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Entrevista a a Josu Martínez y Txaber Larreategi, directores de los documentales ‘Prohibido recordar’ y ‘Sagarren Denbora’

«No hace falta que pasen 70 años»

Fuentes: Diagonal

Entrevistamos, en el Festival de Cine de San Sebastián, a Josu Martínez y Txaber Larreategi, directores de los documentales ‘Prohibido recordar’ y ‘Sagarren Denbora’, que abordan dos episodios oscuros de la historia reciente del Estado español, junto a una de sus protagonistas.

El Festival de Cine de San Sebastián proyectó en su 58 edición varias películas, la mayoría vascas, que recogen diversos temas de memoria histórica, desde distintas perspectivas. Mientras la proyectada a concurso la en Sección Oficial Pa negre, de Agustí Villaronga, utiliza la posguerra franquista como excusa dramática, otras propuestas desde el cine vasco plantean sacar a la luz hechos desconocidos sucedidos desde la Guerra Civil.

Uno de estos largometrajes, Mugaldekoak, trata la formación, sostenida en su mayoría por mujeres, de la red Comète desde la Francia ocupada por el ejército alemán al País Vasco, película muy bien dirigida por Mireia Gabilondo y Fernando Bernués. Dos películas retratan lo que vivieron las presas políticas en la cárcel de Saturrarán, donde entre otras violaciones se produjo el secuestro de niñas y niños de mano del general y médico Vallejo Nájera.

Este tema se muestra de forma ficcionada en Izarren Argia, dirigida por Mikel Rueda, y a través de la recogida de testimonios de forma documental en Prohibido recordar, realizada a lo largo de cuatro años por Josu Martínez y Txaber Larreategi. Estos últimos directores también presentaron en el Festival Sagarren Denbora, documental que recoge una memoria histórica más reciente y que recoge una memoria histórica más reciente: las deportaciones llevadas a cabo por el Gobierno español desde hace 25 años, a través de la historia de Alfonso Etxegarai y su pareja Kristiane Etxaluz.

Josu, Txaber y Kristiane atendieron durante el Festival a DIAGONAL para hablar de sus dos películas proyectadas y de la repercusión de la película que Josu Martínez en la dirección y Txaber Larreategi en la edición presentaron el año anterior, Itsasoaren Alaba, película en la que su protagonista Haize Goikoetxea intenta entender la historia de su padre, asesinado por los GAL.

En el festival se han visto varias películas sobre memoria histórica, ¿quizás pasada la moda hay una postura más seria desde el cine por recuperar lo que sucedió? Josu Martínez: Puede que cuantitativamente haya más películas, y que haya sido una apuesta del festival, pero la cuestión es qué cuentan esas historias y si hacen memoria histórica atando el pasado con lo que sucede hoy en día. El problema de la memoria histórica va unido al régimen que tiene hoy España. Si se hablara realmente de la Guerra Civil lo primero que habría que hacer es plantearse la legitimidad del sistema de la monarquía parlamentaria.

Txaber Larreategi: Nosotros no queríamos contar simplemente lo que pasó en la cárcel de Saturrarán, no queríamos decir «pobrecitas, qué mal lo pasaron», por eso la película se titula Prohibido Recordar: estas mujeres fueron acalladas por segunda vez en la Transición, y desde entonces han pasado más tiempo en silencio que en la dictadura.

¿Creéis que se pueden abrir nuevos debates a través de vuestro cine? T.L: Entre nuestras motivaciones para hacer Sagarren Den bora está el querer contrarrestar la idea que se da sobre los militantes vascos, de ETA y no de ETA, que salen en los medios de comunicación, y por eso enfocamos esta película, igual que anteriormente Itsasoaren Alaba desde un punto de vista personal; nos centramos en las personas, que son personas con sentimientos como todas las demás. Sin embargo, nuestra asignatura pendiente es abrir el documental a otro público, llegar no sólo a quienes les toca de cerca esa realidad, sino a quienes les llegan las noticias a través de los medios de comunicación.

Vuestra anterior película, Itsasoaren Alaba, se ha proyectado en muchos lugares diferentes… J.M: Hemos intentado moverla, la ha visto bastante gente, y te da alegría cuando alguien te discute después de la proyección, porque quizás has aportado algo que no se conocía. Pero es muy difícil romper con ese muro. La película no sé si es un arma cargada de futuro, quizás es un tirachinas. Hay momentos en que tienes la sensación de estar llegando a más gente, como cuando se estrena en el Festival, pero al presentar otro tema de memoria histórica, más vinculado con la Guerra Civil como es Prohibido recordar, te das cuenta de que todo coge una dimensión más grande, porque el consenso que genera es mucho mayor. Al estrenar esta última nos llamaban para entrevistas, y les comentábamos que teníamos otra película en el festival, pero ésa no la consideraban de memoria histórica, mientras nosotros creemos que no hace falta que pasen 70 años para tener que recordar. Te das cuenta de lo que podría ser Sagarren Denbora si no estuviera la situación como está y si los medios de comunicación quisieran dar una visión general e imparcial del panorama cinematográfico.

¿Estos documentales sirven de algún modo como ‘curación’ para personas que han vivido o están viviendo un conflicto? J.M: Itsasoaren Alaba ha servido claramente. Haize [Goikoetxea] así lo planteaba desde el principio, a ella le ha ayudado. T.L: Una de esas mujeres expresa en Prohibido recordar que no tuvo la oportunidad de reconocer a su madre, de darle un beso, y eso se le quedó marcado. No iba a venir a la proyección, pero nos dijo que sería otra espina incurable si no venía. Yo creo que sí sirve como terapia.

¿Consideráis que materiales como éstos son fundamentales para que el conflicto pueda tener una buena resolución? T.L: Sí, porque si se trata de entendernos entre nosotros, el primer paso es conocernos. El problema es que hoy en día sólo se habla de un parte del conflicto. Creo que hay que enseñar la otra parte, hay que conocerse, porque si no, no es posible llegar a un entendimiento.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/No-hacen-falta-que-pasen-70-anos.html