Los barcos de la Flotilla de la Libertad 1 fueron interceptados por la armada israelí, negándole así a Gaza una ayuda humanitaria críticamente necesaria después de la Operación Plomo Fundido (diciembre 2008-enero 2009). Se espera que a fines de junio la Flotilla de la Libertad 2 zarpe hacia Gaza llevando ayuda humanitaria de distinto tipo, […]
Los barcos de la Flotilla de la Libertad 1 fueron interceptados por la armada israelí, negándole así a Gaza una ayuda humanitaria críticamente necesaria después de la Operación Plomo Fundido (diciembre 2008-enero 2009).
Se espera que a fines de junio la Flotilla de la Libertad 2 zarpe hacia Gaza llevando ayuda humanitaria de distinto tipo, incluyendo materiales de construcción, médicos y educativos. Esta segunda flotilla consistirá de 15 barcos -incluyendo el Mavi Marmarade la primera flotilla- saliendo de Estambul, pero también otros veleros partirán desde varios países europeos, llevando hasta 1.500 activistas humanitarios como pasajeros. Si lo planeado se lleva a cabo, como parece, significa que la segunda flotilla tendrá el doble de tamaño que la primera que fue violentamente interceptada por comandos israelíes en aguas internacionales el 31 de mayo de 2010, resultando en la muerte de 9 integrantes del barco turco que encabezaba la flota.
Desde ese traumático incidente de hace un año, la Primavera Árabe ha cambiado la atmósfera de la región, pero no ha puesto fin al ilegal bloqueo a Gaza, ni al sufrimiento impuesto a la población de Gaza con cuatro años de confinamiento forzado. Esa prisión de un pueblo entero ocupado ha estado pautada por períodos de violencia, como el implacable ataque israelí durante tres semanas a fines de 2008, durante el cual no se permitió a mujeres, niños ni enfermos abandonar el territorio letal de Gaza.
El hecho constituye una extraordinaria narrativa de la crueldad israelí y el ensordecedor silencio internacional. El silencio sólo fue roto por iniciativas valientes de la sociedad civil, que en años recientes llevaron tanto el alivio simbólico de empatía y solidaridad humana, como cantidades limitadas de ayuda material tremendamente necesaria, en forma de alimentos y medicinas.
Es verdad que el nuevo Egipto ha abierto el cruce de Rafah hace unos días, permitiendo a varios centenares de habitantes salir o entrar a Gaza diariamente; pero Rafah actualmente no está equipado para manejar bienes y sólo está disponible para el paso de personas, de modo que el bloqueo de importaciones y exportaciones continúa vigente, e incluso podría endurecerse si Israel da rienda suelta a su ira por el acuerdo de unidad entre Fatah y Hamas.
El Secretario General: no a la Flotilla
Vangelis Pisias, el coordinador griego de la Flotilla de la Libertad 2 explicó lo que motiva este nuevo esfuerzo de romper el bloqueo: «No vamos a permitir a Israel mantener prisiones al aire libre ni campos de concentración«. Conectando esta iniciativa a las luchas regionales más amplias, Pisias agregó: «Palestina está en nuestro corazón y podría ser el símbolo de una nueva era en la región«.
Una evaluación altamente creíble del ataque de Israel a la Flotilla de la Libertad 1 en 2010, hecha por una misión de investigación del Concejo de DDHH de la ONU, concluyó que los israelíes habían violado el derecho internacional en varios aspectos: uso excesivo de la fuerza, ataque a una flota humanitaria en aguas internacionales, e inaceptable justificación de que era para imponer un bloqueo que de por sí es ilegal. Esa posición ha sido compartida ampliamente por distintas fuentes respetadas de la comunidad internacional, a pesar de que el panel nombrado por el Secretario General de la ONU para evaluar el mismo incidente todavía no hizo público su informe, y aparentemente sus conclusiones serán inaceptablemente silenciadas por la necesidad de complacer al integrante israelí del cuerpo.
A la luz de estas circunstancias, incluyendo el incumplimiento por parte de Israel de su promesa de levantar el bloqueo -después del ataque de 2010-, resulta hiriente para nuestra sensibilidad moral y legal que el Secretario General de la ONU use la autoridad de su cargo para persuadir a los gobiernos de hacer todo lo posible para impedir que los barcos se sumen a la Flotilla de la Libertad 2. Vergonzosamente, Ban Ki-moon ni siquiera equilibró su llamado -supuestamente para prevenir la reiteración de la violencia- enviando al menos un mensaje equivalente a Israel para exigirle que ponga fin al bloqueo y que no use la fuerza contra las iniciativas humanitarias en curso.
En lugar de proteger a quienes pretenden actuar contra la ilegal victimización del pueblo palestino, el Secretario General de la ONU deshonra su cargo tomando posición en apoyo de una de las situaciones de injusticia más flagrantes y prolongadas que persisten en el mundo. Es verdad, su vocero trató de suavizar el impacto de semejante mensaje afirmando vacuamente que «la situación en la Franja de Gaza debe cambiar, e Israel debe tomar medidas reales para terminar con el cerco.» Debemos preguntar por qué esas ideas no fueron expresadas directamente a Israel por el Secretario General mismo. Las relaciones públicas son parte de su trabajo, pero no son excusa para tomar groseramente el lado equivocado en la controversia sobre si la Flotilla de la Libertad 2 es o no una iniciativa humanitaria legítima de la sociedad civil que no representa la más mínima amenaza a la seguridad de Israel.
De manera correcta y previsible, el gobierno turco se niega a ceder a semejantes presiones abusivas, aun si son respaldadas por el más alto nivel de la ONU. Ahmet Davutoglu, el respetado canciller turco, ha dicho reiteradamente en las últimas semanas cuando se le preguntó sobre la Flotilla de la Libertad 2 que ningún gobierno democrático debería pretender ejercer control sobre las iniciativas de la sociedad civil representada por las ONGs. Davutoglu ha dicho: «Nadie debe esperar que Turquia olvide que nueve civiles fueron asesinados el año pasado (…) Por lo tanto estamos enviando un mensaje claro a quienes corresponda: no debe repetirse la misma tragedia«. Subrayando la cuestión esencial todavía no resuelta, preguntó retóricamente: «¿Acaso creemos que un Estado miembro está más allá del Derecho internacional?» Haciendo notar que Israel todavía no ha ofrecido una disculpa a Turquía ni reparación alguna a las familias de los asesinados, Davutoglu dejó en claro que hasta que no cumpla con esas condiciones razonables, Israel no puede ser aceptado «como un socio en la región«.
Liberación de Palestina: segunda fase de la Primavera Árabe
No debemos olvidar que detrás de este sórdido esfuerzo para interferir con la Flotilla de la Libertad 2 está la fuerza geopolítica de Estados Unidos respaldando ciega e irracionalmente a Israel, no importa cuán escandaloso o criminal sea su comportamiento. E indudablemente, esa presión geopolítica ayuda a explicar este intento de interferencia con una iniciativa humanitaria tan valiente como necesaria, que debería ser respaldada -en lugar de condenada- por la ONU. Debemos tener en mente que a pesar de las casi unánimes críticas verbales de los líderes mundiales -incluido Ban Ki-moon- al bloqueo israelí de Gaza, ningún gobierno del mundo ni la ONU han tomado ninguna acción ante la negativa abierta de Israel a respetar las exigencias internacionales respecto a la ocupación beligerante de Gaza, tal como establecen el IV Convenio de Ginebra de 1949 y su Protocolo Adicional I de 1977.
La liberación de Palestina y la cuestión de los refugiados debería ser una prioridad unánime en esta segunda etapa de la Primavera Árabe. Nada podría expresar mejor el giro hacia la democracia interna y externa, hacia el régímen constitucional y hacia los derechos humanos, que la solidaridad de los nuevos líderes de los países árabes hacia la extraordinariamente prolongada lucha palestina por la justicia y la paz sostenible. También mostraria al mundo un firme contraste con el servilismo hacia Israel desplegado en Washington recientemente, llevado al extremo de invitar a Benjamín Netanyahu a hablar ante un Congreso idólatra, una rareza en el trato habitual hacia los líderes extranjeros en el país, sólo comparable al discurso servil de Obama ante AIPAC, la organización del poderoso lobby judío. No tiene precedentes en la historia de la diplomacia que un Estado soberano líder ponga a tal punto en riesgo sus intereses y renuncie a sus valores para evitar ofender a un aliado menor.
Es en el interés del pueblo de Estados Unidos, así como de los pueblos del mundo árabe, particularmente el palestino, desenredar esta trama, y si no, trasladar la resolución del conflicto desde Washington hacia otros actores geopolíticos más confiables como Brasil, Turquía, los países Nórdicos o incluso tal vez Rusia o China.
* Richard Falk es Profesor Emérito de Derecho Internacional en la Universidad de Princeton y Distinguido Profesor Visitante de Estudios Globales e Internacionales en la Universidad de California, Santa Bárbara. Es autor y editor de numerosas publicaciones a lo largo de cinco décadas, y recientemente editor de «El Derecho Internacional y el Tercer Mundo: reformulando la Justicia» (Routledge, 2008). Aunque desde 2009 es Relator Especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Palestina, el gobierno de Israel no le ha permitido entrar a los Territorios Palestinos Ocupados.