La delegación palestina que negocia en Doha el acuerdo de «alto el fuego» en Gaza hizo un esfuerzo de última hora a principios de esta semana para presionar por la liberación de dos de los presos políticos más destacados retenidos por Israel: Marwan Barghouti, líder político popular que muchos creen que ganaría unas elecciones democráticas en Palestina, y Ahmad Sadat, secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina.
Tras el anuncio del acuerdo en Doha el miércoles, Israel y Estados Unidos describieron falsamente a Hamás como una amenaza para el acuerdo. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó el jueves a Hamás de intentar «extorsionar con concesiones de última hora», afirmando en un comunicado que «Hamás renegó de partes del acuerdo alcanzado con los mediadores». Sin embargo, fuentes próximas a las negociaciones sobre el alto el fuego en Gaza declararon a Drop Site que la parte palestina renovó su presión en favor de Barghouti y Sadat como consecuencia del intento de última hora de Israel de acelerar la liberación de un grupo de soldados israelíes varones retenidos en Gaza. Algunas fuentes palestinas sugirieron que el movimiento podría haber estado motivado por los esfuerzos de Netanyahu para convencer al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y al ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, de que apoyaran el acuerdo. Hamás e Israel habían acordado previamente la liberación de cinco mujeres soldados israelíes en la primera fase del acuerdo. No se sabe con exactitud cuántos soldados israelíes vivos permanecen cautivos en Gaza.
Israel también ha retrasado el acuerdo final al negarse a facilitar mapas con detalles técnicos, aunque fundamentales, sobre las rutas de retirada y el reposicionamiento de las fuerzas israelíes en tres zonas clave: la zona de seguridad dentro de la Franja de Gaza, el corredor Filadelfia, que discurre a lo largo de la frontera con Egipto, y el paso fronterizo de Rafah. Una fuente palestina implicada en las negociaciones dijo a Drop Site que, basándose en la experiencia pasada con Israel, los mapas eran vitales para limitar la capacidad de Israel de explotar cualquier imprecisión. Un alto cargo de Hamás declaró posteriormente a Drop Site que Israel facilitó posteriormente los mapas a los mediadores, despejando el camino para que el acuerdo final entrara en vigor el domingo.
Desde el comienzo de la guerra, Hamás ha afirmado que la liberación de Marwan Barghouti era una prioridad absoluta en cualquier acuerdo de intercambio. «Saben que los israelíes nunca permitirían [su liberación] en la primera fase», dijo a Drop Site una fuente palestina cercana a las negociaciones. Barghouti -miembro destacado de Fatah, el partido gobernante del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas- fue detenido en 2002 y condenado por un tribunal israelí a cinco cadenas perpetuas por cargos de asesinato atribuidos a las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa durante la segunda Intifada palestina. Algunos medios de comunicación han sugerido que Abbas y el gobierno de Estados Unidos se han opuesto a la liberación de Barghouti, a quien a menudo se ve como probable sucesor de Abbas si es liberado.
«Es una figura muy parecida a Nelson Mandela, pero hay una gran diferencia entre ambos. Y la gran diferencia es que el CNA se aseguraba en cada oportunidad de proponer el nombre de Nelson Mandela», dijo la abogada palestina de derechos humanos Dianna Buttu, que anteriormente trabajó como asesora del equipo negociador de la Organización para la Liberación de Palestina. «En nuestro caso, tenemos un presidente palestino, Mahmud Abbas, que se ha pasado los últimos 19 años en el cargo sin pronunciar realmente su nombre ni presionar por la libertad de Marwan. Y la razón por la que no lo hace es porque lo ve como un rival. Porque tiene la capacidad de ser un líder, de unir a la gente».
Los esfuerzos de reconciliación para resolver la larga rivalidad entre Al Fatah y Hamás han dado escasos resultados a lo largo de los años, frustrando los esfuerzos por lograr un liderazgo palestino unido que haga frente a Israel. La Autoridad Palestina, que recibe financiación de Estados Unidos para sus fuerzas de seguridad, ha sido ridiculizada durante mucho tiempo como subcontratista de la ocupación israelí [Véase artículo Mariam Barghouti].
«Se sabe que Marwan es partidario de un amplio frente nacional y de la cooperación con Hamás. Sin duda, creo que no se trata tanto de que sea un factor unificador como de que tenga el potencial de servir de punto de encuentro para derrocar a Abbas y provocar o ser un catalizador de un cambio real en Ramala», declaró a Drop Site Mouin Rabbani, exfuncionario de la ONU que trabajó como asesor especial sobre Israel-Palestina para el International Crisis Group. «Si se celebraran elecciones presidenciales, creo que ganaría sin duda alguna. Creo que la cárcel le ha hecho muy popular». Rabbani añadió: «Podría ser el tipo de figura unificadora de transición que el sistema político palestino necesita desesperadamente.»
Los negociadores de Hamás «no están conteniendo la respiración pensando que alguna vez conseguirán que [Barghouti y Sadat] sean liberados», dijo la fuente cercana al equipo negociador de Hamás. «Pero siempre insistirán en su libertad».
Los negociadores de Hamás respondieron al esfuerzo de Israel para acelerar la liberación de los soldados varones solicitando la libertad de otros 1.000 palestinos cautivos de Israel, incluidos Barghouti y Sadat. De este detalle se hizo eco el responsable del Club de Prisioneros Palestinos, Qadura Fares, en una entrevista en Al-Arabiya, donde destacó como novedad en las conversaciones que «Israel insistió en añadir otros nueve prisioneros israelíes», lo que motivó la contraoferta de Hamás. «El número que Hamás exige a cambio de prisioneros civiles es diferente del que exige cuando se trata de un soldado israelí», dijo Fares. «El objetivo, sin embargo, es liberar a todos los prisioneros y no sólo a los dirigentes».
Al final, los israelíes siguieron rechazando la inclusión de Barghouti y Sadat, que actualmente se encuentra en mitad de una condena de 30 años, en la lista de presos que debían ser liberados, como también ha informado el periódico Al-Araby Al-Jadeed, con sede en el Reino Unido. Israel vetó sus nombres incluso a cambio de adelantar la liberación de soldados israelíes, los cautivos más valiosos en poder de Hamás. Durante meses, funcionarios israelíes han declarado explícitamente que Barghouti no será liberado como parte de un acuerdo. Sin embargo, los negociadores palestinos han indicado que seguirán presionando para conseguir su liberación y la de otros presos políticos palestinos «de alto rango» cuando comiencen las negociaciones técnicas para una segunda fase del acuerdo. En el acuerdo de 2011 por el soldado israelí capturado Gilad Shalit, durante el cual fueron liberados el dirigente de Hamás Yahya Sinwar y más de 1.000 presos palestinos, el gobierno israelí también se negó a liberar a Barghouti y Sadaat. Los abogados de Barghouti han afirmado que ha sufrido repetidos malos tratos en prisión a lo largo del último año.
La postura de Israel respecto a los presos de alto perfil coincide con la orden emitida por el Shin Bet, según informa el medio israelí Walla, de que no se libere a ningún dirigente político, jefe de organización o militante que haya perpetrado atentados destacados. Según el informe, el Shin Bet quiere que Israel libere al menor número posible de prisioneros en edad militar y que, en su lugar, dé prioridad a la liberación de prisioneros con enfermedades graves o considerados demasiado viejos para luchar.
Palestinos con conocimiento directo de las conversaciones de alto el fuego dijeron que los negociadores de Hamás creen que pueden tener una oportunidad de conseguir la liberación de Nael Barghouti, de 67 años, el preso palestino más antiguo retenido por Israel. Ha pasado 44 años entre rejas. Encarcelado por primera vez en 1978 y condenado a cadena perpetua, Nael fue liberado en el acuerdo sobre Shalit de 2011. En 2014, las autoridades israelíes volvieron a detenerlo y le impusieron de nuevo la cadena perpetua. Las fuentes señalaron el texto del acuerdo de «alto el fuego» que estipula que el día 22, Israel liberará a todos los prisioneros que fueron detenidos de nuevo después de haber sido liberados como parte del acuerdo Shalit. A pesar de esta cláusula y de su cauto optimismo, los negociadores palestinos siguen preocupados por la posibilidad de que Israel se niegue finalmente a liberar a Nael. Según la Sociedad de Prisioneros Palestinos, en diciembre de 2023 fue brutalmente golpeado en prisión.
Según los términos del acuerdo, Hamás liberará a 33 cautivos durante la primera fase, entre ellos mujeres y niños, hombres mayores de 50 años y enfermos o heridos, a cambio de cientos de palestinos encarcelados por Israel. En el primer día oficial del alto el fuego, previsto para el domingo, Hamás liberará a tres rehenes, y a otros cuatro el séptimo día. Después, liberará a 26 más en liberaciones semanales durante las próximas cinco semanas. A cambio, Israel liberará a 50 presos palestinos, 30 de ellos condenados a cadena perpetua, por cada soldado liberada. Israel también liberará a 30 mujeres, niños o ancianos palestinos por cada rehén civil vivo liberado. Al final de la primera fase, Israel deberá liberar a todas las mujeres y niños palestinos detenidos desde el 7 de octubre de 2023.
El Servicio de Prisiones de Israel dijo en un comunicado el viernes que las autoridades israelíes, y no la Cruz Roja, transportarán a los presos palestinos liberados como parte del acuerdo para garantizar que «los terroristas no se desvíen de las estrictas directrices de seguridad y se abstengan de cualquier expresión de alegría dentro del territorio israelí».
Durante la semana de tregua en noviembre de 2023, Ben-Gvir dio instrucciones a la policía para que utilizara «mano dura» contra los intentos de los palestinos de celebrar la liberación de prisioneros. «Mis instrucciones son claras: no debe haber expresiones de alegría», dijo Ben-Gvir al Comisario de la Policía de Israel, Kobi Shabtai, y al Comisario del Servicio de Prisiones de Israel. «Las expresiones de alegría equivalen a respaldar el terrorismo; las celebraciones de victoria dan respaldo a esa escoria humana, a esos nazis». Las restricciones impuestas a los presos y sus familias incluían incluso la prohibición de repartir caramelos como parte de las celebraciones familiares. Se prohibió a los presos y a sus familias hablar con los medios de comunicación, celebrar reuniones comunitarias o exhibir cualquier forma de celebración. Cualquier infracción de las condiciones acarrearía una multa de 70.000 shekels (unos 20.000 dólares).
Mientras los palestinos de Gaza, Cisjordania y la Jerusalén Oriental ocupada esperan, desesperados, saber si sus seres queridos serán liberados como parte del acuerdo, los defensores de los derechos de los presos han acusado a Israel de crear un estado de confusión e incertidumbre. «No confiamos en los datos publicados por las autoridades de ocupación israelíes y su administración penitenciaria», declaró el viernes en un comunicado el portavoz oficial de la Autoridad de Prisioneros, Thaer Shreiteh, señalando a personas de la lista que ya habían sido liberadas. Diez de los cautivos que iban a ser liberados, dijo, ni siquiera tenían sus nombres en la lista, sólo sus fechas de nacimiento. «Esto es contra lo que hemos advertido en los últimos días, y renovamos nuestro llamamiento a nuestros hermanos egipcios y qataríes para que pongan fin a estas violaciones y no den a las autoridades de ocupación ningún espacio para practicar cualquier violación que cree confusión en la calle palestina y entre las familias de los prisioneros».
Cautivos palestinos
En diciembre de 2024, había más de 10.400 palestinos cautivos de Israel, entre ellos 320 niños y casi 90 mujeres, según el grupo palestino de defensa de los derechos de los presos Addameer. De ellos, casi 3.400 se encuentran en detención administrativa, lo que significa que están encarcelados sin cargos ni juicio por periodos de hasta 6 meses que pueden renovarse indefinidamente. Muchas otras personas encarceladas han sido acusadas de incitar a la violencia, una acusación que las autoridades israelíes utilizan para atacar «cualquier forma de solidaridad o resistencia», según Addameer. Esto incluye compartir o que te guste una publicación en las redes sociales. La propia Addameer ha sido objeto de ataques y en octubre de 2021 fue uno de los seis principales grupos palestinos de derechos humanos y de la sociedad civil designados «organizaciones terroristas» por las autoridades israelíes.
En total, entre 12.000 y 13.000 palestinos han sido detenidos en el transcurso de los últimos 15 meses. «Nunca habíamos tenido tantos presos detenidos al mismo tiempo en las cárceles de la ocupación», declaró a Drop Site Jenna Abu Hasna, responsable internacional de Addameer. «Casi todos los hogares de Palestina tienen un familiar detenido, o varios familiares detenidos por la ocupación, o conocen a alguien que está detenido por la ocupación, ya sea un vecino o un familiar de otro hogar».
Aún más asombroso es que estas cifras no incluyen el número de palestinos detenidos de Gaza. La información es difícil de verificar y las autoridades israelíes someten a los palestinos de Gaza a desaparición forzada y luego se niegan a hacer pública cualquier información sobre ellos. «Ha sido un proceso muy difícil obtener las cifras totales de cuántos detenidos hay de Gaza», afirmó Abu Hasna.
En respuesta a una demanda judicial presentada por varias organizaciones de derechos humanos, las autoridades israelíes admitieron recientemente haber detenido a más de 3.400 palestinos de Gaza hasta el 17 de diciembre, unos 1.500 de ellos recluidos en cuatro campos militares, algunos de los cuales se establecieron tras el inicio del asalto israelí a Gaza en octubre de 2023, como el de Sde Taiman, mientras que el resto están dispersos por otras prisiones. «No tenemos forma de confirmar estas cifras, por lo que no sabemos si es o no el número real de detenidos de Gaza que están recluidos», afirmó Abu Hasna.
Según numerosos informes de grupos de derechos humanos y medios de comunicación, los abusos y maltratos a palestinos detenidos por las autoridades israelíes, especialmente a palestinos de Gaza recluidos en campos militares, son generalizados: tortura sistemática, malos tratos, abusos sexuales, negligencia médica deliberada, alimentación insuficiente que provoca pérdida de peso y desnutrición graves, falta de higiene y denegación del derecho de visita. Al menos 55 presos han muerto durante su detención desde octubre de 2023, según Addameer.
«La tortura sigue muy presente», afirmó Abu Hasna. «Los detenidos son sometidos a brutales palizas varias veces al día, se les aplica una política de inanición, negligencia médica y propagación de enfermedades dentro de las prisiones».
«Los detenidos, si son liberados por la ocupación, salen en condiciones sanitarias muy difíciles».
(Jawa Al-Muzaiel ha colaborado en la investigación para elaborar este artículo).
Jeremy Scahill es periodista de Drop Site News y fue cofundador de The Intercept. Es reportero de investigación, corresponsal de guerra y autor de «Dirty Wars: The World Is a Battlefield» y «Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army”. Ha informado desde Afganistán, Iraq, Somalia, Yemen, Nigeria, la antigua Yugoslavia y otros lugares del mundo.
Sharif Abdel Kouddous es un periodista independiente de prensa y televisión que reside entre Nueva York y El Cairo. Ha informado desde todo el mundo árabe, incluidos Egipto, Palestina, Siria, Libia, Yemen, Iraq, Bahréin y Argelia, así como desde todo Estados Unidos y otros espacios internacionales. Ha recibido un premio George Polk por su investigación sobre el asesinato de la periodista palestina Shirin Abu Akleh, un premio Emmy por su cobertura de la prohibición de viajar a musulmanes por parte de la administración Trump y un premio Izzy por su cobertura de la revolución egipcia de 2011.
Texto original Drop Site News, traducido del inglés por Sinfo Fernández.