La reunión sobre el diálogo nacional en Siria, que debe durar dos días, se abrió ayer con la presencia del vicepresidente Faruk al-Chareh, y alrededor de otras 200 personas, miembros del partido Baaz, en el poder desde 1963, independientes y representantes de la sociedad civil, como actores, escritores e intelectuales. Chareh afirmó que este encuentro […]
La reunión sobre el diálogo nacional en Siria, que debe durar dos días, se abrió ayer con la presencia del vicepresidente Faruk al-Chareh, y alrededor de otras 200 personas, miembros del partido Baaz, en el poder desde 1963, independientes y representantes de la sociedad civil, como actores, escritores e intelectuales.
Chareh afirmó que este encuentro preparará una «reunión nacional global durante la cual se anunciará la transición de Siria hacia un sistema multipartito, democrático, donde todos serán iguales y participarán en la construcción del futuro del país». «Sin un sistema político multipartito democrático nuestra sociedad no llegará a la libertad y a la paz civil», añadió
Los participantes en los debates deben discutir las enmiendas a la Constitución, en particular la posible supresión de la cláusula que hace del partido Baaz «el dirigente del Estado y la sociedad».
Recelos y obstáculos
Chareh reconoció que el diálogo comenzaría «en un clima incómodo, de recelos», con «muchos obstáculos naturales o artificiales a la transición. De hecho, la oposición al régimen decidió boicotear la reunión y reclama que antes las fuerzas sirias se retiren de la ciudades, «se libere a los presos políticos y se autoricen las manifestaciones pacíficas, así como que se investiguen los crímenes cometidos contra los manifestantes». Según estos grupos opositores, la represión ha provocado la muerte e 1.300 civiles. Estas protestas reclaman la caída del régimen y elecciones libres, rechazando todo diálogo con el régimen. El escritor Tayyeb Tizini, participante en la reunión, lamentó que las balas siguen disparándose en ciudades como Homs o Hama, y que hubiera sido mejor comenzar la reunión bajo las mencionadas condiciones, pero consideró que se trata de «un encuentro histórico que sentaría las bases de un Estado de Derecho».
Por otro lado, el Gobierno sirio convocó a los embajadores de EEUU y el Estado francés para comunicarles «la firme condena de su visita a Hama sin autorización previa». Los embajadores Robert Ford y Eric Chevallier acudieron a las manifestaciones de la oposición en Hama la semana pasada. «Su visita prueba que existe un apoyo y un estímulo del exterior para desestabilizar el país», y lo calificó de «injerencia flagrante en los asuntos interiores sirios» señaló la agencia oficial Sana.
Como respuesta, París convocó a la embajadora siria en el Estado francés para protestar contra las «agresiones» a su embajada en Damasco y el consulado en Alepo, mencionando el ataque a banderas y vehículos. EEUU negó que su embajador hubiera sido llamado por Damasco.
Saleh, forzado por EEUU, apela otra vez al plan del CCG
El presidente de Yemen, Ali Abdallah Saleh, todavía hospitalizado en Riad por las heridas que recibió en una explosión en su palacio, recuperó ayer la oferta de las monarquías del Golfo como una oportunidad para salir de la crisis, a pesar de que la oposición en la calle ya ha rechazado tal posibilidad. EEUU presiona a Saleh para que acepte esa salida y ayer mismo el «consejero para antiterrorismo» del presidente Barack Obama, John Brennan, visitó a Saleh y le pidió que firmara el plan del Consejo de Cooperación del Golfo.
Saleh volvió a apelar a un «diálogo nacional que integre a todas las fuerzas políticas para preservar la unidad, la seguridad y la estabilidad de Yemen». El plan prevé su salida del poder a cambio de inmunidad para él y sus próximos.
La televisión yemení ofreció imágenes de la visita de Brennan, con un Saleh con mejor aspecto pero aún con vendajes en pies y manos. La Casa Blanca afirmó que Brennan pidió al presidente yemení que firme rápidamente el acuerdo, algo que Saleh ya ha rechazado en tres ocasiones. En Sanaa, el Forum común, que reúnen a la oposición parlamentaria, pidió que se aumente la revuelta pacífica par a acabar con lo que queda expulsar lo que permanece de esta banda de malhechores y poner fin al secuestro de un poder que no pertenece más que al pueblo». La declaración coincidió con el bombardeo de una de las ciudades opositoras, Taiz, por parte del régimen, causando dos muertos y una decena de heridos civiles. En la ciudad portuaria de Hudaydah se enfrentaron partidarios y opositores a Saleh e intervino la policía causando al menos diez heridos.