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Entrevista con el exministro cubano de Economía, José Luis Rodríguez García

En la actualización del modelo económico cubano, prima la planificación y no el mercado

Fuentes: Cronicon.net

La globalización neoliberal pretende convertir cada vez más a la fuerza de trabajo en un costo variable para el capital, lanzando a la calle miles de trabajadores en las fases de contracción económica; en estas condiciones el empleo formal se reduce y se ofrece como alternativa el empleo informal. Esta situación no ocurre en Cuba, […]

La globalización neoliberal pretende convertir cada vez más a la fuerza de trabajo en un costo variable para el capital, lanzando a la calle miles de trabajadores en las fases de contracción económica; en estas condiciones el empleo formal se reduce y se ofrece como alternativa el empleo informal. Esta situación no ocurre en Cuba, como lo ha querido presentar la prensa internacional al señalar que se han lanzado 500 mil personas a la calle, afirma el exministro de de Economía y Planificación de Cuba y actualmente miembro del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, José Luis Rodríguez García, quien participó en Bogotá en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa.

«Cuando Cuba tuvo que enfrentarse a la contracción del empleo en los años 90, las primeras medidas fueron para garantizar la adecuada protección de los trabajadores y no la llamada flexibilización del empleo», señala.

«La reestructuración que necesariamente hubo que abordar se realizó gradual y ordenadamente, asegurando una reubicación de los trabajadores en la medida en que reactivó la economía y creció la demanda de trabajo. Con relación a la política laboral, se aplicaron conceptos que parten de que es posible encontrar un empleo útil para cada ciudadano y que es razonable y socialmente conveniente poner a estudiar a los jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo, como una forma alternativa de empleo».

En este tipo de cursos de superación integral estudian en Cuba más de 80 mil jóvenes, al tiempo que se generan nuevos empleos en la agricultura ecológica urbana y en los servicios sociales básicos.

El problema fundamental de Cuba está en el desbalance financiero externo, señala Rodríguez García: «El país ha debido enfrentar enormes dificultades y gastos, debido al bloqueo; el último cálculo arrojaba más de 70 mil millones de dólares desde principios de la década de los 60 hasta finales de los 90, y ese es un factor que constantemente está añadiendo desembolsos e impidiendo ingresos en nuestras relaciones económicas con el exterior».

«Una segunda problemática es que la propia crisis financiera internacional provoca fluctuaciones, muchas veces contrarias a los intereses cubanos. Durante 2010 los precios de los combustibles aumentaron notablemente y los del azúcar han bajado de manera considerable. Eso es negativo para la economía, pues lo vendido es muy barato y lo comprado, más caro».


Prima más la planificación que el mercado

 

 

Rodríguez García afirma que en la nueva etapa económica de Cuba «se corresponderá con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la Revolución, y que en la actualización del modelo económico, primará la planificación y no el mercado».

 

«En la política económica que se propone -agrega- está presente que el socialismo es igualdad de derechos e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, no igualitarismo. El trabajo es a la vez un derecho y un deber, motivo de realización personal para cada ciudadano, y deberá ser remunerado conforme a su cantidad y calidad».

 

A partir de las actuales condiciones y del escenario internacional previsible, la política económica cubana está dirigida a eliminar el déficit de la balanza de pagos, que potencien la generación de ingresos externos y la sustitución de importaciones y, a su vez, den respuesta a los problemas de mayor impacto inmediato en la eficiencia económica, la motivación por el trabajo y la distribución del ingreso, y creen las necesarias condiciones infraestructurales y productivas que permitan el tránsito a una etapa superior del desarrollo.

 

En el más largo plazo se trabajará por una autosuficiencia alimentaria y energética altas, un uso eficiente del potencial humano, una elevada competitividad en las producciones tradicionales, así como, el desarrollo de nuevas producciones de bienes y servicios de alto valor agregado.

 

Proceso de ajuste en la política de empleo

 

El exministro de Economía y Planificación de la isla socialista dialogó con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net

 

 

¿Las reformas económicas en Cuba que han generado la salida de 500 mil empleados estatales, apuntan a una reforma del aparato productivo de su país?

 

– En primer lugar, es un proceso de ajuste de la política de empleo del país para que a través de los recursos de organización fundamentalmente, dado que no tenemos un fondo de inversiones significativo para incrementar la productividad, lograr un mejor aprovechamiento de la fuerza de trabajo. Eso implica movilizar recursos fuera del sector estatal hacia el sector cooperativo, en el cual hay espacios para ubicar una parte importante de esa fuerza de trabajo. Está la variante del trabajo privado: la pequeña empresa, el pequeño productor que debe absorber otra parte del subempleo que tenemos y también está la posibilidad de que tengan ubicación en otras áreas del propio sector estatal mediante un reacomodo. También existe la posibilidad de exportar especialistas en distintas áreas al exterior, como se hace hoy con la fuerza médica calificada. Ese proceso forma parte de un cambio que se quiere hacer de la capacidad productiva del país, manteniendo la protección social. Es decir, esas personas no quedan desamparadas, tienen un seguro de desempleo por un lapso de cinco o seis meses, además no se eliminan los servicios sociales gratuitos como la salud pública, la educación, la recreación. No es como se ha dicho en la prensa internacional que se han lanzado 500 mil personas a la calle o abrirse al capitalismo, no hay tal en ese sentido.

 

¿Si hoy Cuba tiene relaciones comerciales con buena parte de Europa, Asia y América Latina, porque sigue afectando para el proceso productivo de la isla el bloqueo económico norteamericano?

 

– Porque si bien esas relaciones se pueden mantener con muchos países, no podemos tenerlas con nadie que tenga intereses norteamericanos en sus empresas. Basta con que sea una empresa radicada en cualquier país que tenga intereses norteamericanos para que no se nos permita tener relación con ella. Además, no podemos usar el dólar como moneda, eso se desconoce. Cuba no puede operar con un dólar en ningún mercado del mundo, para exportar e importar tenemos que cambiar a una tercera moneda: un euro, un yen, un franco, y eso encarece notablemente.

 

¿Y en ese sentido, cómo es la política monetaria de Cuba?

 

– Bueno, es una política defensiva en ese sentido porque por ejemplo, el níquel se cotiza en dólares, pero no podemos cobrar un embarque de este producto en dólares sino en francos, entonces a donde vayamos a comprar no podemos comercializar en francos sino que tenemos que conseguir euros. Imagínese que usted tenga que trabajar eludiendo en todos los pasos los procesos de importación y exportación el dólar norteamericano y verá el problema que es, siendo una divisa mundial todavía.

 

¿Lo que se viene para Cuba es una refinación del modelo socialista?

 

– Sí, es un perfeccionamiento del modelo socialista como lo hemos denominado. No se trata de una reforma totalmente concluida porque se requieren todavía dar muchos pasos del orden jurídico y organizacional. Pero indudablemente estos primeros pasos de reacomodo de la política de empleo es un avance muy grande.

 

¿Podríamos decir que la economía cubana está en crisis?

 

– No. Nosotros estamos siendo afectados por la crisis económica internacional y sufrimos una crisis por el derrumbe del campo socialista hace veinte años, pero no es que el modelo en sí tenga una crisis. Que nos quiten el bloqueo norteamericano y se va a ver enseguida, o que no existiera la crisis y no tuviéramos la escasez de crédito que sufrimos hoy, por ejemplo. Es decir, esencialmente, el modelo se puede sostener, la prueba es que la economía ha seguido creciendo, desde el año 1994 Cuba no decrece. Es verdad que la tasa de crecimiento en 2009 fue de 1.4% y en 2010 llegó a 2.0%, pero el hecho es que no hay un retroceso a pesar de todos estos problemas.