Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
«WikiLeaks confirmó otra sospechada relación, aunque nunca confirmada, entre Líbano e Israel. Los informes diplomáticos estadounidenses detallan las discusiones celebradas en 2008 entre el Ministro de Defensa libanés y varios funcionarios estadounidenses. El Ministro libanés discutía acerca de cómo Israel debía golpear objetivos claves de Hizbolá para conseguir inutilizar a la fuerza chií apoyada por Irán. El Ministro creía también que Israel podría eliminar a Hizbolá sin enfurecer al resto del Líbano si la lucha quedaba confinada a las zonas controladas por Hizbolá. También era importante no bombardear objetivos situados en las zonas cristianas libanesas.» «Lebanon Faces the Hidden Enemy» [Líbano descubre al enemigo oculto»], strategypage.com.
«El objetivo de EEUU e Israel es propagar el caos en el Líbano y encontrar excusas para una intervención exterior.» (Hassan Nasrallah, Secretario General de Hizbolá).
Cuando las tropas y unidades blindadas israelíes barrieron el Líbano el 12 de julio de 2006, no se desplegó hacia el sur a ningún soldado del ejército libanés para que defendiera el país. El ejército permaneció a buen recaudo en el norte mientras los milicianos de Hizbolá emprendían un feroz combate durante más de un mes con las fuerzas del ejército israelí. 1.200 civiles murieron a lo largo de los combates e inmensas partes de la más vital infraestructura del país quedaron destruidas antes de que Hizbolá se impusiera y enviara de vuelta a Israel a su ejército. Líbano consiguió evitar la ocupación israelí debido a los esfuerzos heroicos de Hizbolá.
Durante la última parte del conflicto, su Secretario General, Hassan Nasrallah, emitió un comunicado que decía así:
«Durante los últimos días, los israelíes han hecho cuanto han podido desde el aire y desde el mar. No hay objetivo -viejo, nuevo, asumido, esperado, basado en información y análisis- que no hayan atacado… (Pero) Hizbolá está afrontando la batalla despacio, con calma y sin ninguna reacción emocional. Pueden comprobarlo. No lanzamos amenazas innecesarias ni retóricas al buen tuntún… No somos un ejército clásico que se extiende desde el mar al Monte Hermon. Somos un movimiento serio de resistencia popular que está presente en muchas zonas y ejes… Nuestra ecuación y principios con los siguientes: Cuando los israelíes entran, tienen que pagarlo muy caro en tanques, oficiales y soldados. Esto es lo que prometemos hacer y vamos a cumplir nuestra promesa, si Dios quiere.»
Nasrallah mantuvo su palabra, sus hombres lucharon valientemente e Israel tuvo que salir por pies.
Israel se quedó profundamente traumatizado por la derrota. Habían muerto 118 de sus soldados y el celebrado poder de disuasión israelí se había evaporado. El Primer Ministro israelí Ehud Olmert suspendió a toda prisa la invasión después de 34 días, cuando ya no pudo soportar el creciente número de muertos entre sus filas. Dos años después tuvo que dejar el poder con deshonra. A diferencia, la popularidad de Nasrallah ha crecido hasta proporciones míticas. Ahora es el dirigente más respetado del mundo árabe. Porque es el hombre que ha derrotado dos veces a Israel.
Kenneth Besig resumió así el estado de ánimo del público israelí en aquel momento. Estas líneas son del Jerusalem Post:
«Menos de 5.000 terroristas de Hizbollah pobremente armados mantuvieron a raya durante más de un mes al poderoso ejército israelí. Una banda terrorista islámica sin tanques, artillería, aviones de combate, helicópteros de ataque y sólo unas cuantas granadas y cohetes propulsados y rifles pudieron paralizar a casi 30.000 soldados bien entrenados con los mejores tanques, la mejor artillería y los aviones y helicópteros de combate más avanzados del mundo. Y todavía pueden dejar vacías nuestras comunidades del norte con sus cohetes cuando se les antoje. Si eso no es una victoria, entonces es que las palabras no tienen sentido.»
Gracias a WikiLeaks sabemos ahora por qué las tropas libanesas no se desplegaron hasta el sur para defender su país. Esto es de World Socialist Web Site:
«Un cable reservado de la embajada de EEUU en Beirut ha revelado cómo la gobernante Coalición del 14 de Marzo en Líbano discutió con EEUU sus preparativos para un ataque militar de Israel contra su rival Hizbolá. Este y otros cables secretos publicados por WikiLeaks están desestabilizando las ya tensas relaciones políticas en el Líbano.
Según ese despacho, en marzo de 2008, Elias Murr, Ministro de Defensa del Líbano… le dijo a los diplomáticos estadounidenses que en caso de un ataque militar de Israel contra el Líbano, Israel debería evitar dañar la infraestructura libanesa para que la opinión pública no se volviera contra la Alianza del 14 de Marzo, como sucedió cuando Israel invadió el Líbano en la guerra de 2006…
Si Israel bombardeaba las zonas bajo control de Hizbolá, Murr dejó claro que las fuerzas armadas libanesas no intervendrían. Dijo, en el curso de una reunión de dos horas y media alrededor de un almuerzo: ‘Si Israel tiene que bombardear todos esos lugares en las áreas chiíes por ser de interés operativo, ese es el problema de Hizbolá’.
Se informó que Murr había dicho que el ejército del Líbano no se implicaría en la próxima guerra y que su objetivo era sobrevivir ‘completamente intacto’ a una guerra de tres semanas para poder ‘apropiarse del territorio una vez que la milicia de Hizbolá hubiera quedado destruida’. Dijo: ‘No quiero que miles de nuestros soldados mueran por nada’.
La embajada de EEUU concluía que Murr parecía tratar de asegurar que el ejército se quedara al margen para que Hizbolá tuviera que soportar todo el peso de una ofensiva israelí’.» («Lebanon government gave covert support for Israeli attack on Hezbollah», Jean Shaoul, WSWS).
Así pues, el gobierno libanés colaboró con funcionarios estadounidenses de modo tal que aseguró la muerte de civiles libaneses. Esto significa que es culpable de asesinato o de traición. Imaginen que Barack Obama le diera luz verde al Primer Ministro canadiense Steven harper para bombardear los barrios católicos irlandeses de Chicago. Es exactamente lo mismo. La coalición gobernante libanesa masacró intencionalmente a su propio pueblo. Quizá es por esto por lo que el Primer Ministro libanés Saad Hariri (el hijo de Rafik Hariri) ha decidido de repente suspender la investigación sobre el asesinato de su padre. Según el Jerusalem Post:
«El Primer Ministro libanés Saad Hariri pedirá al tribunal nombrado por las Naciones Unidas para investigar el asesinato de su padre Rafik Hariri que detenga sus averiguaciones y salga del país, según informó el miércoles el periódico libanés Al-Diyar. Hariri añadió que se opondría a cualquier acusación que pudiera presentar el tribunal, diciendo: ‘He sacrificado muchas cosas y no puedo ya sacrificar más’.» («Lebanese PM will tell UN to stop Hariri tribunal», Jerusalem Post)
El llamado Tribunal Especial para el Líbano (STL, por sus siglas en inglés), es un invento respaldado por la ONU (con el apoyo de EEUU e Israel) diseñado para desacreditar políticamente a Hizbolá. Si el STL acusara a miembros de Hizbolá -como muchos esperan que haga-, entonces la reputación de la organización de la resistencia se vería empañada y se les tildaría de «asesinos políticos». Esto podría llevar a una ruptura del frágil gobierno de unidad y, finalmente, a la guerra civil. Israel podría entonces utilizar las acusaciones para legitimar futuros ataques contra bastiones de Hizbolá en el sur o en Beirut. Por tanto, hay mucho en juego.
Nasrallah ha promovido una alternativa al STL sugiriendo que se envíe el caso al Consejo Supremo Judicial del Líbano que es el órgano competente en delitos de seguridad del estado. De esa forma, la cuestión se abordaría internamente y Hizbolá tendría más razones para confiar en los resultados. Pero Hariri, que está totalmente bajo la influencia de Washington y Tel Aviv, ha rechazado la idea por completo.
Según Associated Press, «Hizbolá y sus aliados se niegan a asistir a cualquier reunión del gabinete en la que no se vote sobre el tema, aunque Hariri ha prometido al parecer marcharse de cualquier reunión en la que decida llevarse a cabo tal votación. Como consecuencia, el gabinete se ha reunido tan sólo en una ocasión desde el 10 de noviembre, y esa única reunión duró tan sólo unos cuantos minutos. Las instituciones estatales se encuentran en punto muerto».
El STL es la vía que tienen EEUU e Israel para inmiscuirse en los asuntos internos del Líbano para remodelar Oriente Medio y conseguir sus objetivos estratégicos. Es una continuación de la política bélica y de incitación de Bush que la Secretaria de Estado Condoleeza Rice llamaba «las contracciones del parto». La pregunta que cabe ahora hacer es si las acusaciones se utilizarán como pretexto para otra guerra. Nadie lo sabe con seguridad, pero se barruntan nubarrones por el horizonte. Esto es del The Daily Star del Líbano del pasado miércoles:
«Israel reanudó el martes sus ejercicios militares disparando munición hacia el Líbano tras varias semanas de maniobras flexionando músculos. La National News Agency (NNA) informaba de que patrullas israelíes habían estado disparando contra territorio libanés durante varias horas hasta que finalmente cesaron el martes por la mañana.
‘El ejército israelí estuvo disparando el lunes por la noche y en la madrugada del martes durante más de una hora y media desde sus emplazamientos en las ocupadas Granjas de la Shebaa’, dijo la NNA. Añadía que aviones de reconocimiento israelíes habían violado el espacio aéreo libanés a las 08,30 horas de la mañana del martes, tras una serie parecida de maniobras del lunes.
‘A las 07,20 horas de la mañana del lunes, un avión de combate de reconocimiento israelí violó el espacio aéreo libanés sobre Aalma al-Chaib, ejecutando maniobras circulares sobre las regiones del sur, saliendo después del espacio aéreo sobre las 22,00 horas por encima del pueblo de Rmeish en dirección a los Territorios Ocupados’, decía un comunicado del Mando del ejército libanés.
La última operación israelí cercana a la Línea Azul es continuación de las intensas maniobras militares de finales de 2010, diseñadas para remedar el ‘peor escenario posible’ en cualquier futuro enfrentamiento con Hizbolá.» («Israel continues military drills, fires into south Lebanon», The Daily Star)
Por lo tanto, Israel ha proseguido con su ruido de sables en la frontera mientras la temperatura sigue aumentando en Beirut. Esto es más que una simple coincidencia. El siguiente párrafo es de WikiLeaks a través de World Socialist Web Site:
«Los cables diplomáticos estadounidenses citados por el periódico diario noruego AftenPosten revelan las discusiones entre legisladores estadounidenses y funcionarios israelíes acerca de los preparativos para la próxima guerra en Oriente Medio. Esos documentos dejan claro tanto los preparativos de Israel para otra importante guerra en la región como el total apoyo a la misma de varios miembros del Congreso que estaban allí de visita… Los cables, según informa el periódico noruego, envían un ‘claro mensaje’ de que ‘los preparativos del ejército israelí para una nueva guerra en Oriente Medio van viento en popa y a toda vela’.
En el cable de 2009 se cita al General Askenazi diciendo que el ejército israelí está preparándose para emprender la próxima guerra ‘en las mismas áreas donde tuvieron lugar las anteriores, es decir, en Líbano y la Franja de Gaza’…
El jefe del estado mayor israelí confió a la delegación estadounidense que el ejército israelí está continuamente sobrevolando el Líbano con aviones no tripulados, en abierto desprecio por su soberanía, para identificar objetivos para el ataque. También expresó su gratitud a la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU (NSA, por sus siglas en inglés) por su ayuda en el espionaje de los enemigos de Israel.» («Cables expose US-Israeli war talks», Bill Van Auken, World Socialist Web Site).
Es sólo cuestión de tiempo que Israel reanude las hostilidades. El Congreso y la Casa Blanca han sido ya informados y los clientes de EEUU en Beirut han reforzado sus medidas de seguridad para defenderse de las posibles represalias de Hizbolá. Todo lo que se necesita en estos momentos es una provocación: un secuestro, un tiroteo indiscriminado, un cohete disparado hacia Israel o, quizá, las acusaciones del STL. Cualquier cosa vale. Después de todo, Israel quiere reparar su maltrecha imagen, restaurar su poder de disuasión, y vengarse de la paliza que se llevó en 2006. Hizbolá haría bien en prepararse.
Mike Whitney vive en el estado de Washington. Puede contactarse con él en: [email protected]