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Por qué Alice Walker viaja a Gaza

Fuentes: Workers World

Traducido para Rebelión por Christine Lewis Carroll

En estos momentos, es decir 28 de junio, en el puerto cerrado por huelga de Atenas, hay 350 personas valientes listas para zarpar a bordo de una docena de barcos, con el fin de entregar ayuda y solidaridad al pueblo de Gaza. Los pasajeros, en su mayor parte estadounidenses y europeos, están a bordo de barcos procedentes de Estados Unidos, Argelia, Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Gran Bretaña, Francia, Grecia y Noruega.

Muchos integrantes han sido activos en los movimientos de solidaridad y en contra de la guerra. Todos ellos saben que el año pasado, los señores de la guerra israelíes ordenaron a sus soldados saltar el buque turco Mavi Marmara que pretendía entregar ayuda humanitaria a los palestinos que se encontraban asediados en Gaza. Sin provocación, los asesinos israelíes abatieron a nueve personas de origen turco.

Desde entonces, la comprensión sobre el papel opresivo del Estado israelí y su alineación con cualquier ofensiva imperialista reaccionaria en la región y en el mundo se ha extendido y profundizado. Por otra parte, hay reconocimiento y solidaridad con los levantamientos liberadores en el norte de África y el sudoeste de Asia, que derrocan o amenazan los regímenes imperialistas títeres desde Túnez y Egipto a Yemen y Bahrein. La Plaza de Tahrir en El Cairo ha inspirado la lucha desde la Puerta del Sol en Madrid al Capitolio en Madison, Wisconsin.

Entre las personas listas para zarpar, hay escritores e intelectuales conocidos más allá de los círculos progresistas. El autor sueco Henning Mankel, favorito de los aficionados a las historias de misterio, se encuentra en la flotilla, igual que el año pasado. Santiago Alba Rico, autor, filósofo y guionista, es portavoz del Gernika, el buque procedente de España. Y en el barco estadounidense, The Audacity of Hope [Audacia de la Esperanza], se encuentra la autora afro-americana y premio Pulitzer Alice Walker, cuya explicación de las razones para viajar a Gaza merece señalarse aquí:

«Hay, para mí, una percepción de pagar una deuda con los activistas israelíes de derechos civiles que se enfrentaron a la muerte por defender a la población negra del sur de Estados Unidos cuando nosotros lo necesitamos en otros momentos. Estoy especialmente endeudada con Michael Schwerner y Andrew Goodman que oyeron nuestros gritos de auxilio -el gobierno, entonces como ahora, fue glacialmente lento en proteger a los opositores no violentos- y se solidarizaron con nosotros.

Se encontraron con las porras y balas de los ‘muchachos’ del Condado de Neshoba, Misisipi, y fueron apaleados y acribillados hasta la muerte, junto con James Chaney, un joven negro de gran valor que murió con ellos. De modo que, aunque nuestro buque se llama The Audacity of Hope, ondeará la bandera de los Goodman, Chaney y Schwerner en mi propio corazón.

¿Y qué decir de los niños de Palestina que fueron ignorados en el último discurso de nuestro presidente sobre Israel y Palestina y cuya existencia empobrecida, aterrorizada y segregada fue objeto de burla cuando el Congreso de los Estados Unidos ovacionó recientemente al primer ministro de Israel? Veo a los niños, a todos los niños, como el recurso más preciado de la humanidad, porque es a ellos a quienes dejamos el cuidado del planeta. No se debe poner a un niño por encima de otro, ni siquiera en una conversación informal, y mucho menos en discursos que llegan a todas partes del globo.»

Washington, Tel Aviv y el régimen servil de Grecia están haciendo todo lo que pueden para sabotear la flotilla. La Secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, ya ha dado su apoyo al uso de la fuerza por parte de Israel. Pero el pueblo reacciona de manera distinta. Los trabajadores griegos, en medio de la huelga general, se han comprometido a cargar los buques de la libertad, y los ‘indignados’ de la Plaza Syntagma siguen el progreso de la flotilla desde grandes pantallas de televisión.

¡Viva la Flotilla de la Libertad II! ¡Viva el Mavi Marmara! ¡Viva el pueblo de Gaza!

Fuente: Workers World (printed edition)

rCR