a reanudar «las conversaciones de paz» con el gobierno de Netanyahu. Sin embargo, en conversaciones privadas con los funcionarios visitantes americanos y europeos, manifiestan su disposición a reanudar las conversaciones, sin condiciones, tan pronto como Israel esté listo. Este discurso deshonesto sólo refuerza aún más el argumento que Israel a menudo hace que los palestinos finalmente cedan a sus condiciones solamente con que Israel muestre la fuerza y determinación en su posición. Pues bien, el rigor ostensible de la A.P. con respecto a la reanudación de las conversaciones con Israel es muy pretencioso y falso en gran medida.

Después de todo, este es el mismo liderazgo que se entregaba en las prolongadas negociaciones con el gobierno de Olmert anterior, cuando la expansión de asentamientos judíos en la Ribera Occidental se sucedía a su mayor velocidad. Esto es lo que la ex ministro israelí de Exteriores y Primer Ministro en funciones, Tzipi Livni, aludió hace poco, diciendo que si el gobierno de Netanyahu moderase sus declaraciones públicas, la cuestión de la ampliación de asentamientos dejaría de ser los titulares en los medios internacionales y desaparecería de la agenda internacional. Livni argumentó correctamente que, durante el gobierno anterior, la expansión de asentamientos y las conversaciones de paz con los palestinos iban de la mano y los palestinos vivían con esto y se abstuvieron de hacer un gran alboroto al respecto. Desafortunadamente, el pronóstico de Livni es correcto, y el liderazgo de la Autoridad Palestina cada vez es más autoritario (Fatah) y sigue comportándose más bien al azar y de manera irresponsable, lo que da la impresión a los líderes israelíes de que la dirección Palestina en Ramallah no tiene líneas rojas y vende los intereses vitales de Palestina y los derechos inalienables en aras de la obtención de un «Estado» que tiene todas las características de la capitulación a la insolencia sionista.

De hecho, lo que Abbas y sus camarillas en Ramallah están haciendo en estos días no es más que la pacificación y la domesticación de Fatah a aceptar un trato vergonzoso prospectivo con Israel sobre la base de que los palestinos tienen que ser realistas. También está tratando de desactivar el consenso palestino en general con respecto a las constantes nacionales sobre las cuestiones cardinales como Jerusalén y los refugiados.

Los Palestinos, independientemente de sus orientaciones políticas e ideológicas, siempre han mantenido que ningún acuerdo con Israel sería posible sin una retirada total israelí de los territorios ocupados en 1967, incluyendo todos los de Jerusalén oriental. Otra cuestión esencial y sagrada es, por supuesto, la aplicación del derecho al retorno de millones de refugiados palestinos desarraigados y expulsados de su patria ancestral, cuando el Estado criminal de Israel fue creado en 1948.

Desafortunadamente, hay evidencia de que Abbas y su campamento se comprometen de manera lenta pero definitiva al abandono de estas constantes y adoptan posiciones diluidas que comprometen los derechos palestinos. Por ejemplo, la dirección de la AP parece estar llegando lentamente a un acuerdo con el tema de «intercambio de tierras»; por el que Israel retendría la mayor parte de las colonias judías, sobre todo en Al-Quds y sus alrededores, a cambio de recibir tierra, sin especificar, posiblemente en el árido desierto de Negev.

Esto sería una desviación escandalosa del consenso nacional palestino porque un acuerdo como tal sería realmente decapitar las esperanzas palestinas para la creación de un Estado viable y territorialmente contiguo, en la Ribera Occidental y la Franja de Gaza. Asimismo, la dirección de la AP parece dispuesta a aceptar la liquidación de la causa de los refugiados mediante la cual algunos de los refugiados serían reasentados en la Ribera Occidental, mientras que otros serían instalados permanentemente en los países de acogida, como el Líbano, Jordania y Siria, en cuyo caso se concederían pasaportes palestinos. Pues bien, aceptar tal acuerdo sería una traición de los derechos palestinos y la traición pérfida de las generaciones de mártires palestinos que sacrificaron sus vidas por la libertad de su país y su gente.

También constituiría un desprecio enorme por la OLP, o lo que queda de ella, ya que la organización siempre ha tratado de justificar su existencia misma, alegando para salvaguardar las constantes nacionales palestinas. Bueno, la traición no sería Halal (religiosamente legal) cuando es practicada por una organización que tiene un legado revolucionario. Esto es lo que todos deben entender.

Fuente original

http://desertpeace.wordpress.com/2009/09/10/fatahs-schizophrenia/