Las tareas del cuidado, culturalmente depositadas en las familias y en particular sobre los hombros de las mujeres, constituyen hoy un obstáculo para el empoderamiento femenino, coincidieron expertas cubanas. Por ejemplo, en Santiago de Cuba, a más de 850 kilómetros al este de La Habana, «existe una reserva laboral femenina cuyo aprovechamiento contribuiría a disminuir […]
Las tareas del cuidado, culturalmente depositadas en las familias y en particular sobre los hombros de las mujeres, constituyen hoy un obstáculo para el empoderamiento femenino, coincidieron expertas cubanas.
Por ejemplo, en Santiago de Cuba, a más de 850 kilómetros al este de La Habana, «existe una reserva laboral femenina cuyo aprovechamiento contribuiría a disminuir la relación de dependencia en la población», en una sociedad muy envejecida, explicó la doctora Iliana Benítez, durante el VII Taller de Trabajo, Empleo y Relaciones Laborales, que sesionó del 22 al 25 de octubre en la capital cubana.
Sin embargo, en «un contexto cultural patriarcal que asigna a las mujeres el rol de cuidadoras y principales responsables de la crianza y educación de los hijos o de otras personas», ese potencial laboral se está desaprovechando, precisó Benítez, socióloga y profesora de la Universidad de Oriente.
Con esta investigadora coincide la también socióloga Magela Romero Almodóvar, quien considera importante analizar qué valor se le otorga en la sociedad al trabajo que realizan las mujeres, a tareas como las del cuidado, que están feminizadas, explicó.
«Ese análisis permitiría un cambio de las relaciones de poder que esa distribución sexual del trabajo trae, un cambio en los estereotipos», precisó Almodóvar, doctora en ciencias y profesora de la Universidad de La Habana.
El VII Taller de Trabajo, Empleo y Relaciones Laborales sesionó como parte del Simposio Internacional CIPS 2019 «Emancipación social vs. Dominación en el contexto latinoamericano y caribeño: Contribuciones desde las ciencias sociales», y aportó miradas críticas sobre los retos del mercado laboral en la Cuba actual, desde la óptica de las desigualdades sociales.
Según Benítez, si bien muchas mujeres santiagueras aún incluyen el trabajo entre sus aspiraciones personales, existen otras «que no identifican su incorporación a la actividad laboral como proyecto de vida».
Para la experta, los principales dilemas que enfrentan estas mujeres para incorporarse al trabajo remunerado ser relacionan, en primer lugar, con conflictos derivados de su dedicación al rol de madre o cuidadora.
Igualmente, el estudio en Santiago de Cuba identificó «estrategias individuales y familiares» en las que las mujeres optan por no trabajar fuera de casa, o por «la búsqueda de empleos que les permitan el desempeño de ambos roles», precisó Benítez.
La investigación también encontró contradicciones entre las aspiraciones de tener un desempeño laboral exitoso y las decisiones sobre cuántos hijos e hijas tener y en qué momento de sus vidas, agregó la profesora santiaguera.
La necesidad de políticas específicas para el cuidado emerge como un tema esencial, en un momento en que están ocurriendo ajustes al modelo económico cubano y se toman medidas para atender una dinámica demográfica, donde cada vez nacen menos personas y muchas más llegan a las edades finales de la vida.
Para Romero, una contradicción evidente es que la generalidad de los mecanismos que se establecen en este camino no tiene en cuenta el enfoque de familia o de género, pues casi siempre implican permisos y concesiones solo para las mujeres.
Según su criterio, se sigue pensando en el hombre proveedor, se fomentan mecanismos para aliviar las cargas de las mujeres, como potenciar círculos infantiles o casa de abuelos, por solo citar un ejemplo, pero no para que los roles domésticos y del cuidado se distribuyan de manera equitativa.
«Esto, si bien ha sido muy provechoso para ellas, en tanto les alivia de la sobrecarga de estas funciones, resulta para algunos casos en medidas de imposición forzosa de roles poco negociables con los hombres que les rodean», aseveró la experta.