Traducción Susana Merino
Al comparar la situación de los ciudadanos árabes de Israel, ya sea la de los árabes de otros países, como las del grupo del área apropiada, los judíos de Israel muestran una miserabilidad metódicamente institucionalizada
Acabo de ver la excelente serie de entrevistas registradas por Max Blumenthal y los comentarios de los participantes del AIPAC 2011. Como judío, que estoy diciendo, como ser humano, resulta desgarrador ver como criaturas aparentemente dotadas de sensibilidad limitan su espíritu crítico de manera tan degradante, tan evidente, con el objeto de estar al servicio de un proyecto colonial del siglo XXI. «Ustedes rechazan constantemente la paz» afirma uno «Nosotros ganamos la guerra. Ustedes fueron vencidos». Es «nuestra guerra», afirma otro.
Además de la recurrente y cínica negación, de la ocupación militar israelí, una de las afirmaciones más reiteradas es la de que los ciudadanos palestinos vivirían en Israel mejor que los árabes de los países vecinos. Los sionistas adoran decirlo (descartando deliberadamente las desigualdades endémicas, casi todas de base étnica, que barren todos esos argumentos) Existen, por ejemplo, jóvenes apasionados pero incoherentes que dicen «Soy judío israelí y tengo amigos árabes israelíes en Israel, y están muy contentos…en Israel. Son mis amigos en Facebook» Escuchen eso, ¿ustedes quieren decir que los palestinos están autorizados a usar Facebook en Israel?
Si yo intentara concebir temas de discusión sionistas (aunque por suerte no lo soy!) no seguiría ciertamente ese camino. No se puede comparar, de manera pertinente, a un grupo de ciudadanos de la misma etnia que vive en un determinado país a otro grupo de la misma etnia que vive en algún otro país. No se puede, por ejemplo, decir que la segregación Jim Crow en los EE.UU. ha sido un sistema de discriminación étnica seductor al comparar las implicaciones socio-económicas que pesan sobre los Afro-americanos con las de los Nigerianos o los Liberianos. Si los judíos vivieran en guetos en dos países diferentes, aunque los guetos de uno de los países fueran más saludables y con mejores niveles de vida que los de otro país, los judíos de ese país no podrían justificar las condiciones del otro. Si se quiere ser justo hay que comparar a los ciudadanos de un mismo país con otros ciudadanos del mismo país. Los árabes palestino no debn ser comparados con los árabes de otros países; deben ser comparados con los del grupo étnico dominante en el país, en el que los privilegios y los recursos lo que podría hacerse por esta específica población. No es difícil de comprender.
Pero dejemos esto por un instante y veamos inmediatamente si es cierto que la situación de los árabes palestinos es mejor que la de otros árabes
Los ciudadanos palestinos de Israel ¿viven mejor que los árabes de otros países?
En cierto modo sí. Pero en muchos aspectos, no. Escierto que existen mayores garantías para el derecho a la expresión y a la comunicación mediática que en muchos otros países árabes más represivos. Pero los palestinos están extremadamente sub-representados en las instituciones políticas de Israel en comparación con otros países árabes con gobiernos democráticos y parlamentarios (los partidos árabes ocupan actualmente solo 14 de las 120 bancas (11%) de la Knesset israelí, aunque representan el 20% de la población). Ocupan menos empleos en la función pública (solo el 6,1% y eso a pesar de decisiones judiciales que exigen aumentar la tasa). Esta discriminación también existe en el sector privado. En Israel trabajan por la discriminación menos mujeres árabes, que en Arabia Saudita, el mayor bastión de la segregación sexista y en Omán. La tasa de población activa femenina en Israel es menor a la mitad de la que existe en Marruecos o en Mauritania.
Las ciudades árabes tienen en Israel peores servicios públicos que los de las principales ciudades de los países árabes. Fue solo a partir de 2010 que pudieron acceder por primera vez a un sistema de autobuses públicos, un logro que que el ministerio de transporte israelí anunciara con gran pompa. Es necesario agregar que ninguna de las comunidades beduinas, llamadas comunidades no reconocidas y que cuentan con 80 mil ciudadanos árabes en Israel, recibe algún servicio público (ni educación, ni salud, ni agua, ni cloacas, ni electricidad, ni recolección de residuos). Habría que analizar mucho más minuciosamente a los grupos más desfavorecidos de los demás países árabes para encontrar tanta miseria y tantas y tan elevadas carencias de servicios públicos
Comparación entre israelíes palestinos e israelíes judíos
Todos estos elementos deben ser evidentemente relacionados con los privilegios y las extraordinarias riquezas de Israel, que es uno de los países de la OCDE ¿Cómo comparar la situación de la población palestina con la de los judíos?
Anticipo simplemente algunos puntos:
· los israelíes palestinos viven silo en un 7% del territorio, con una gran densidad poblacional debido a la discriminación, establecida por ley, realizada por las autoridades territoriales de Israel;
· el 55% de las familias que viven bajo el umbral de pobreza son árabes palestinas
· según el Banco Central de Israel los salarios de los árabes son en promedio un 30% inferiores a los de los judíos,
· Las becas otorgadas a los chicos de las escuelas árabes representan 1/5 del promedio de las que se otorgan a los judíos, según el Comité de seguimiento de la educación árabe israelí;
· pese a la deficiente situación en términos de salud, el Ministerio de Salud israelí ha destinado a las comunidades árabes en el 2002 menos del 0.6% de los 277 millones de shekels de presupuesto para el desarrollo de establecimientos sanitarios en las localidades árabes (es decir menos de 337 mil euros con relación a los 56 millones de euros para el 20% de la población)
· De 55 mil personas que trabajan en las empresas del estado, el 1% es árabe
· Entre 1952 y 1972, la parte del presupuesto gubernamental destinado al sector árabe ha variado del 0,2% a 1,5% y ascendido a un 4% en 2008;
· Desde 1948, se construyeron 600 nuevos municipios judíos y ninguno árabe
Estas cifras muestran que la situación comparada de los ciudadanos árabes de Israel, ya sea con los árabes de otros países, sea con las del grupo apropiador, los judíos israelíes, muestran un desprecio metódicamente institucionalizado
Como lo describiera el departamento de Estado de los EE.UU. en un reciente informe sobre los derechos del hombre en Israel: «Los principales problemas de los derechos del hombre son la discriminación institucional, jurídica y social con relación a los ciudadanos árabes (y) de los habitantes palestinos de Cisjordania y de la Franja de Gaza»
No es para nada sorprendente que los defensores de Israel traten de desviar la atención de la conducta lamentable de su propio Estado.