Más de 13.600 especialistas de todo el mundo participaron en la Semana de la Ciencia sobre agroalimentación, que acogió la capital de Kenia.
«La gente (en el mundo agropecuario) tiene sed de esperanza y eso es lo que aporta la ciencia», dijo Ismahane Elouafi, directora ejecutiva del Consorcio de Centros Internacionales de Investigación Agrícola (CGIAR, en inglés), organizador del primer encuentro de su tipo.
A través de un mensaje de vídeo, Amina J. Mohammed, vicesecretaria general de las Naciones Unidas y presidenta del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, subrayó que la conferencia científica se ha celebrado solo unos meses antes de la segunda Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios, que se celebrará en Addis Abeba, la capital de Etiopía.
«Tendremos la oportunidad de reflexionar sobre los progresos que hemos realizado y, lo que es más importante, trazar el camino a seguir. El progreso en los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) requiere acelerar la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles», analizó Mohammed.
Observó que las asociaciones son esenciales para acelerar el progreso, reuniendo diversos conocimientos especializados para impulsar soluciones basadas en la ciencia.
En ese sentido, Mohammed destacó que, al alinear la investigación con las políticas y la acción, y al trabajar con socios como el CGIAR y el panel de expertos de alto nivel del Comité sobre el Papel de la Seguridad Alimentaria, «estamos construyendo sistemas alimentarios resilientes, sostenibles e inclusivos, que garantizan un impacto duradero frente al cambio climático y el hambre en el mundo».
Sin embargo, añadió, también debe haber conciencia sobre los desafíos a los que se enfrenta el sector agroalimentario, como las tensiones geopolíticas, los efectos del cambio climático, la incertidumbre económica y la urgente necesidad de una arquitectura financiera internacional reformada que respalde estos esfuerzos.
Reflexionando sobre los cinco días de debate durante la última plenaria, Eliud Kiplimo Kireger, director general de la Organización de Investigación Agrícola y Ganadera de Kenia (Kalro, en inglés), coanfitrión de la conferencia, dijo durante su clausura, que Semana proporcionó una plataforma fundamental para el diálogo, la colaboración y la innovación.
Ello porque las voces de tomadores de decisiones de todo el mundo, investigadores y miembros de centros de innovación agropecuaria permitió abordar los acuciantes desafíos de la seguridad alimentaria.
Los debates, añadió, subrayaron el papel de la ciencia, la tecnología y las asociaciones en la transformación de los sistemas alimentarios para un futuro más sostenible y equitativo.
Destacó que en el Complejo de las Naciones Unidas de Nairobi, que acogió la Semana, se congregó de manera única a las partes interesadas en la agricultura, el clima y la salud para reflexionar sobre los desafíos interconectados que amenazan la seguridad alimentaria y la sostenibilidad.
«Al integrar estos ámbitos, hemos ido más allá de los enfoques cíclicos para llegar a soluciones sistémicas», dijo Kireger.
Destacó además que la Semana de la Ciencia mostró herramientas transformadoras, desde la toma de decisiones arquitectónicas impulsadas por la inteligencia artificial en el sector agroalimentario, hasta tecnologías innovadoras climáticamente inteligentes.
Se trata de innovaciones que proporcionan caminos viables hacia la resiliencia ante el conjunto de desafíos que afrontan los productores de alimentos en el mundo, aseguró.
El siguiente pasó, aseguró Kireger, es priorizar las adaptaciones localizadas de tecnologías probadas, en particular para los pequeños agricultores, los más vulnerables a impactos como los climáticos.
Juergen Voegele, vicepresidente del Banco Mundial y presidente del Consejo del Sistema del CGIAR, dijo a los participantes que, a medida que las poblaciones continúan creciendo, la necesidad de instrumentos como este consorcio de instituciones científicas enfocadas en la agricultura es «más fuerte que nunca».
Entre las razones de ello enumeró a los fenómenos meteorológicos cada vez más severos, que hacen que la producción de alimentos sea cada vez más arriesgada.
Otro factor es el crecimiento de los conflictos en todo el mundo, y en especial en el Sur global, hace que cada vez más personas sufran inseguridad alimentaria.
Y también «se suman los cambios en las políticas comerciales, como hemos visto en los últimos días, afectarán a cientos de millones de personas», dijoVoegele.
«Al mismo tiempo, vemos una disminución del gasto público para las necesidades de los países pobres en general», citó.
A su juicio, «eso también significa que la competencia por los escasos fondos para investigación es ahora mucho más feroz. Para nosotros, como sistema CGIAR, es cada vez más importante tener un discurso convincente».
Voegele dijo que la inversión en investigación agrícola tiene el mayor rendimiento por dólar y es una parte clave de la solución al cambio climático, la migración y los conflictos.
El vicepresidente del Banco Mundial subrayó que «necesitamos contar una historia sobre cuántas vidas salvan las variedades de trigo resistentes a la sequía o el arroz tolerante a las inundaciones o los cultivos ricos en nutrientes».
«Lo que importa y será más convincente en los países con menos capital es el impacto y la escala», acotó.
También consideró que los centros de invesgigación agrícola «debemos hacernos algunas preguntas fundamentales. Para empezar, ¿sigue siendo nuestro nuevo portafolio de investigación 100 % relevante o necesitamos priorizar aún más el impacto?»
Rachel Chikwamba, directora ejecutiva del Grupo de Química Avanzada y Ciencias de la Vida del Consejo de Investigación Científica e Industrial (Csir, en inglés), afirmó que el CGIAR está en una posición única para servir y complementar las iniciativas en curso a través de su extensa red de asociaciones.
También tiene un papel esencial en el fomento de los esfuerzos de colaboración para abordar estos desafíos globales aparentemente intratables.
«Lo han hecho durante los últimos 50 años en un entorno cambiante, y continúan haciéndolo con mucho orgullo, como hemos presenciado esta semana semana», afirmó.
Se mostró esperanzada de que los jóvenes que participaron en el encuentro se hayan convencido d ela importancia de emprender carreras en ciencia y tecnología y, en particular «que emprendan carreras en agricultura».
«Habéis visto lo que es posible, habéis visto el papel de la tecnología en ello, y habéis visto su potencial para transformar no solo nuestras vidas, sino también la forma en que involucramos a los jóvenes y cómo los jóvenes pueden hacerse cargo de nuestro destino común», les exhortó Chikwamba.
Añadió que, por muy complejos que sean los problemas de los sistemas agroalimentarios, «el mundo debe escuchar lo que dicen los científicos, y ellos dicen que las soluciones están en la ciencia, la innovación, la inclusión y las asociaciones, y que nadie debe quedarse atrás».
El CGIAR trabaja con más de 3.000 socios en casi 90 países de todo el mundo para avanzar en la transformación de los sistemas alimentarios, de tierras y de agua en una crisis climática. Los directores generales regionales de estos socios apoyaron los llamamientos urgentes a la innovación, la colaboración y la asociación.
Entre los centros de investigación de la organización se encuentran el Instituto Internacional de Investigación Ganadera, el Instituto Internacional de Agricultura Tropical, el Instituto Internacional de Investigación de Cultivos para las Zonas Tropicales Semiáridas, el Centro Internacional de la Papa o el Instituto Internacional de Gestión del Agua.
En sus comentarios finales, el secretario principal del Departamento de Agricultura de Kenia, Paul Kiprono Ronoh, hizo un apasionado llamamiento a los jóvenes para que defiendan su situación y su participación en la resolución de los retos de los sistemas agroalimentarios.
Hizo hincapié en que los tiempos en los que las decisiones se tomaban en nombre de los agricultores ya han quedado atrás y que los agricultores deben estar en la mesa y en el centro del desarrollo y la aplicación de soluciones innovadoras.
«Una crisis combinada como esta es una oportunidad para encontrar mejores soluciones», dijo. «Juntos podemos transformar los sistemas científicos a través de la ciencia», añadió.
Y concluyó: «Salgamos de aquí inspirados, pero también resueltos en nuestro compromiso de utilizar la ciencia, creando así un futuro sostenible para las generaciones venideras. Kenia sigue comprometida con ser líder en la transformación agrícola y espera trabajar con todos ustedes».
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
T: MF / ED: EG