Recomiendo:
0

Cartas desde dentro de Cuba

Fuentes: Rebelión

La semana pasada, algunos seguidores de la prensa internacional, recibimos en nuestros correos una escueta información donde se anunciaba la desaparición del blog Cartas desde Cuba, que durante siete años, escribiera el corresponsal de BBC, Fernando Ravsberg. De acuerdo con lo publicado en el sitio web del medio de prensa, el blog surgió por «la […]

La semana pasada, algunos seguidores de la prensa internacional, recibimos en nuestros correos una escueta información donde se anunciaba la desaparición del blog Cartas desde Cuba, que durante siete años, escribiera el corresponsal de BBC, Fernando Ravsberg.

De acuerdo con lo publicado en el sitio web del medio de prensa, el blog surgió por «la necesidad de saber más sobre la cotidianidad de Cuba», saliéndose «de la narrativa política y económica que suele dominar las notas periodísticas que se refieren a la isla». Así, en aquellas primeras entregas, nos encontramos, si se quiere utilizar la frase, una visión muy ácida, de la situación cubana.

Recuerdo uno de sus artículos, muy comentado por cierto, donde se refería a las mujeres cubanas de forma bastante despectiva, a las cuales casi únicamente le dejaba la opción de conseguir un extranjero para ver realizado sus sueños, más desagradable aún, al ser escrito por una persona residente en Cuba y con cónyuge y descendencia cubana.

Creo que vale la pena releer los comentarios que acompañaron las entradas iniciales del blog, donde la norma era mostrarse favorable a una persona tan crítica de la situación actual del país.

Reconociendo primero que todo, la profesionalidad de Ravsberg, él mismo se dio cuenta que, en buen cubano, dorando la píldora y suavizando la mano, obtendría más resultados. El blog cambió y a las críticas, ya no tan abiertas, se sumaron los reconocimientos de logros del proceso cubano en estos más de cincuenta años y también las reales culpas externas. O sea, el principal componente del plato, apareció condimentado y mejor presentado, haciéndose más agradable a la vista y al llamado paladar pensante.

Los problemas burocráticos, los errores que realmente deben ser resueltos incluso las tristes omisiones, tomaron su lugar, pero esta vez unidos a la mención del «embargo» norteamericano, y a los logros en el sistema de salud y de educación.

Aquí también considero de interés leer los comentarios, pues estos empezaron a cambiar y algunos ubicaron a Ravsberg desde agente de Cuba infiltrado en BBC, hasta un abierto izquierdista merecedor de ser excomulgado por la prensa occidental.

La prensa cubana fue objeto de estudio y propuestas por Ravsberg en reiteradas ocasiones, sobre todo alrededor de los dos últimos Congreso de la UPEC, pues él en sus análisis propuso clases y recetas sobre cómo solucionar los problemas y cómo hacer una prensa cubana mejor.

Pero la testaruda vida real, mucho más rica que cualquier pronóstico, le jugó la mala pasada y a principios de marzo de este 2014, Ravsberg recibió en su cabeza, una clase práctica sobre democracia y libertad de prensa occidental. Creyó poder criticar abiertamente la violación de los derechos humanos, que reiteradamente lleva a cabo el Gobierno de los EE.UU. en la ilegal Base de Guantánamo y rápidamente los editores de BBC le hicieron el primer conteo de protección. A la semana siguiente, quiso regresar al intercambio de golpes y esta vez el árbitro decretó el fuera de combate: se acabó el blog Cartas desde Cuba.

Ravsberg explica que le hicieron una propuesta de cambios en el blog que él no aceptó, pero contradictoriamente a esta declaración, la redacción de BBC declara, y cito textualmente, que «en BBC sentimos la necesidad de que ese blog evolucione» y a continuación, «queremos escuchar voces críticas de la revolución que no encuentran espacio en los medios cubanos».

A buen entendedor con pocas palabras bastan. BBC no quiere análisis sobre los EE.UU:, ni tampoco reconocimientos de logros cubanos. Desean crítica monda y lironda.

Cierro con una frase muy cubana. Fernando Ravsberg y sus Cartas desde Cuba en la BBC, olvidó que se pude jugar con la cadena, pero al mono hay que dejarlo tranquilo. Ahí va una lección a quien tantas quiso darnos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.