Traducido desde el árabe para Rebelión por Elisa Viteri
Quédense con este viernes 22 de agosto del año de las revoluciones árabes. Este mismo viernes, después de la oración del medio día, Ammán fue testigo y actor de una marcha popular a la que acudió la izquierda, los nacionalistas, los demócratas independientes y el Partido de la Unidad Popular, un marcha en la que se rompió con la dirección que algunos habían querido darle a las revoluciones árabes.
Y es que después del estallido de las revoluciones populares en Túnez, pasando por la plaza Tahrir en El Cairo y las demás plazas árabes, la bandera estadounidense había desaparecido de las calles, después de que hubiera sido el objetivo perene de las protestas populares. En su lugar, vimos que en la marcha del grupo 14 de Marzo se enarbolaban la bandera de Senussi y la libanesa.
No resulta extraño que las marchas de este viernes en Ammán hayan roto con esta dirección, cuando un grupo de jóvenes decidieron seguir con la vieja tradición de atacar a la bandera de EE.UU. mientras cantaban «EE.UU. es la cabeza de la serpiente». Fue en Ammán donde cayó el Pacto de Bagdad, antes que ninguna otra capital. A poca distancia de los valles de Ammán, en la batalla de al Karama, fue donde cayó el ejército sionista, conquistado por la legendaria perseverancia de los héroes del ejército jordano, los fedayines, los palestinos y los árabes que lucharon en esta batalla.
Lo que sucedió con la bandera estadounidense este viernes tiene implicaciones de mucha importancia a nivel de todo el mundo árabe, no sólo a nivel jordano:
1- La clara diferenciación entre dos calles. La primera, la que quiere transformaciones democráticas reales en un marco que tenga en cuenta un nuevo reprograma para una liberación nacional sostenible, que representan a EE.UU. con sus intereses capitalistas y sus intentos de reparar su crisis económica renovando sus tentáculos mundiales. Por el contrario, la segunda es la que está controlada por los partidarios de las revoluciones naranjas y de colores, los que se están apostando con EE.UU. los cambios de regímenes por otros de corte liberal que fomenten esta supeditación a cambio de algunas reformas aquí y allá al servicio de la élite liberal.
2- Con esta diferenciación en la calle, los sistemas serán testigo de otra diferenciación más entre los centro del poder en conflicto. La de la nueva guardia, que intentará cortar con las fuerzas de la revolución de colores, posponiendo otras cuestiones conflictivas, y la de vieja guardia, que se encontrará fragmentada entre su miedo a todos y su intento de emplear estos cortes tan complicados para mejorar sus posición con EE.UU.
3- En estas circunstancias, la oposición radical tiene que manejar mejor su capacidad de movimiento sobre la base de la lucha y la unidad técnicas. Además, no tiene que moler su harina en un sólo molino, sino que tiene que distinguirse por su flexibilidad en su trato a nivel local y por la rigidez y firmeza contra cualquier forma de intervención estadounidense y de los demás países capitalistas.
Fuente original: http://almadenahnews.com/