Les aviso que no iré a vuestro concierto de mayo próximo, de manera que no cuenten conmigo. Nada personal, tengo por ustedes el más grande cariño. Mi decisión se basa en el precio de las entradas que hará que muchos de vuestros admiradores no puedan asistir. Será que las movilizaciones de los estudiantes del año […]
Les aviso que no iré a vuestro concierto de mayo próximo, de manera que no cuenten conmigo. Nada personal, tengo por ustedes el más grande cariño.
Mi decisión se basa en el precio de las entradas que hará que muchos de vuestros admiradores no puedan asistir. Será que las movilizaciones de los estudiantes del año pasado me habrán sensibilizado respecto del lucro, y ahora en donde lo veo, lo rechazo. Aunque sea en los conciertos de tan queridos artistas.
Lo mío no es en contra de vuestras personas u obras. Por el contrario, ustedes son artistas que admiro y que me han servido de mucho. Las letras de Joan Manuel fueron parte de lo que me permitió sobrevivir cuando la cosa se ponía cuesta arriba en la cárcel o el exilio. Y los temas de Joaquín me han servido para disfrutar la vida ahora que los peligros no son inminentes.
Entiendo que tengan que ganarse la vida. Así como están las cosas no es fácil armar la canasta diaria, atender a los niños, los gastos de la casa y tanta cosa.
Pero confieso que no se trata sólo del costo de la entrada. Tengo la sospecha de que en las primeras y más caras de las ubicaciones del concierto estarán algunos sujetos que aborrezco. Lo siento, sé que entre ellos tenéis buenos amigos, pero qué le voy a hacer. Soy un resentido militante con las cuotas al día.
Es que, digamos las cosas como son, en ese espacio en que ustedes mostrarán tantas entrañables canciones, se va a reproducir a una escala pequeña pero representativa, las diferencias que hacen de nuestro país uno de los más desiguales de la tierra. Si vivieran aquí, entenderían la bronca que eso genera.
Les ruego que no me insistan. Sólo iría a verlos si dieran ustedes un concierto gratis a favor de los estudiantes. Les haría bien escucharse recíprocamente.
Mientras tanto, prefiero ir al bar donde un amigo los interpreta a ustedes de maravilla y en donde uno sólo paga lo que se bebe. A ese bar van personas que sólo se marean con el vino.
Les quiere y extraña,
Ricardo Candia Cares