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Yemen

Cómo sostener un estado fallido

Fuentes: Aish

En Yemen la reivindicación y la violencia están dejando de ser cuantificables. Es inevitable perder la cuenta de las manifestaciones, huelgas y protestas diarias que se producen en instituciones, empresas y centro militares, y se hace cada día más difícil recopilar los ataques de los grupos vinculados a Al Qaeda en el sur del país, […]

En Yemen la reivindicación y la violencia están dejando de ser cuantificables. Es inevitable perder la cuenta de las manifestaciones, huelgas y protestas diarias que se producen en instituciones, empresas y centro militares, y se hace cada día más difícil recopilar los ataques de los grupos vinculados a Al Qaeda en el sur del país, los enfrenamientos entre militares y huzíes en el norte, y las ofensivas del Ejército yemení. Lo que significa que a poco más de un mes de que Alí Abdullah Saleh cediera el poder oficialmente, la transición se sumerge peligrosamente en las demandas insatisfechas y una imparable inseguridad interna del país.

La celebración de los comicios presidenciales donde el ex vice presidente Abd Rabbu Mansur Hadi tomó el testigo de Saleh para liderar el proceso de transición fue recibida con confianza y se entendió que contuvo una guerra civil inminente. Hasta el opositor Sheij Hamid al-Ahmar, de la histórica tribu al Ahmar enfrentada a Saleh, considera que Yemen está comenzando «a salir del túnel». El presidente Hadi habla abiertamente de reconciliación y ha llamado a todos los sectores de la sociedad civil, incluidos los movimientos separatistas del sur, a iniciar un diálogo nacional.

Sin embargo, Yemen sigue chocando con su contexto, con un sur absolutamente desestabilizado que este mes de marzo ha contabilizado cientos de muertos en cada ataque de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), manifiestamente reforzada en las regiones sureñas; y con la sombra de su ex presidente Saleh que estaría incitando a la desestabilización política dentro del Gobierno de Transición. Algunos cargos institucionales hablan sin reparos de sabotaje y Hadi ha creado una comisión para hacer frente a los intentos de Saleh de entrometerse en la política interna a través de los afines que mantiene en el Ejecutivo y en el Ejército.

En las, llamadas por los medios locales, «revoluciones paralelas» se engloban todas las protestas que se convocan diariamente y exigen la caída de personas concretas, con nombres y apellidos, relacionadas o emparentadas con el ex presidente Saleh. El resultado es una sociedad que no ha dejado de movilizarse y ha ido ganando terreno al conseguir notables destituciones de cargos, sobre los que se puede encontrar un pormenorizado análisis en Critical Treaths. Pero no todos están dispuestos a abandonar el poder, especialmente en el estamento militar, íntimamente relacionado con el ex presidente. La cesión de Mohammed Salé al Ahmar, hermanastro de Saleh, como responsable de las Fuerzas Aéreas, ha provocado una nueva crisis y desde el pasado viernes un grupo de militares mantiene rodeado el aeropuerto de Sana, lo han cerrado durante unas horas, y amenazan con destruir los aviones que intenten aterrizar o despegar. El análisis de Critical Treath destacada en el mes de febrero las dificultades de reformar las Fuerzas Armadas, uno de los puntos más importantes y delicados del acuerdo del Consejo de Cooperación del Golfo, por la vinculación directa con Saleh. De hecho, las destituciones todavía no han afectado al hijo del ex presidente, Ahmed Alí Abdulá Saleh, comandante de la Guardia Republicana, y a su sobrino. Yehia Mohamed Abdulá Saleh, que sigue dirigiendo las Fuerzas de Seguridad Central.

La estabilidad de Yemen se ha convertido en una prioridad para los actores regionales y Estados Unidos que intentan controlar los problemas de terrorismo y la deteriorada economía del país. El Banco Mundial ha anunciado que acelerará la aplicación de proyectos que están previstos en el país y Yemen ha pedido a Arabia Saudí que financie parte de sus presupuestos estatales.

El acuerdo del Consejo de Cooperación del Golfo pretende sostener una transición política asentada en un Estado fallido con fisuras estructurales que han evitado modificar, al proteger los privilegios del ex presidente Saleh que se ha convertido en uno de los peores enemigos del país. El Estado no tiene capacidad económica para solucionar la «crisis humanitaria» de la que llevan advirtiendo meses las organizaciones internacionales y sus fuerzas armadas, débiles ante Al Qaeda pero extremadamente enérgicas contra los manifestantes, siguen estando lejos de actuar en pro de los intereses de la sociedad. Los yemeníes intentan sacar adelante un nuevo país, pero el acuerdo del Consejo de Cooperación del Golfo les está obligando a hacerlo sobre las viejas y fallidas estructuras.

Fuente original: http://www.aish.es/index.php/component/content/article/139-clavesyemen/2784-yemen-120412-como-sostener-un-estado-fallido