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Uno de los últimos comentaristas militares valientes de Israel

Fuentes: Haaretz

Traducido del ingléz para Rebelión por J. M.

 

El periodista de Haaretz Reuven Pedatzur, que murió esta semana, hizo preguntas que pocos se atrevían a hacer. ¿Para qué necesitamos el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro? ¿Por qué atacar a Irán?

Hace unos días nos topamos de repente por la noche, en el barrio de Neve Tzedek de Tel Aviv. Tamar y Reuven Pedatzur regresaban de ver «Le Week-End», la nueva película sobre una pareja británica que celebra su aniversario número 30 en París. Tamar dijo que la película le había causado una fuerte impresión; no es fácil de mantener una relación durante un tiempo tan largo. Ella y Reuven iban a celebrar pronto sus 20 años juntos.

Por supuesto, no podíamos saber que su tiempo de estar juntos terminaría tan sólo unos días más tarde en un trágico accidente de carretera. El día después que Pedatzur murió mientras trataba de arreglar su motocicleta, un amigo y yo fuimos a ver «Le Week-End», que fue, también, la última película que Reuven vio. Para nosotros fue una despedida personal a un colega muy querido y apreciado.

Durante años, el capitán Pedatzur fue una voz única crítica entre nuestros comentaristas militares y periodistas, de esos que detestaba las Fuerzas de Defensa de Israel, de esos que ilusionadamente habían servido en sus filas. Algunos simplemente regurgitan lo que los oficiales del ejército les sirvieron como alimento, manteniendo un tiempo difícil la borrosa línea entre periodista y portavoz . Pedatzur no tenía ese problema. Fue crítico con la institución.

En Israel, los informes militares son un factor clave en el lavado de cerebro de la población y la formación de la opinión pública, algo muy alejado del periodismo. Cubrir los hechos policiales es algo que sólo ha comenzado a ponerse al día en los últimos años, gracias a la glorificación de la policía en la televisión. La voz de Pedatzur brillaba desde el turbio pantano en el que los periodistas y los funcionarios nadaron, quizá fue nuestro último comentarista militar valiente.

Al igual que algunos de sus colegas también él «vino de allí», había sido piloto de combate. Él comió del mismo plato de campaña. Pero como periodista, dejó caer sus recuerdos de la fiambrera. Claro, él llevaba una gran chaqueta de cuero como los otros comentaristas militares, pero él no era uno de ellos. Durante las guerras él no nos instaba a seguir luchando, y no aplaudía cuando comenzaron esas guerras.

Pedatzur investigó ferozmente a sus sujetos de análisis, rompiendo las convenciones. Para él, las cosas que aceptamos con un incómodo silencio como el presupuesto de defensa, la industria de las armas, la opción nuclear y de defensa de misiles eran temas de penetrantes análisis críticos.

Él escribió acerca de ellos con seriedad, conocimiento y rigor. Él haría preguntas que pocos se atrevían a hacer. ¿Por qué necesitamos el sistema antimisiles Cúpula de Hierro? ¿Y el misil Arrow? ¿Por qué el avión Lavi? ¿Por qué atacar a Irán?

Trató de dejar al descubierto todos los trucos en el presupuesto de defensa, sin ningún resultado. Pocos de sus colegas se preocupaban por esas cuestiones, los que se daban por satisfechos citando la declaración del ejército israelí en el último asesinato selectivo, incluso si se trataba de una mentira o propaganda.

Su escritura era concisa y evitó el sensacionalismo. Él no era un hombre de izquierda radical, pero estaba preocupado por las acciones de sus colegas, los pilotos de los bombarderos. Le interesaba más los impactantes derroches de las FDI. Fue su mayor motivo de lucha, como un Don Quijote sin su Sancho Panza. Sólo Haaretz le proporcionó el marco de sostén.

Pedatzur libró una guerra santa contra las vacas sagradas. No es fácil ir en contra de la manada, sobre todo cuando se escribe sobre el ritual de la seguridad. Pedatzur no fue disuadido, aun cuando trataron de procesarlo por «espionaje».

El nieto del primer alcalde judío de Safed y sobrino del último editor del difunto periódico Lamerhav sabía que sin la crítica, no hay periodismo. En los últimos años trató de difundir esto entre sus estudiantes, pero fue en vano – Pedatzur lamentaría su ignorancia y falta de interés.

En su último artículo, que apareció en hebreo poco antes de morir, golpeó a la actual querida de Israel, el Jefe de Estado Mayor de las IDF, Benny Gantz. «La derecha radical está dictando su comportamiento», escribió Pedatzur, mientras que sus colegas periodistas, en sus entrevistas de la Pascua, siguieron cantando alabanzas personales alrededor de la fogata.

Fuente: http://www.haaretz.com/opinion/.premium-1.585865