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Nuevo manifiesto político de Hezbolá

La resistencia seguirá adelante

Fuentes: Al Ahram Weekly

Traducción para Rebelión de Loles Oliván

Veinticuatro años, dos órdenes mundiales, una guerra de liberación, una guerra de resistencia y numerosos acontecimientos políticos separan el primer manifiesto político de Hezbolá, publicado en 1985, y el segundo emitido el lunes [1 de diciembre de 2009]. Por primera vez desde que el movimiento de resistencia islámico se incorporó al proceso político del Líbano en 1992 a través de elecciones parlamentarias el secretario general del Hezbolá, Hasan Nasralah, presentó lo que equivale a una clara plataforma política. El documento de 32 páginas aborda cuestiones que van desde el sistema político del Líbano, las armas de la resistencia, la cuestión de Palestina y las relaciones de Líbano con el mundo árabe y occidental. Contrariamente al documento anterior, la nueva visión política matiza la retórica islamista. La referencia al establecimiento de un orden islámico en Líbano -un elemento clave en el manifiesto anterior- se ha omitido. Más bien, el documento propone la aceptación de la diversidad que es el Líbano.

El documento ofrece un marco teórico para políticas ya aplicadas por Hezbolá. Si bien ha habido algunos cambios respecto a ciertas cuestiones, la mayoría de las constantes ideológicas de Hezbolá permanecen intactas, incluidas la línea antiestadounidenses y antiisraelí que representan, ambas, un elemento definitorio de la retórica y las acciones de Hezbolá desde sus inicios. Israel se lleva la mayor parte de condena. La amenaza israelí en curso, declaró Nasralah, obliga a la resistencia a seguir aumentando su capacidad para cumplir con su papel en la liberación de los territorios ocupados. «La amenaza israelí reclama que Líbano tenga una estrategia de defensa basada en la unión entre una resistencia popular que ayude a defender el país contra la agresión israelí y un ejército nacional que proteja el país y su estabilidad», declara el documento.

Pocos se han sorprendido por la escalada de tono del partido contra EEUU, a quien describe como la «fuente de todo el terrorismo en el mundo». En el manifiesto de 1985 el partido identificaba a sus enemigos como «Israel y EEUU, Francia y el Kataib [partido libanés de la Falange]». En el nuevo manifiesto Hezbolá emplea lo que los observadores consideran un enfoque más razonable: «el apoyo ilimitado de la Administración estadounidense a Israel… sitúa a la Administración de EEUU en la posición de enemigo de nuestra nación y de nuestros pueblos». Hezbolá no renunciará a sus armas mientras persista la amenaza israelí: «Israel representa una constante amenaza y un peligro inminente para Líbano».

Nasralah afirmó que la razón de articular una nueva visión para Hezbolá se debe «a las transformaciones históricas que viene sufriendo la región». Una transformación clave es la aparente retirada del papel de EEUU en la zona. «Se trata de la gestación de una fase política de transformaciones históricas excepcionales, y ya no puede ser abordada sin prestar atención al lugar que ocupa nuestro movimiento de resistencia.» Otra razón importante que Nasralah no ha mencionado es que durante los últimos cinco años el movimiento de resistencia se ha trasladado desde la oposición hasta convertirse en un socio real y clave de la escena política libanesa.

Esto podría explicar por qué Hezbolá asigna un capítulo entero al sistema político libanés, que el documento de 1985 se negaba a reconocer y trató de modificar radicalmente. Este salto ha llevado a un comentarista a sugerir que el manifiesto político anuncia una nueva era para el movimiento de resistencia, ya que oficialmente sitúa a Hezbolá «en el club político del Líbano». Hezbolá reconoce la diversidad del Líbano y admite que el centro de los males del sistema libanés es el sistema de controles y equilibrios confesionales. Hezbolá da la bienvenida a un reciente llamamiento del presidente del Parlamento, Nabih Berri, para crear un organismo que trabaje para poner fin al sistema confesional. Nasralah ha solicitado la creación de un órgano cuya principal misión sea estudiar la cuestión.

El movimiento de resistencia parece estar provocando cambios revolucionarios en El Líbano. El manifiesto, sin embargo, es sólo el documento escrito de una política que Hezbolá ha perseguido durante mucho tiempo, incluso cuando negoció alianzas electorales con sus prooccidentales oponentes más importantes en las elecciones parlamentarias de 2005, y con la firma en febrero de 2006 de un memorando de entendimiento con el general Michel Aoun, dirigente del Movimiento Patriótico Libre, la fuerza cristiana más popular. Hezbolá también anunció su intención de poner fin a la tensión sectaria entre las comunidades suníes y chiíes.

El manifiesto político de Hezbolá se produce en un momento en que el movimiento de resistencia está en una encrucijada, al tener que operar en un entorno hostil a nivel nacional y regional. Una de las conclusiones que se extraen de este documento es que Hezbolá -a diferencia de algunos movimientos islamistas- ha demostrado ser menos dogmático que la realpolitik. Esto explica el éxito del partido en su propia transformación desde un movimiento local de resistencia libanesa a un icono y modelo de resistencia en el mundo árabe y musulmán.

Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2009/975/re3.htm