Este lunes asistí, como oponente, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a la discusión de la tesis «El recurso del método o de cómo EL PAÍS filtró Wikileaks«, de Eduardo González Martínez, en su opción al título de Licenciado en Periodismo. Como reza su título, la investigación de Eduardo se […]
Este lunes asistí, como oponente, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a la discusión de la tesis «El recurso del método o de cómo EL PAÍS filtró Wikileaks«, de Eduardo González Martínez, en su opción al título de Licenciado en Periodismo.
Como reza su título, la investigación de Eduardo se concentra en el uso que EL PAÍS dio a los cables secretos del Departamento de Estado filtrados por la organización que lidera Julian Assange. Para llegar al núcleo de su trabajo de diploma, Eduardo hizo un útil y documentado recorrido teórico sobre las relaciones entre ideología, poder y discurso con fuentes diversas, con énfasis en la tradición marxista y en especial se apoyó en el concepto de hegemonía desarrollado por el comunista italiano Antonio Gramsci.
El capítulo central de la tesis, «El recurso del método», destaca por el uso de la ironía, la sólida argumentación y una prosa limpia con la que el joven periodista demostró que sabe manejar muy bien la sutileza. El análisis que hace del lenguaje empleado por el periódico, en función de si los protagonistas de los cables secretos del Departamento de Estado son aliados o enemigos del Grupo PRISA es inteligente y convincente. Eduardo llama la atención sobre las diferencias entre cómo estos maestros de la manipulación saben cruzar un campo minado por las culpas de célebres «personajes» sin rozar con el pétalo de una rosa el «método» que permite las críticas a los hombres pero nunca al sistema que ese método defiende.
A pesar de todo ello, hasta aquí Eduardo, con sus apellidos del montón, no pasaría de ser un brillante estudiante de los que todos los veranos puede salir de cualquier Universidad, dotado con las herramientas que una buena formación profesional proporciona. Pero, siempre hay un pero y –como diría Mario Benedetti- sobre todo un Marx que por bien no venga, es que Eduardo es hijo de dos trabajadores humildísimos del no menos humilde poblado de Minas de Matahambre, que ayer estaban felices después de haber recorrido cientos de kilómetros para ver lo que su vástago ha sido capaz de hacer. Y aquí es donde viene la diferencia, esa que marca Cuba, cuando hace realidad para millones de seres humanos lo que Fidel agregó el Primero de Mayo del año 2000 -cuando Eduardo González Martínez estudiaba en una escuela primaria de Minas de Matahambre- inmediatamente después de afirmar que Revolución «es cambiar todo lo que debe ser cambiado»: «es igualdad y libertad plenas». Es parte de una definición que el General de Ejército Raúl Castro ratificó al ser proclamado como Presidente el pasado 24 de Febrero y referirse al origen de los compañeros promovidos a nuevas y altas responsabilidades en la dirección del país:
«Todos ellos surgieron del pueblo y como el resto de los miembros del Consejo de Estado constituyen un ejemplo fehaciente de cómo se han llevado a la práctica las palabras de Fidel el 16 de abril de 1961, en vísperas de la invasión mercenaria por Playa Girón, cuando dijo: «esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, por los humildes y para los humildes». Hoy estamos demostrando que así lo seguirá siendo para siempre.
Mucho está cambiando Cuba, pero no para que el conocimiento -que es también poder- sea privilegio de los epígonos locales de PRISA y EL PAÍS, o que el único mérito de su talento y voluntad deje de hacer posible que un joven, por humildes que sean sus padres, pueda prepararse con el mayor rigor y calidad posibles. Cuando en su tesis -hecha con la Internet lenta pero gratuita de las Universidades cubanas, inexistente para las estadísticas a chorros que saca el corresponsal de la BBC en La Habana- Eduardo califica a Cuba y Venezuela de «disidencia occidental» su origen y el de su familia están explicando por qué.
Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2013/06/12/se-gradua-un-periodista-disidente-en-cuba/