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Cronopiando

«Así destruye el arma letal de España»

Fuentes: Rebelión

La noticia tiene apenas un año y así la titulaba entonces en su primera página el periódico El País. En su edición digital hasta venía acompañada de su correspondiente video para que nadie se perdiera detalle del prodigio. Cazabombarderos españoles F-18 habían lanzado por primera vez dos misiles Taurus KEPD-350 valorados, cada uno de ellos, […]

La noticia tiene apenas un año y así la titulaba entonces en su primera página el periódico El País. En su edición digital hasta venía acompañada de su correspondiente video para que nadie se perdiera detalle del prodigio.

Cazabombarderos españoles F-18 habían lanzado por primera vez dos misiles Taurus KEPD-350 valorados, cada uno de ellos, en casi un millón de euros. Los misiles habían sido lanzados en el polígono de tiro de Overberg, en Sudáfrica y según el Ejército del Aire habían sido todo un éxito. «España se une al selecto club de países con misiles de crucero», celebraba el periódico El País la noticia con un segundo titular. La señora Chacón, ministra de Defensa, toda una experta en materia de eufemismos, la misma que se reconocía pacifista y declaraba que «los ejércitos del siglo XXI también lo son»; la misma que, abundando en el tema, insistía en que «estos no son tiempos para el intervencionismo militar», perdió una magnífica oportunidad para ilustrarnos sobre el carácter pacificador de los misiles Taurus. Obviamente, estos son tiempos de guerras humanitarias, de soldados de paz, de beneméritas bombas, de misericordiosas torturas, de benignas desapariciones, y poco ayudaba el periódico El País a este interés general calificando como letal y destructiva la nueva arma española, lapsus que sólo se entendía por las tantas veces en que se ha referido en esos términos a los misiles coreanos, a esos que sí son letales y destructivos y a los que, posiblemente, acabó confundiendo con los seráficos misiles españoles.

Sólo un club perverso, que no selecto, podría ser aquel que acepte socios letales. Sólo un club violento, podría ser aquel que acepte miembros destructivos. Y un club de millonarios, además, que sólo así se entiende puedan estar gastando en estos tiempos un millón de euros cada vez que disparan un misil, para no hablar de los gastos de alquiler del polígono de tiro en Sudáfrica, que no en las Bardenas, por citar otro más próximo. Pero traigo la noticia a colación porque así sea el uso de polígonos de tiro en Africa parte de las políticas de desarrollo que España impulsa para contribuir al progreso de ese continente, éste podría ser un buen renglón en el que aplicar esos recortes que hoy se nos anuncian como inevitables.

Mejor que andar contribuyendo con las arcas africanas con millonarios recursos por usar sus polígonos de tiro, por depositar nuestras tóxicas basuras, por esquilmar sus fondos marinos o por instruir sus policías y fuerzas armadas, entre otros muchos aportes a su desarrollo, sería ocuparse de la supervivencia de las pensiones, de los empleos españoles. Mejor que seguir aportando militares a Afganistán en un solidario gesto y millonario gasto que ni siquiera es entendido, sería aportar esos recursos, que hoy se recortan, a la economía nacional, a esos jubilados y recién nacidos que por haberlo dado todo o no estar todavía en capacidad de aportar nada, necesitan y merecen la justa retribución del Estado.

Si hace un año el gobierno de Zapatero conseguía llevar al estado español al selecto grupo de los 20, y lo convertía, además, en socio del selecto club de los misiles crucero, triste va a ser que lo termine convirtiendo en numerario de la honorable sociedad de Estados arruinados y hechos mierda.

En eso estamos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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