No se inmuta el teniente coronel de la reserva israelí y dueño de la empresa Calibre 3, Sharon Gat, al decir que los colonos judíos que habitan los territorios ocupados palestinos deben estar armados y entrenados para repeler esa categoría amplia y abarcadora que es el «terrorismo». El ex Mayor de las Fuerzas de Defensa […]
No se inmuta el teniente coronel de la reserva israelí y dueño de la empresa Calibre 3, Sharon Gat, al decir que los colonos judíos que habitan los territorios ocupados palestinos deben estar armados y entrenados para repeler esa categoría amplia y abarcadora que es el «terrorismo».
El ex Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) tampoco duda en promocionar su compañía, donde los cursos y entrenamientos militares no sólo son brindados a personal gubernamental, soldados hebreos y agentes privados, sino que permiten a civiles conocer el arte de la guerra para, principalmente, defenderse de los palestinos.
Pero como si eso fuera poco, Calibre 3 recibe a turistas de todo el mundo que, luego de desembolsar cientos de euros, son adiestrados y formados por si en algún momento deciden luchar contra el «terrorismo».
Ubicada en las afueras del asentamiento de Efrata, al sur de Cisjordania, Calibre 3 es una compañía legal que tiene contratos con el Ejército israelí y sus negocios se despliegan en varias naciones.
Consultado por la agencia Efe en octubre de este año, Gat remarcó que su emprendimiento permite que cada día se entrenen en defensa personal y lucha armada unas 150 personas.
Cursos desde un día hasta ocho semanas dictados por treinta instructores, todos soldados de alto rango de unidades de élite del Ejército en la reserva, buscan el adoctrinamiento y la preparación técnica y física de los alumnos para el combate.
Teniendo en cuenta la intransigencia del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu de no detener la expansión de colonias en tierras palestinas, el propietario de Calibre 3 reconoció que «si la situación continúa deteriorándose notaremos que más gente demanda este tipo de entrenamiento».
Invadidos en 1967, los territorios ocupados fueron anexados a Israel cuando el Estado expandía sus fronteras a través del militarismo y desplazaba hacia naciones vecinas a cientos de miles de ciudadanos y ciudadanas de Palestina que nunca más tendrían oportunidad de retornar a sus tierras.
Con el argumento de que Israel es un Estado asediado por vecinos hostiles, donde los palestinos están primeros en esa lista, Gat recordó que en su país «el terrorismo está en todas partes».
Como justificación, el militar israelí señaló que «si de repente empieza un ataque porque se ha infiltrado un terrorista hay que reaccionar».
Sumado a los servicios de Calibre 3 para combatir a los palestinos, en los territorios ocupados también se encuentran los denominados Equipos de Respuesta, formados por israelíes a los que el propio Ejército proporciona armas para atacar.
Si las fuerzas armadas israelíes se caracterizan por las incursiones y bombardeos continuos sobre Palestina, para el dueño de Calibre 3 esto no es suficiente: «Por eso el gobierno decidió que en ese tipo de ataques, donde cada segundo puede salvar una vida, es necesario que los civiles lleven armas».
Y si los civiles judíos están convencidos de que los pobladores palestinos, expulsados de sus casas y arrestados sin razón alguna, llegaran a rebelarse, seguramente Calibre 3 estará presente para entrenarlos por un buen precio.
Armas y agentes de inteligencia: atracciones de Calibre 3
Creada en el año 2000, Calibre 3 postula en su portal web (www.caliber3range.com) que el objetivo es «diseñar e implementar soluciones de defensa eficaces a nivel mundial».
Instalada no sólo en Israel, sino en África, Asia y América Central, en 2007 la compañía se expandió a través de un centro de entrenamiento donde llegan soldados, agentes privados y civiles a los que se les cobra entre 2.000 y 12.000 euros.
Según sus principios, Calibre 3 está especializada en «desarrollar sistemas de respuesta de emergencia» dentro de una «comunidad específica».
Además de sus propios medios, la compañía de seguridad privada cuenta con la cooperación de las FDI que «incluye un alto nivel de operaciones de entrenamiento contra potenciales ataques terroristas en áreas civiles».
También admite que si el Ejército judío «necesitara un sistema especial contra el terrorismo para áreas de alto riesgo», Calibre 3 tendría capacidad «de planificar y llevar a cabo de manera efectiva este sistema».
Entre sus miembros más destacados, la empresa liderada por Gat cuenta con el ex miembro de la unidad especial de la FDI, Ran Soffer, y el coronel retirado, Pazi Zafrir, que se desempeñó como director y jefe de instrucción del Servicio Secreto Israelí y de su Unidad de Protección VIP.
Según la periodista estadounidense Naomi Klein, compañías como Calibre 3 fueron impulsoras de un nuevo mercado de exportación que trajo lucrativos dividendos a Israel.
Luego de la crisis de las firmas denominadas punto.com, donde el Estado judío era una potencia con sus tecnologías, la exportación de servicios de seguridad se acrecentaron, sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York.
Klein explicó que en la nueva cruzada contra el terrorismo encabezada por Estados Unidos, en Israel «se abrieron nuevos horizontes de beneficio para cualquier compañía que se declarara capaz de detectar terroristas en masa, sellar fronteras frente a cualquier ataque y sacar confesiones de prisioneros mudos».
La periodista describió que en apenas tres años, «buena parte de la economía tecnológica» del Estado judío fue «radicalmente reorientada» hacia el negocio de «vender vallas para un planeta trocado en apartheid», y la industria de la seguridad interior, que apenas existía en el país, se potenció rápidamente.
Entre las exportaciones más beneficiosas se encuentran productos como vallas de alta tecnología, aviones no tripulados, procedimientos biométricos de identificación, equipos audiovisuales de vigilancia, sistemas de detección de pasajeros aéreos y de interrogación de presos.
Con un discurso de miedo permanente y donde el supuesto «terrorismo» está desatado sin respetar fronteras, Klein aseveró que Israel se muestra «como un ejemplo vivo de que se puede gozar de relativa seguridad en medio de una guerra ininterrumpida».
Otra de las compañías estelares en este negocio es CST Global, encabezada por el general israelí retirado Israel Ziv, encargada de asesorar a las fuerzas militares de Colombia antes de la liberación de la candidata presidencial Ingrid Betancourt, en julio de 2008, luego de un operativo donde no se respetaron los acuerdos entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y grupos humanitarios para la entrega de retenidos, según reconocieron en esa ocasión activistas colombianos de derechos humanos.
¡Bienvenidos turistas!
En un artículo para la agencia Xinhua, Gur Salomon y Dave Bender describieron cómo en el centro de adiestramiento de Calibre 3 una madre descargaba un cargador de una ametralladora contra una silueta de papel.
A pocos metros de ella, su hijo de seis años la observaba para luego preguntarle cómo se sentía la experiencia.
Como respuesta, la madre le permitió empuñar una pistola de paintball para que el pequeño viviera en carne propia la adrenalina de descargar las municiones sobre la representación en papel de un terrorista.
Con grandes ingresos por ser subcontratista del Ministerio de Defensa israelí, Calibre 3 además recauda dinero a través del turismo, donde reciben a personas y niños de todo el mundo.
Según Salomon y Bender, «los cuerpos oficiales responsables de promocionar el turismo y las relaciones internacionales de Israel han cambiado la propaganda tradicional que mostraba sitios familiares bíblicos por algo que ellos consideran una imagen más fresca, más a la moda».
Muchos de esos millones de dólares utilizados para promocionar las ventajas del país, son destinados a «vender» firmas como Calibre 3: «Empresarios como Gat sacan provecho de ese potencial al crear en atracciones para satisfacer a los visitantes deseosos de una nueva emoción», indicaron los periodistas.
El «paquete turístico» de dos horas ofrecido por la compañía incluye un demo con instrucciones, seguido de un simulacro básico y obligatorio antes de disparar las armas de fuego.
Fusiles de asalto M16, subfusiles Mini Uzi o el nacional mini Travor están al alcance de las manos para quienes toman los cursos y se forman para repeler los futuros ataques de terroristas, en especial si provienen del mundo árabe como repiten día y noche los grandes medios de comunicación.
Aunque las dos horas pueden parecer pocas para las instrucciones, los entrenadores de Calibre 3 se esmeran en entregar a sus clientes la cantidad de municiones suficientes para destrozar a un batallón.
Como cierre y festejo, la empresa de Gat le permite a los turistas conocer a miembros del antiguo grupo elite y personal del Shin Bet, temido servicio de seguridad interior israelí.
«Muchas de las personas que vienen aquí son judíos que quieren sentir de cerca a la gente que han dedicado sus vidas a salvar las vidas de otros, así que hay también un poco de sionismo implicado», resume el dueño de Calibre 3, dejando en claro que las vidas en Israel tienen mucho más valor que las de los palestinos expulsados de sus territorios en la década del cuarenta.
Aunque en los territorios ocupados los pobladores soportan bombardeos y saqueos que ninguna diplomacia ha podido frenar, en Calibre 3 la doctrina del sionismo y el entrenamiento militar extremo no sólo dan buenos réditos económicos, sino que permiten la expansión de Israel bajo el argumento de la lucha contra el terrorismo.