Un año después de las históricas marchas negras de mineros desde Asturias, León y Aragón a Madrid, en las que sindicatos, partidos políticos y, sobre todo, trabajadores reivindicaron un futuro para el sector del carbón, las organizaciones y partidos ecologistas vuelven a tirar de la otra punta de la cuerda, al incidir en las consecuencias […]
Un año después de las históricas marchas negras de mineros desde Asturias, León y Aragón a Madrid, en las que sindicatos, partidos políticos y, sobre todo, trabajadores reivindicaron un futuro para el sector del carbón, las organizaciones y partidos ecologistas vuelven a tirar de la otra punta de la cuerda, al incidir en las consecuencias sanitarias y medioambientales de su explotación.
Greenpeace ha hecho público esta semana un informe europeo que revela los impactos causados por la generación de electricidad con carbón de Enel-Endesa. El informe Enel hoy y mañana. Los costes ocultos del camino del carbón cuantifica en 313 las muertes prematuras causadas anualmente por las centrales térmicas de carbón que Enel-Endesa tiene en España.
El estudio coincidió con la comparecencia ante la Comisión de Cooperación del Congreso de los diputados de José Casas Marín, director de Responsabilidad Social Corporativa de Endesa y con la votación celebrada en el Parlamento Europeo sobre el mercado de derechos de emisión.
La organización ecologista basa su acusación en el estudio realizado por SOMO (Centre for Research on Multinational Corporations). En él se han calculado los impactos tanto para la salud como económicos que provocan las centrales térmicas de carbón de Enel-Endesa en Italia y en el resto de Europa.
Según un comunicado de Greenpeace, uno de los aspectos más preocupantes cuantificados por SOMO es el «número de muertes prematuras causadas por la contaminación atmosférica de estas plantas». El método de cálculo usado es el empleado en la Unión Europea por la Agencia Europea de Medio Ambiente para sus informes sobre la contaminación del aire y la producción industrial.
En el caso español, el informe presenta el desglose anual de muertes prematuras y costes totales debido a las cuatro mayores centrales térmicas de Endesa: Central térmica de Andorra-Teruel (96 muertes y 302.543.958 euros), Central térmica de Compostilla-León (52 muertes y 199.222.231 euros), Central térmica de As Pontes-A Coruña (54 muertes y 292.831.796 euros) y Central térmica de Carboneras-Almería (111 muertes y 423.308.081 euros).
«Esperamos que Endesa explique qué medidas urgentes piensa tomar la empresa para remediar esta gravísima situación», declaró Julio Barea, responsable de Energía y Cambio Climático de Greenpeace. De entre las sustancias tóxicas y gases contaminantes o de efecto invernadero que produce la quema de carbón en centrales térmicas, el informe asegura que las partículas emitidas pueden provocar enfermedades como la neumonía y el cáncer.
Mercado de emisiones
Tras la votación del Parlamento Europeo, en la cual se rechazó, por un estrecho margen, la retirada de derechos de emisión del mercado europeo (ETS en sus siglas en inglés), Greenpeace consideró que «la estabilidad del sistema europeo de comercio de emisiones ha quedado en entredicho. Mientras no se resuelva el exceso de derechos de emisión disponibles en el ETS, no se logrará su objetivo de disuadir a los contaminantes y promover una producción más limpia. Los precios extremadamente bajos del CO2 han perjudicado la credibilidad del ETS y han favorecido las opciones más contaminantes de producción energética como es el carbón».
Según el director de política climática de Greenpeace en la Unión europea, Joris den Blanken: «La votación es un fracaso histórico. Actualmente, el mercado de carbono no logrará frenar la construcción de ninguna planta de carbón. Mientras la UE no tome decisiones firmes sobre el mercado de emisiones, son los Estados miembros quienes deberán legislar en este vacío legal, como son los impuestos sobre el uso del carbón y el abandono de la quema de carbón».