Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
«En Gaza no llevamos vidas normales, tan sólo sobrevivimos y tratamos de adaptarnos a nuestras anormales vidas bajo el asedio y la ocupación», dice la Dra. Muna El-Farra, que es además desde hace mucho tiempo activista por los derechos humanos y por los derechos de la mujer. En el Día Internacional de la Mujer, cuando muchas mujeres del mundo están luchando por la igualdad laboral y el fin de la violencia de género, Farra y la mayoría de las mujeres de Gaza luchan por conseguir los derechos más básicos.
«Es difícil vivir en este pequeño trozo de tierra, donde no pueden satisfacerse necesidades básicas como el agua potable, una electricidad regular, el adecuado saneamiento y las posibilidades de esparcimiento. Las mujeres en Gaza están especialmente traumatizadas por los continuos ataques militares israelíes», dice Farra.
Un informe del año 2009 del Centro Palestino por los Derechos Humanos pone de manifiesto el sufrimiento de las mujeres palestinas bajo el ilegal asedio impuesto por Israel sobre Gaza durante los últimos siete años, además de los espantosos 23 días de ataques israelíes en diciembre de 2008 y enero de 2009, que mataron a más de 1.400 palestinos, incluidas 112 mujeres.
El informe «A través de los ojos de las mujeres«, señala que las mujeres de Gaza continúan luchando «mientras tratan de asumir su dolor y sus heridas por la pérdida de sus niños, sus maridos, sus familiares, sus hogares y sus medios de vida».
Para Hiba an-Nabahin, de 24 años, licenciada en Medios de Comunicación por la Universidad Palestina de Gaza, los mayores problemas a que se enfrentan las mujeres en Gaza son la pobreza y el desempleo resultantes del asedio.
«¿Cómo puede una mujer cuyo marido ha muerto o está encarcelado continuar cuidando de sus hijos? Las mortíferas guerras israelíes que soportamos no se pueden comparar con la creciente pobreza a que tenemos que hacer frente. Soy licenciada universitaria y no puedo encontrar trabajo y muchos licenciados como yo están en la misma situación, incluso aquellos que consiguieron las mejores calificaciones.»
Nabahin, miembro de una familia de diez personas, es la única que ha conseguido ya licenciarse. «Mi padre está incapacitado y no puede trabajar y mis hermanos son más jóvenes que yo. Incluso mi hermana, que tiene una media del 98% en sus notas en la facultad, no podrá encontrar ningún trabajo cuando acabe la universidad».
Um Oday, de 30 años, ama su trabajo. «Tengo tres niños a los que cuidar pero mi marido apoya que trabaje fuera de casa, si es que encuentro un empleo. Además de mi educación universitaria, he hecho diferentes cursos de formación con la esperanza de encontrar trabajo. Pero no puede haber esperanza en Gaza».
Tagrid Yummah, directora de de los Comités de la Unión de Mujeres Palestinas de Ciudad de Gaza (CUMP) está de acuerdo en que el asedio es el principal opresor.
«El asedio nos afecta a todos, pero afecta especialmente a las mujeres», dice Yummah. «En estos últimos años hay cada vez más mujeres obligadas a convertirse en cabeza de familia porque a sus maridos les han matado, están en las prisiones de Israel o en el paro como consecuencia del asedio. Pero la mayoría de esas mujeres no disponen de medios para ganar dinero.»
En un informe de Naciones Unidas de agosto de 2012: Gaza in 2020: A liveable place ? [Gaza en 2020: ¿Un lugar dónde vivir?], cita que el desempleo es «más alto que a finales de los años noventa». El informe subraya el impacto sobre las mujeres, cuya tasa de desempleo a primeros de 2012 era del 47%.
Para Malaka Mohammed, de 22 años, licenciada en Literatura Inglesa por la Universidad Islámica de Gaza, y ahora empleada en la universidad, la educación superior es a la vez su mayor ambición y el mayor obstáculo.
«En Gaza, ya seas mujer u hombre, te enfrentas a las mismas consecuencias bajo el asedio y la ocupación. Me gustaría hacer un master, pero aquí no disponemos de programas de master en inglés».
A lo largo de los últimos diez años, Israel ha prohibido a los palestinos de Gaza que estudien en las universidades de la ocupada Cisjordania.
«Estudiar en el extranjero es muy caro, por eso estoy buscando posibilidades de beca, pero aunque las encuentre sé que tendré que competir con miles de personas que también estarán solicitándola».
Egipto, bajo el régimen de Mubarak, actuó como cómplice de esta situación impidiendo que cientos de estudiantes palestinos que tenían plaza y becas en universidades extranjeras pudieran salir de la Franja.
Rana Baqr, que estudia Administración y Empresariales en la Universidad Islámica y es una periodista independiente, se muestra muy activa en las numerosas cuestiones políticas a que se enfrentan los palestinos.
«Para ser honesta en lo que se refiere al impacto del asedio y políticas coloniales de Israel contra el pueblo de Gaza, y de hecho en toda Palestina, no creo que las experiencias de hombres y mujeres difieran unas de otras», dice Baqr.
«Cuando Israel bombardea deliberadamente colegios, tanto niños como niñas se ven afectados. Cuando hablamos de los límites que Israel impone a nuestras aspiraciones, ambos géneros comparten los mismos sufrimientos. El gobierno israelí actúa con indiferencia respecto a la población palestina. Las mismas políticas letales se aplican a hombres, mujeres y niños de forma indiscriminada.»
Pero las mujeres tienen problemas especiales. La pobreza creada por el asedio ha hecho que el 80% de los 1,7 millones de palestinos dependan de la ayuda alimentaria, lo que ha causado crecientes tasas de malnutrición y anemia en las mujeres.
Un informe de junio de 2012 elaborado conjuntamente por Medical Aid for Palestinians (MAP) y Save de Children señala que la anemia afecta al 36,8% de las mujeres embarazadas de Gaza y que esa anemia puede provocar «embarazos que no llegan a término, reducción de la productividad laboral en los adultos» y que «contribuye al 20% de todas las muertes maternas».
Para Tagrid Yummah del CUMP, la mujer palestina «representa la resistencia y la resiliencia palestinas, es fuerte, y es un espejo de la lucha y la constancia. Hemos perdido a familiares, a los niños y sufrimos bajo los cierres y ataques del ejército israelí. Todas cargamos con el sufrimiento de nuestro pueblo, pero continuamos viviendo y resistiendo».
En su informe sobre el sufrimiento de las mujeres de Gaza, el Centro Palestino por los Derechos Humanos subraya que no hay perspectiva alguna de mejora en Gaza mientras no se levante el asedio y se permita una actividad económica normal.
«La gravísima situación económica implica que muchas mujeres y sus familias se deslicen cada vez más profundamente en la más abyecta pobreza. Han sufrido los horrores de una guerra ilegal y ahora están luchando para sobrevivir».
Fuente: http://www.ipsnews.net/2013/03/gaza-women-suffer-on-their-day/