«Un antiguo adepto dijo: «Pero si el hombre erróneo usa el medio correcto, el medio correcto actúa erróneamente». Ese proverbio de la sabiduría china, por desgracia tan sólo demasiado cierto, está en abrupto contraste con nuestra creencia en el método «correcto», independientemente del hombre que lo emplea. En verdad, todo depende, en esas cosas, del […]
«Un antiguo adepto dijo: «Pero si el hombre erróneo usa el medio correcto, el medio correcto actúa erróneamente».
Ese proverbio de la sabiduría china, por desgracia tan sólo demasiado cierto, está en abrupto contraste con nuestra creencia en el método «correcto», independientemente del hombre que lo emplea.
En verdad, todo depende, en esas cosas, del hombre y poco o nada del método. El método es ciertamente el camino y la dirección que uno toma, mediante lo cual el cómo de su obrar es la fiel expresión de su ser. Si esto no es así, el método no es más que una afectación, algo artificialmente aprendido como un agregado, sin raíces ni savia, sirviendo al objetivo ilegal del autoencumbramiento, un medio de ilusionarse sobre sí mismo y escapar a la ley quizás implacable del propio ser.»
Carl G. Jung-Richard Wilhelm1
La personalidad del actual presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, es poco conocida, y poco o nada se sabe de su trayectoria para llegar a tan alta responsabilidad.
Y como es tratado con mucha benevolencia por la prensa internacional, se hace necesario saber quién es y por qué y de dónde surge esa aceptación de sus propuestas que tienen tanta facíl y abierta difusión en la prensa mundial.
Por ello, con el objeto de aproximarnos al conocimiento de su capacidad de dirigente y al pensamiento que sustenta para las negociaciones que debe llevar a cabo con su contraparte israelí, nada mejor que recurrir a quienes le conocieron y lo trataron directamente.
Hace muchos años, el gran pensador palestino Edward W. Said, describía el comportamiento de Mahmoud Abbas, también conocido como Abu Mazen, en aquel momento mano derecha de Yaser Arafat, de la siguiente manera:
«Abu Mazen, figura subordinada y con poco respaldo político de su propia gente, fue elegido por Yasser Arafat, Israel y Estados Unidos para la tarea, precisamente porque no cuenta con base social, no es orador ni gran organizador, ni nada, excepto que es asistente dedicado de Arafat, y porque (me temo) ven en él al hombre que seguirá los caprichos de Israel.
¿Cómo pudo, incluso alguien como Abu Mazen, pararse ahí en Aqaba y pronunciar, como marioneta de ventrílocuo, las palabras que le escribiera algún funcionario del Departamento de Estado para condolerse del sufrimiento de los judíos y luego, qué sorpresa, no decir casi nada del sufrimiento de su propio pueblo a manos de Israel? ¿Cómo pudo aceptar un papel de sí mismo tan poco digno y tan manipulado, y pudo olvidarse de su propia investidura como representante de un pueblo que ha luchado heroicamente por sus derechos por más de un siglo, nomás porque Estados Unidos e Israel le dijeron que debía hacerlo?
Y luego, cuando lo único que dice Israel es que habrá un Estado palestino «provisional», sin arrepentirse del horrendo monto de daño que ha causado, sin que pesen los incontables crímenes de guerra ni el sadismo directo que significa una humillación sistemática de cada uno de los palestinos, sean hombres, mujeres o niños, confieso que ya no entiendo nada.
¿Por qué un líder o representante de un pueblo que ha sufrido hace tanto no parece darse cuenta? ¿Perdió ya por completo su sentido de dignidad.
…
¿Ya se olvidó de ello desde que dejó de ser un individuo para ser el portador del destino de su pueblo en un momento especialmente crucial? ¿Hay acaso alguien que no se encuentre amargamente decepcionado por este fracaso total, esta imposibilidad para aprovechar la ocasión y erguirse con dignidad –surgida de la experiencia y la causa de un pueblo– y dar testimonio de ella con orgullo, sin compromisos, sin ambigüedades, sin ese tono medio apenado, medio apologético que asumen los líderes palestinos cuando ruegan por un poco de bondad de algún padre blanco totalmente indigno?»2
Algunos años después, el padre Michael Prior, en un ensayo que me enviara para el libro de homenaje a Edward y que publiqué dos meses luego de su fallecimiento, lo describía así:
«¿Y por qué, a pesar de las innumerables pruebas que demostraban la mala fe del Estado de Israel, la Autoridad Palestina procedía sumisamente con sus negociaciones, mientras no hacía nada en absoluto ni local ni internacionalmente para movilizar a los palestinos contra el continuado ataque israelí a Jerusalén? ¿Por qué, en la Declaración de principios misma, Jerusalén fue separada de la Ribera Occidental y de Gaza y concedida efectivamente al Estado de Israel, desde el marco de las negociaciones de Oslo?
Había dos razones estrechamente relacionadas: el poderoso Estado de Israel, con el apoyo de Estados Unidos, podía hacer lo que deseara con Jerusalén, y los palestinos se convencieron de que no había otra alternativa y debían hacer esa así como muchas otras concesiones. Said acusó a la conducción palestina de «capitulación moral previa», apilando una concesión sobre otra.
El arquitecto de los Acuerdos, el ignominioso Abu Mazen, le había asegurado a Hanan Ashrawi que no se preocupara respecto de sus reservas sobre la Declaración de principios. «Nosotros firmaremos ahora», le aseguró él, agregando caballerosamente: «tu puedes negociar con ellos para tratar de recuperar lo que nosotros hemos concedido»3
También Gilbert Achcar, un destacado y lúcido analista político, cuando se refiere a Mahmud Abbas en su libro The Arabs and the Holocaust, the Arab-Israeli War of Narratives, escribe:
«Con respecto a Mahmud Abbas, alias Abu Mazen, el mejor amigo palestino del Estado de Israel y de EE.UU. de América, el hombre que ellos eligieron para competir con Yaser Arafat: antes de alcanzar el poder él era conocido en la propaganda de la literatura israelí por sus comentarios negadores del Holocausto en su tesis doctoral, que defendió en Moscú y publicó en Amman, en 1984.» 4
Es interesante destacar que Achcar, unas líneas después se pregunta:
«¿Es accidental que los dirigentes israelíes elijan para firmar tratados con Sadat antes que con Nasser y prefieran a Abbas sobre Arafat? ¿O es un signo de efectivas afinidades entre judíos que odian y árabes que odian, cuya visión del mundo es la misma, y la mantienen en sus mentes?
De Anwar Sadat y Mahmud Abbas, Gilbert Achcar rescata sus antecedentes en escritos antijudíos y por ello la pregunta que se formula, abriendo así un espacio y un interrogante a la voluntad de poder que, seguramente, es el sustrato que une a ambos contendientes, a los funcionarios israelíes y al de estos a estos dos dirigentes, y por ello su sometimiento al país imperial que lo detenta: actualmente a EE.UU. de América.
Moshe Sharett había alcanzado un acuerdo con Gamal Abdel Nasser para terminar el conflicto. Ben Gurion relevó del cargo de primer ministro a Sharett, a quien antes le había solicitado que lo reemplazara en el cargo. Y Gamal Abdel Nasser fue misteriosamente eliminado poco después.
Yitzhak Rabin había alcanzado un principio de acuerdo con Yasser Arafat. Rabin fue asesinado por un fundamentalista judío y, según sus propios servicios de inteligencia, los israelíes consideran que fue el Shabak (en hebreo: שב»כ, el acrónimo de Sherut Bitachon Klali), más conocido en Occidente por el Shin Bet, quien permitió que el joven Yigal Amir asesinara a Rabin, luego de esperarlo tres horas bajo una escalera.5 Tiempo después Arafat fue misteriosamente eliminado.
Sharett y Nasser, Rabin y Arafat no tenían antecedentes de odiarse los unos a los otros. Todo lo contrario. Se sentían hermanados por un designio superior y buscaron acordar la convivencia entre ambos pueblos.
¿Cuánto de verdad hay en la observación interpretativa de Gilbert Achcar?
Y la pregunta que yo me hago entonces es ¿qué harán los dirigentes israelíes y sus rabinos militares con los que se rehusan a ser enemigos, los israelíes que se rehusan a odiar a los palestinos, y los palestinos que se rehusan a odiar a los israelíes, los que en uno y otro lado se están uniendo para cambiar esa sociedad fascista y discriminadora?
¿Qué hará, esa minoría de minorías, de rabinos y dirigentes israelíes, con los palestinos e israelíes que han asumido la resistencia no violenta para oponerse a sus ambiciones de ocupar toda la Palestina histórica, y para ello pretenden transferir, expulsar o exterminar a los que no piensan como ellos? 6
¿Qué harán los paranoicos rabinos y los dirigentes israelíes con los nativos palestinos y los israelíes sabras que han constituido la agrupación Zochrot,7 que piensan que ellos pertenecen a esa tierra por haber nacido en ella, en Palestina, pero no que esa tierra les pertenece por un supuesto mandato anacrónico, absurdo y carente de sentido, no de Zeus (Dios), sino de una deidad menor del panteón cananeo, cruel y sanguinaria, como lo fue Jhwh?8
Los Zochrot han asumido la no violencia y la concepciòn que sostenía Mahatma Gandhi cuando les enseñaba: ¿Por qué los judíos, como otros pueblos de la tierra no han hecho su hogar nacional del país donde han nacido y donde ganan su sustento?, y realizan actos en los sitios de hogares palestinos destruidos, invitando a aquellas familias palestinas a concurrir, y las protegen con sus cuerpos de los soldados que quieren impedir tal festejo, y dejan placas que rememoran la Nakba de los palestinos, prohibida por el gobierno.
Y los jóvenes israelíes, o debemos llamarles palestinos judíos, que renuncian a su nacionalidad israelí, como Abigail Abarbanel, denunciando los horrores de la sociedad israelí, a la que se suman día a día quienes emigran, más aún, huyen de la tierra donde nacieron, para radicarse en otros países, porque como ellos mismos lo han publicado en un libro titulado Beyond Tribal Loyalties,9 no quieren seguir perteneciendo a la tribu israelí, pero sin renunciar a su condición de judíos.
Y para todos aquellos que consideran que quienes escribimos estos textos faltamos a la verdad, y pretenden acusarnos de antijudíos, como en nuestro país los Marcos Aguinis, a quien ahora se ha sumado la senadora por la provincia de Tucumán, Beatriz Rojkés de Alperovich, quien luego de prestar juramento y en un reportaje que le hicieran señaló que una de sus tareas fundamentales iba a ser la defensa del Estado de Israel.
Para ellos y para todos los que desconocen lo que ocurre en el Estado de Israel, este pequeño texto de Mati Peled, el hijo de un famoso general israelí, quien acaba de publicar un libro que pronto saldrá en castellano, cuyo título es The General’s Son:
«Como mi padre fue general y yo soldado de la organización terrorista IDF (Israel Defense Forces), a menudo la gente me pregunta cómo es que los niños israelíes, que crecen en una democracia de corte Occidental, se convierten en semejantes monstruos cuando se ponen el uniforme. La respuesta detallada se puede encontrar en mi libro «El hijo del General«, pero la respuesta corta es ésta: la educación. El racismo requiere una mentalidad formada por la educación. A fin de racionalizar y justificar la limpieza étnica, el sistema educativo israelí presenta a los palestinos como culturalmente inferiores, violentos e inclinados a la aniquilación de los judíos; y al mismo tiempo, carentes de una verdadera identidad nacional. La identidad nacional palestina no es más que el producto de alguna imaginación anti-semita.
A Newt Gingrich (candidato a presidente de EE.UU. de América), siendo como es un aficionado a la historia, podría interesarle un relato acerca de mi madre que menciono en mi libro «El hijo del General». Ella nació y creció en Jerusalén, y recuerda las casas de familias palestinas en barrios de Jerusalén Oeste. Me contó que cuando era niña, los sábados de tarde salía a caminar por esos barrios, admirando la belleza de las casas, mirando a las familias reunidas en sus hermosos jardines. En 1948, cuando las familias palestinas fueron expulsadas de Jerusalén Oeste, a mi madre le ofrecieron una de esas hermosas y espaciosas casas, pero ella la rechazó. Con 22 años, esposa de un joven oficial del ejército, con escasos medios y dos hijos pequeños, ella rechazó la casa hermosa y amplia que le ofrecieron totalmente gratis, porque no podía tolerar la idea de vivir en el hogar de una familia que había sido expulsada y ahora vivía en un campo de refugiados. «El café todavía estaba tibio sobre las mesas cuando los soldados entraron y empezaron el saqueo«, me dijo. «¿Puedes imaginar cuánto deben extrañar su hogar esas madres, esas familias?«, se preguntaba, y continuó: «Recuerdo ver los camiones cargados con el botín que los soldados israelíes se llevaban de las casas. ¿Cómo no tenían vergüenza de sí mismos?» Miles y miles de casas en ciudades de todo el país fueron expropiadas así.»10
De tal madre, palestina judía, tales hijos. Y digo palestina judía, porque había nacido en Palestina, y tenía 22 años y sus dos hijos, cuando se implantó el Estado de Israel, al que seguramente, con esa negativa a aceptar la expropiación de la casa de sus vecinos, palestinos como ella, les estaba mostrando su cultura árabe, asumida con sus valores éticos, que no eran los de los invasores europeos sionistas, fascistas y terroristas.
Miko Peled y Nurit Peled, su hermana, también palestinos judíos, de quienes estoy seguro su madre estará orgullosa de ellos, se han convertido en dos dignísimos y bellísimos seres humanos que difunden la verdad de lo que ocurre en el Estado de Israel.
A todos los argentinos, les sugiero leer sus escritos que se encuentran en internet y, muy especialmente, a todos aquellos, ministros de Educación nacional y provinciales, que pretenden defender y difundir la «democracia» y la «educación» israelí en nuestro país, viajando al Estado de Israel para aprender sus métodos perversos.11
En el texto que sirve de epígrafe a este breve comentario, quiero señalar la importancia que podría tener la actual actuación de Mahmud Abbas y su presentación ante las Naciones Unidas de un pedido de reconocimiento de un hecho que tiene una larga historia, 63 años, lamentablemente poco conocida o casi desconocida por la mayoría de quienes, en manifestaciones públicas y en escritos, muchos, apoyaron esta iniciativa de Abu Mazen.
Iniciativa que, como se ha visto, en definitivas no agregará nada más que un nuevo escenario a las interminables reuniones, que sigue teniendo con su contraparte israelí, en las que él viene jugando un rol protagónico, como lo señalaron Said y Prior, y ahora Achcar, sin lograr ningún avance cierto en las mismas y, por el contrario, cediendo cada vez más territorio a la voracidad insaciable de los actuales dirigentes israelíes sionistas, todos ellos discípulos continuadores de la ideología fascista de Vladimir Jabotinsky.12
Porque es necesario e imprescindible, saber que desde Menahem Begin a la fecha han asumido y se han sucedido en el cargo de primer ministro del Estado terrorista de Israel, todos los europeos judíos sionistas y terroristas, fascistas que fueron admiradores de los dos dictadores europeos, Benito Mussolini y Adolf Hitler, a quienes persiguieron hasta el año 1941, rogándoles que fueran patrocinadores del Estado que pretendían implantar en Palestina.
El Muro de cemento que se sigue construyendo pese a las objeciones legales de los organismos de las Naciones Unidas, y de las permanentes quejas de los países con gobernantes dignos, fue una idea elaborada por Vladimir Jabotinsky en su momento, aunque él quería un muro de bayonetas.
También es necesario saber que unos dirigentes judíos, Chaim Weizmann y otros, todos ellos empleados de Lionel Walter Rothschild,13 jugaban su partido con el imperio británico, mientras que los seguidores y admiradores de Mussolini y Hitler, Vladimir Jabotinsky (hebraizado Zeev) y otros, jugaban su partido buscando el apoyo de los dos dictadores europeos, a los que adulaban para que los apoyaran, prometiéndoles ser fieles seguidores de sus ideologías, fascista y nazi, e implantarlas en Palestina.
Dada la situación actual que padece el pueblo palestino, debemos admitir que lo lograron, y, además, sumaron el apoyo de los rabinos, convertidos en capitanes y comandantes del ejército israelí.
Benito Mussolini los ayudó a prepararse en Cittavecchia y los impulsó a invadir Palestina, dándoles, además del entrenamiento militar –agradecido especialmente por el propio Vladimir Jabotinsky, conocido también como el «Duce judío», (y apodado «Vladimir Hitler» por el propio Ben Gurion),14 en cartas que enviara desde EE:UU. y Europa a los militares italianos que entrenaban a sus fieles seguidores, más conocidos como los betarim–, armamento y medios para alcanzar los objetivos que se habían propuesto: implantar un enclave colonial, un Estado judío fascista en Palestina.
Una prueba fechaciente de esta cooperación fascista, es el mensaje que reproduce Lenni Brenner, y que le enviara «Vladimir Hitler», también conocido como el «Rosh Betar», al comandante del escuadrón italiano que los entrenaba:
«El mensaje del Gran Betar
Luego el comandante del escuadrón, A. Blass, lee el siguiente mensaje en hebreo proveniente del Rosh Betar:
Londres, 27 de marzo de 1936
Estimado señor Blass,
Le pido que transmita a los cadetes de la Escuela Marítima mi agradecimiento por haberme enviado la foto con sus firmas. Estoy muy complacido con este regalo adorable, que será uno de mis más bellos ornamentos aquí, en mi despacho en nuestra nueva agencia. Si usted recibe esta carta para el día de la inauguración, le pido que diga a sus camaradas que mi corazón está con ellos en este preciso momento. Por favor créanme que aunque esté lejos de la inauguración oficial, no olvido Civitavecchia. Sé cuán duro será vuestro camino luego del fin de los estudios, porque todavía no tenemos una flota. Si el destino me da fuerza suficiente para continuar mi lucha, combatiré junto a ustedes, también, por este objetivo, pero eso no es lo importante; conmigo o sin mí, creo en vuestro futuro.
Le pido que dé mis congratulaciones al capitán Fusco; no es necesario que describa a usted su carácter y el espíritu de su nación. Bendiciones y agradecimiento a todos los instructores y sus asistentes.
Mi respetuoso agradecimiento a las familias Mendes, señores, Carpi y Sciaky y a todos mis amigos.
Tel Hai
Z. Giabotinschi « 15
Y, por supuesto, no pudo faltar, luego de la ceremonia, la bendición del rabino:
«La orden -«Atención» resonó un triple canto ordenado por el oficial comandante de la escuadra–, «¡Viva Italia! ¡Viva el rey!, ¡Viva el Duce!, seguido por la bendición que el rabino Aldo Laertes invocó en italiano y en hebreo para Dios, para el rey y para el Duce, continuando con una plegaria por el Rosh Betar.»16
Asimismo, a través de Adolf Eichmann, el intermediario negociador con los dirigentes sionistas designados para ello, el gobierno de Adolf Hitler, enviaba a los alemanes judíos con fortunas a Palestina, tranfiriéndoles parte de sus riquezas a un Banco creado especialmente para tal fin:
«En orden a promover la emigración de alemanes judíos hacia Palestina asignando las sumas requeridas, sin perjudicar excesivamente las reservas de divisas del Reichsbank, y al mismo tiempo incrementar las exportaciones alemanas hacia Palestina, ha sido concluido un acuerdo con los cuerpos judíos participantes en los siguientes términos:
Los emigrantes que han obtenido la aprobación de la Oficina Consultiva de Emigración que requieren sumas que sobrepasen el monto mínimo de las 1.000 libras necesarias para la admisión en Palestina, para capacitarlos para establecerse por sí mismos en Palestina, pueden dentro de los límites de este decreto obtener permisos para pagar un monto que exceda esta suma de 15.000 marcos en una Cuenta Especial N°1 a ser abierta por el Reichshauptbank en el Bank of Temple Society, Ltd., a favor de la Jewish Trust Corporation a ser establecida en Palestina (y en tanto se produzca el establecimiento de esta Trust Corporation, a favor del Anglo-Palestine Bank, Ltd.).» 17
El cónsul de Francia en Palestina, en aquel momento preciso señalaba la importancia de este hecho que puede parecer, a los ojos de los que desconocen los avatares de la implantación del Estado de Israel, como un hecho sin ninguna significación, sin embargo:
«Como quiera que sea, el hitlerismo, por una reacción inesperada, por el reflujo forzado hacia Palestina de una burguesía acomodada o la transferencia de sus capitales, salva de la quiebra financiera al sionismo, que en los últimos tiempos estaba reducido a una situación muy difícil por haber disminuido considerablemente los envíos de fondos de América.»18
Previamente, el baron Leopoldo von Mildenstein, había visitado Palestina invitado por los alemanes sionistas,y de ese viaje y sus consecuencias, tenemos el informe de Lenni Brenner, que lo ralata así:
«Leopold von Mildenstein
«Un nazi viaja a Palestina»
Der Angriff (El Ataque)
Berlín, 27 de septiembre de 1934
Un sionista convenció al barón para que escribiera un ensayo pro-sionista para la prensa nazi. Visitó Palestina como el huésped de la Organización Sionista Mundial durante seis meses, y escribió una serie de 12 partes para Der Angriff, el principal organo partidario nazi. Para conmemorar su expedición, el ministro de Propaganda Goebbels hizo acuñar una medalla: en el anverso la swástica, en el reverso la estrella sionista.
El primer artículo testimonió la verdad singular de los años 30′: Todos, nazis, fascistas, izquierdistas y otros sionistas, consideraban fascista al revisionismo sionista. -LB»19
Para conmemorar la fecha, se acuña una moneda en la que en el anverso está el símbolo nazi y en el reverso la estrella de David que simboliza el compromiso de los alemanes judíos de colaborar con el régimen nazi.
Seguramente, ésta y muchas otras pruebas de la complicidad de los sionistas con los regímenes nazi y fascista, irán apareciendo a medida que los historiadores e investigadores superen la mitología victimizadora que los dirigentes sionistas han difundido por el mundo, utilizando los horribles acontecimientos de la segunda guerra mundial y las masacres masivas a que fueron sometidos los pueblos involucrados en la misma, en la que murieron alrededor de 70.000.000 de seres humanos: 16 millones eran soldados y 54 millones, civiles. 20
El reciente libro de Andrea Giacobazzi, L’asse Roma-Berlino-Tel Aviv, I rapporti internazionali delle organizzazioni ebraiche, dell’organizzacione sionista e del movimento sionista revisionista con l’Italia fascista e la Germania nazionalsocialista, aporta nuevas pruebas de esa colaboración hasta ahora sutilmente soslayada y mantenida como un secreto cuidadosamente guardado, así como se hizo con el Informe Campbell-Bannerman, durante cien años.21
No tengo dudas que la difusión de esta documentación y la que seguramente seguirá apareciendo, habrá de despertar a las comunidades judías en todo el mundo, que desconocen todos estos acuerdos y creen fehacientemente en las mentiras de la propaganda que los europeos judíos sionistas y terroristas difundieron eficazmente para encubrir sus ambiciones personales, las de ese 20% que Ben Gurion señalaba como sionistas, mientras que el 80% de los restantes judíos jamás podrían ser ni encontrados ni conquistados para llevarlos engañados a convertirse en ciudadanos del Estado de Israel, implante colonial.
Aunque en verdad cada vez son menos los que las aceptan.
Y sobre ese 20%, Ben Gurion destacaba su importancia, luego de la firma del Acuerdo, en el año 1954, cuando delineaba sus futuras funciones en su discurso de cierre del acto, justificando la necesidad de la continuidad de la existencia de la Organización sionista mundial, que quería ser disuelta por algunos de sus miembros, por considerar que el objetivo buscado ya se había logrado: la implantación del Estado de Israel en Palestina:
«Pero la ventaja del Estado es también una fuente de restricción. Porque la autoridad soberana del Estado está confinada a los límites de sus propias fronteras, es aplicable sólo a sus propios ciudadanos, mientras que el 80% del pueblo judío debe aún ser buscado –¿y quién sabe por cuánto tiempo?–, más allá de las fronteras del Estado.
El Estado de Israel no puede intervenir en la vida interna de las comunidades judías en el extranjero, no las puede dirigir ni puede exigirles nada.
La Organización Sionista Mundial, construida con la actividad y asociación voluntaria, será la encargada de alcanzar lo que está más allá de la competencia y poder del Estado de Israel, y ésta es la ventaja que tiene la Organización Sionista Mundial sobre el Estado de Israel.
Por lo tanto, la Organización Sionista Mundial no se ha convertido en una entidad inútil por el establecimiento del Estado de Israel sino que, por el contrario, su responsabilidad y misión se han agrandado incalculablemente.
El Estado de Israel y el Movimiento sionista se complementan recíprocamente, se necesitan el uno al otro y con su esfuerzo conjunto podrán y deberán movilizar al pueblo judío para que realice el ideal de redención.» 22
Debo aclarar, para quienes seguramente desconocen el concepto de «redención» que utiliza Ben Gurion, que este tiene el significado de «judaización», como bien lo explica el gran pensador judío, Israel Shahak, en su libro Historia judía, religión judía.23
Y también que todas las organizaciones judías, las del continente americano —AIPAC y otras en EE.UU., DAIA, AMIA y OSA en la Argentina—, y seguramente las de otros países, sin excepción, todas son subsidiarias, esto es, filiales de esa Organización sionista mundial, y le deben obediencia y acatamiento. Aunque aparezcan funcionando hábilmente camufladas como entidades independientes y autónomas, para poder cumplir los objetivos tal como los pensara y describiera Ben Gurion.
Su lealtad primera es al Estado de Israel, a través de esa organización, y no al país en el que viven, al que no consideran como su patria, sino como un lugar de tránsito, y por eso en sus declaraciones, sus dirigentes, siempre señalan su solidaridad con «sus hermanos de sangre del Estado de Israel», esto es, con los sionistas, no con los judíos.
Y para terminar quisiera recordarle a todos aquellos que, con su mejor voluntad, apoyaron y apoyan las continuadas y renovadas propuestas de posibles acuerdos con los dirigentes sionistas fascistas que inventa, o le inventan a, Abu Mazen, para eternizarse en su cargo, al que siempre está diciendo que quiere renunciar, pero no abandona nunca, que los fondos provenientes de todos los países y organismos internacionales destinados al pueblo palestino, sólo son utilizados por su camarilla de funcionarios, autotitulados «embajadores», para llevar una vida ostentosa.
Todos ellos viven en suntuosas mansiones, tienen secretarias y secretarios, choferes, coches, almuerzan y cenan en lujosos restaurantes, acuden a baños saunas, tienen masajistas privados, por decir lo menos, mientras el pueblo palestino tanto en la Ribera Occidental como en la Franja de Gaza, vive menos que miserablemente.
Y, en general, sus críticas están dirigidas a sus propios compatriotas, los que militan en otras organizaciones palestinas, pero se cuidan mucho de decir algo sobre el Estado de Israel.
Cuando todo esto cambie, y el pueblo palestino pueda elegir representantes dignos, no tengo dudas de que todos los pueblos de la tierra apoyarán sus reclamos, y podrá encontrar, al fin, seguramente, las formas de una convivencia fraterna con el pueblo recientemente constituido como israelí, si ese pueblo es también capaz de buscar y elegir representantes dignos, y no títeres y lacayos al servicio de los intereses imperiales, como los que gobernaron hasta el presente, sustentados por financieros y banqueros ávidos de riqueza y de poder.
J. A. Hobson en su famoso libro Estudio del imperialismo, publicado hace más de 100 años, lo describía así:
«¿Puede alguien pensar en serio que algún Estado europeo sería capaz de desencadenar una guerra a gran escala, o de negociar un préstamo estatal sustancioso si la Casa Rothschild y sus amigos se opusieran a ello?
…
No hay guerra, ni revolución, ni asesinato anarquista, ni ningún otro sobresalto político que no produzca ganancias a estas personas. Son como sanguijuelas que chupan beneficios de cualquier nuevo gasto forzoso y de cualquier perturbación repentina en el crédito público.»24
1 C.G. Jung-R. Wilhelm. El secreto de la flor de oro. Editorial Paidós. Buenos Aires., 1955, p. 25.
2 Edward W. Said. «De dignidad y solidaridad», La Jornada, México, 4 de julio de 2003.
3 Ver en Saad Chedid (ed.). El legado de Edward W. Said, el ensayo de Michael Prior, «En paz, en el lugar del descanso. Una apreciación de Edward W. Said», p. 69.
4 Gilbert Achcar. The Arabs and the Holocaust, the Arab-Israeli War of Narratives. Metropolitan Books, New York, 2009, p. 285.
5 David Morrison. Lies. Israel Secret Services and the Rabin Murder. Gefen Publishing House. 2000. Michael Karpin & R. Friedman. Murder in the name of God: the Plot to Kill Yitzhak Rabin. Henry Holt & Co. USA. 1998.
6 Maxime Kaufman-Lacusta. Refusing to be Enemies. Palestinian and Israeli Nonviolent Resistance to the Israeli Occupation. Ithaca Press. Printed in Lebanon. UK, 2011.
7 Zochrot, ver su página web www.nakbainhebrew,org y también www.zochrot.org
8 G.E.M. de Ste. Croix. La lucha de clases en el mundo griego antiguo. Editorial Crítica. Barcelona. 1988. p. 388 y notas 9,10 , 11 y 12, en pag- 716. Richard Dawkins. El espejismo de Dios. 5ta. Ed. Revisada. Espasa Calpe. Madrid. 2008. Cap. 2, «El espejismo de Dios», pp. 39 y ss. R. S. Sugirtharajah. La Biblia y el imperio. exploraciones postcoloniales. En particular «El Antiguo Testamento como arma de destrucción masiva», pp. 94-96. AKAL. Madrid. 2009. Michael Prior. La Biblia y el colonialismo. Una crítica moral. Editorial Canaán. Buenos Aires, 2005, p. 52. Y la mucha biliografía que se encuentra en esos autores, referidas a la deidad de los judíos, Jhwh.
9 Abigail Abarbanel (ed.) Beyond Tribal Loyalties. Personal Stories of Jewish Peace Activis. Cambridge Scholar Publishing, London, 2012.
10 http://mariaenpalestina.wordpress.com/2012/01/01/la-limpieza-etnica-de-un-pueblo-inventado/ Traducción de María M. Delgado.
11 http://www.solidarity-us.org/site
12 Ver Lenni Brenner, Sionismo y fascismo. El sionismo en la época de los dictadores y también 51 Documentos de la colaboración de los dirigentes sionistas con los nazis, ambas obras editadas por Editorial Canaán, Buenos Aires, 2011.
13 El rostro de Edmond de Rothschild aparece impreso en el billete de 500 sheqalim, el más caro de la moneda israelí, como un homenaje a los verdaderos «padres del Estado de Israel»., que, pareciera, ya no quieren permanecer en el anonimato de las maquinaciones que permitieron la implantación del Estado de Israel en Palestina.
14 Ver Élisabeth Roudinesco, A vueltas con la cuestión judía. Anagrama, Barcelona, 2011, p. 121.
15 Lenni Brenner. 51 Documentos, pp. 224-225.
16 Idem. p. 225.
17 Lenni Brenner. 51 Documentos, pp. 63-69.
18 Joan B. Culla. La tierra más disputada. El sionismo, Israel y el conflicto de Palestina. Alianza Editorial. Madrid, 2005, p. 109.
19 Idem. p. 179.
20 Michael P. Ghiglieri. El lado oscuro del hombre. Tusquets. Barcelona, 2005. p. 368, n. 24.
21 Andrea Giacobazzi, L’asse Roma-Berlino-Tel Aviv, I rapporti internazionali delle organizzazioni ebraiche, dell’organizzacione sionista e del movimento sionista revisionista con l’Italia fascista e la Germania nazionalsocialista, Il Cerchio, Citta di Catello, 2010.
22 Saad Chedid. Palestina o Israel, Editorial Canaán, Buenos Aires, pp. 288-292. «Acuerdo entre el Estado de Israel y la Organización sionista mundial.» Acuerdo este que es actualizados periódicamente.
23 Israel Shahak. Historia judía, religión judía. Antonio Machado Libros, Madrid, 2003, pp. 54-48.
24 J. A. Hobson. Estudio del imperialismo. Alianza Editorial. Madrid, 1984, pp. 74-75.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.