Traducción para Rebelión de Loles Oliván.
Abu Mazen entrará en la Historia: será recordado como uno de los peores palestinos de todos los tiempos. Será recordado en el mismo círculo de los nashashibis [poderosa familia palestina] de antes de 1948, quienes junto a los monarcas hachemíes estaban en nómina de los sionistas,
Abu Mazen fue un «dirigente» accidental -si es que se le puede considerar siquiera dirigente. Él, junto con Salam Fayyad, ha sido impuesto al pueblo palestino. Antes de Oslo, la OLP consiguió impedir que Israel o Jordania impusieran a cualquier palestino como representante del pueblo palestino. La OLP consiguió presentarse como la «única representante legítima» del pueblo palestino en contra de los deseos de Israel y de Jordania. Los palestinos que intentaron ser representantes (en nombre de la ocupación israelí y de la monarquía jordana) fueron rechazados o asesinados por su gente. La OLP consiguió frustrar todos los planes que pretendían imponer representantes palestinos alternativos (no representativos).
Los intentos de eludir las credenciales de la OLP como órgano representativo del pueblo palestino resultaron cómicos.
Primero, fue el rey jordano quien supuestamente hablaría en nombre de los palestinos incluso después de que hubiera masacrado a miles de ellos en el Septiembre negro. Después, los israelíes organizaron a colaboracionistas en «ligas de pueblos» pero el pueblo palestino rápidamente desacreditó tal iniciativa. Y más tarde, Estados Unidos tropezó con el gracioso del alcalde de Belén, Ilyas Furayj, y decidió que debía ser él quien hablara en nombre de los palestinos. En otro momento, resultó ser el periodista Jerusalén, Hanna Sanyurah, y así sucesivamente.
La búsqueda de un liderazgo alternativo nunca cesó. Estados Unidos e Israel nunca se rindieron. Sencillamente, no se conformaban con un «no» como respuesta del pueblo palestino.
Luego vino Oslo, donde Arafat básicamente se rindió a los ocupantes israelíes. Arafat prácticamente cedió ante los negociadores israelíes y renunció a las reclamaciones básicas del Movimiento Nacional Palestino. Desperdició todas las fortalezas principales y secundarias de la OLP pensando todo el tiempo que era más astuto que los israelíes por mantener una pequeña milicia armada -no para lanzar una firme lucha armada contra la ocupación sino para seguir adelante en las negociaciones reforzando su posición.
Y luego vino Abu Mazen. El ex director del Mosad, Efraim Halevy, admitió en su libro El hombre en la sombra, que fue él quien se inventó el cargo de primer Ministro para debilitar a Arafat y para ejercer presión a favor de un colaboracionista como jefe.
Los israelíes conocían a Abu Mazen más que otras figuras de la OLP. Este personaje de segundo rango no era conocido fuera de los estrechos círculos de Fatah. Residía en Damasco (lo que explica su silencio sobre los asesinatos cometidos por el régimen sirio) y se tenía a sí mismo por erudito. Era un burócrata mal informado que consideraba su negación del Holocausto y su creencia en una conspiración masónica libre de sionistas como un signo de profunda erudición.
Abu Mazen promovió asimismo negociaciones directas con los israelíes no tanto porque a él le agradara necesariamente Israel -después de todo, era (y probablemente sigue siendo) un enemigo de los judíos- sino porque argumentaba que Israel haría implosión desde dentro y que todo lo que los palestinos tienen que hacer es sentarse y disfrutar de su desaparición.
Lo que a Abu Mazen le falta en academicismo, popularidad y carisma lo compensa con una extraña habilidad para dar al enemigo lo que le pide.
La entrevista que Abu Mazen acaba de conceder a la TV israelí es un insulto a la lucha de todo un siglo del pueblo palestino. Abu Mazen ha decidido que habla en nombre de todos los palestinos. Al final -después de que Arafat matara a la OLP, y después de que Arafat firmara un acuerdo que establece un régimen colaboracionista en Ramala, y después de que el proceso de Oslo asignara a Fatah el papel de matar a otros palestinos en nombre de Israel- Israel consiguió establecer un dirigente palestino que comparte los objetivos políticos y de seguridad israelíes.
El plan era simple: Estados Unidos e Israel decidieron matar de hambre al pueblo palestino, cortar todas las fuentes de financiación a las organizaciones palestinas y mantener toda la financiación en manos de instrumentos de confianza de la AP, principalmente Abu Mazen y Salam Fayyad (aunque Muhammad Dahlan y Yibril Rayyub también jugaron un papel similar en el pasado).
Si se suponía que la revolución iba a crecer fuera del cañón de la pistola, la anti-revolución se materializó a través del flujo del dinero. Abu Mazen no sólo controlaba el enorme sector público de la AP sino que incorporó a los combatientes retirados a una pequeña policía no estatal. Abu Mazen no sólo controlaba Fatah: consiguió defenderse de las oposiciones laicas y nacionalistas dispensando pagos mensuales a las organizaciones palestinas.
Arafat dio fondos de la OLP a organizaciones miembros incluso cuando esas organizaciones estaban públicamente en desacuerdo con su política.
Abu Mazen es menos seguro: la financiación se cortaría si alguna organización expresaba críticas a su política. Incluso el FPLP (especialmente su rama de Cisjordania) se convirtió en un grupo de oposición leal y servil.
El pueblo palestino puede ser criticado por tolerar el liderazgo de Abu Mazen durante demasiado tiempo. A Abu Mazen ya no le quedan más concesiones que hacer así que decide hablar en nombre de los refugiados. Se considera en condiciones de donar su lugar de nacimiento de Safad a Israel y afirma que sólo tiene derecho a «verlo».
Abu Mazen se ha olvidado de que ver Palestina no era el objetivo del Movimiento Nacional Palestino, sobre todo de los muchos palestinos que lucharon y murieron en tierras palestinas. Lucharon para liberar los lugares y no para visitarlos como turistas.
Abu Mazen dijo que sólo desea visitar Safad. Las autoridades israelíes le correspondieron con el insulto que se merece: le dijeron que pueden arreglarle una visita a las ciudades «israelíes». Tal vez Abu Mazen pueda ir allí y postrarse ante los ocupantes.
Históricamente, el liderazgo palestino ha estado muy por debajo de la altura de la lucha del pueblo palestino. Desde Hajj Amin Husseini hasta Yasser Arafat, el liderazgo palestino fue incompetente, sospechoso, deshonesto, engañoso y reservado.
Pero Abu Mazen no es ni siquiera un dirigente.
El dirigente accidental, que ocupa su puesto (del que su corrupta familia detrae grandes sumas de dinero) simplemente por voluntad de Estados Unidos e Israel, ni siquiera pertenece a la lista de líderes palestinos del siglo XX. Debería ser celebrado en el seno del movimiento sionista como uno de los clientes de la ocupación israelí junto a gente de la calaña de Bashir Gemayel y Lahd Antoine.
Fuente original: http://english.al-akhbar.com/