Frei Betto confesó tener ahora las canas que no tenía cuando escribió su libro Fidel y la religión, casi un best-seller, veinticinco años atrás. Sin embargo, su modestia permanece intacta y esa visión de que los seres humanos somos solo instrumentos en las manos de Dios, colocados aquí, en este mundo, para «desfacer entuertos» como […]
Frei Betto confesó tener ahora las canas que no tenía cuando escribió su libro Fidel y la religión, casi un best-seller, veinticinco años atrás. Sin embargo, su modestia permanece intacta y esa visión de que los seres humanos somos solo instrumentos en las manos de Dios, colocados aquí, en este mundo, para «desfacer entuertos» como dijera El Quijote.
En la premura de su viaje a La Habana para participar de la conmemoración por ese aniversario y el del encuentro que sostuviera el líder de la Revolución con un grupo de personalidades religiosas de la Isla, en abril de 1990, como inicio del diálogo que se da en Cuba desde entonces entre Iglesia y Estado, conversamos brevemente con este trashumante teólogo que viaja, constantemente, en la búsqueda de la fidelidad a Dios a través de sus principios y su verdad.
-¿Qué significación tiene para Frei Betto haber escrito un libro que, según usted mismo, Dios puso en su camino, y venir al punto de partida, 25 años después, a reunirse con líderes religiosos y autoridades políticas a festejar?
«Para mí es un honor esta invitación a celebrar un libro que, todavía, sigue siendo leído, divulgado y comentado, y que ha ayudado mucho a la gente a liberarse en su expresión religiosa, a saber que entre religión y revolución no hay contradicción, en tener la convicción de que la fe nos hace más comprometidos con los procesos de justicia y de paz. Entonces, es una alegría inmensa que agradezco, primero a Dios por poder conmemorar estas Bodas de Plata y, después y de manera muy especial, a Fidel que, generosamente, me diera esa importantísima entrevista.»
-¿En qué punto de su historia se encuentra, según su visión, la Teología de la Liberación en estos momentos para América Latina?
«Seguimos trabajando, ahora sobre todo desde la óptica indígena, de género, en el tema de la ecología y los nuevos paradigmas. Su desarrollo continúa, lo que ocurre es que ya no estamos vinculados, directamente, a un proceso político como pasó en la Nicaragua sandinista, entonces ya los enemigos no dicen que somos un peligro, que somos una amenaza; o sea, seguimos, avanzamos, pero, sobre todo, desde las comunidades cristianas de base reflexionando la Palabra de Dios desde la óptica de los más pobres.»
–Sin embargo, algunos niegan su vigencia…
«Bueno, el hecho de que no aparezcas en los periódicos o en los telediarios, no quiere decir que no existas, uno existe si estás en la base de la realidad social y la Teología de la Liberación sigue muy viva, muy activa. No importa que no estemos en el punto de mira, lo importante es seguir con la labor concientizadora desde la perspectiva de los más pobres.»
-¿En qué trabaja, actualmente, Frei Betto?
«Asesoro a movimientos populares, en el trabajo pastoral con las iglesias y hago muchas conferencias por todas partes…»
–¿Pero sigue escribiendo?
«Siempre. Acabo de publicar un libro que es un diario de los años en la cárcel y la novela que se presentó aquí en La Habana, en la Feria del pasado febrero, titulada Un hombre llamado Jesús, y también en un texto sobre espiritualidad y ciencia bajo el título de La obra de un artista, una visión holística del universo.»