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Una nueva forma de ocupación

Los palestinos de Gaza rechazan el plan estadounidense-israelí de distribución de alimentos

Fuentes: Voces de Mundo

Un nuevo plan estadounidense-israelí (expuesto a continuación de este artículo) para distribuir suministros en Gaza ha desatado la ira y la desconfianza entre los palestinos, que afirman que no se trata de una iniciativa de ayuda, sino de una nueva forma de ocupación.

Presentada el viernes de la semana pasada por el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, la iniciativa propone la creación de cuatro centros de distribución de alimentos fuertemente vigilados en Gaza, con el objetivo de llegar a aproximadamente 1,3 millones de personas, casi el 60% de la población del enclave.

Israel ha cortado toda la ayuda a Gaza durante los dos últimos meses, dejando al territorio devastado al borde de la hambruna.

Según Huckabee, estos centros estarían gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza, una entidad privada de reciente creación, con contratistas privados estadounidenses que se encargarían de la seguridad, mientras que las fuerzas israelíes vigilarían el perímetro.

«El plan se enmarca como un medio de garantizar que la ayuda llegue a los civiles y eluda a Hamás, que gobierna Gaza», afirmó.

Sin embargo, el plan también pasa por alto a la UNRWA, la agencia de la ONU que lleva décadas proporcionando un salvavidas a millones de personas en Gazas.

Para muchos gazatíes, el plan representa un capítulo más del sufrimiento provocado por el castigo colectivo al que les somete Israel.

«Culpan a Hamás, pero nos castigan a todos», afirmó Mariam Jamis, de 58 años, de Yabalia, que perdió a cuatro nietos en un ataque aéreo israelí a principios de año.

«Bombardearon nuestros campos, cerraron nuestras fronteras, y ahora quieren alimentarnos de su mano, bajo vigilancia, con condiciones. Esto no es ayuda. Es una humillación», añadió.

Muchos palestinos de Gaza ven la iniciativa como una forma de control, que impone el dominio extranjero sobre sus vidas bajo la apariencia de ayuda humanitaria.

«No es ayuda. Es control disfrazado de compasión», declaró a The New Arab Huda Barakat, una mujer desplazada de 39 años de la ciudad de Gaza.

Barakat, que ahora vive en una tienda de campaña en la plaza Al-Jundi, en el centro de la ciudad de Gaza, recordó que antes de la guerra trabajaba con niños para ayudarles a superar sus traumas.

«Antes tenía dignidad. Trabajaba con familias, tenía un papel en la sociedad. Ahora, estoy mendigando comida mientras mis hijos se mueren de hambre», dijo.

Barakat hizo hincapié en el coste psicológico del plan de ayuda propuesto. «Hablan de comida, pero lo que realmente distribuyen es humillación. Tenemos que hacer cola bajo sus drones, vigilados por soldados extranjeros, recibiendo caridad como si fuéramos menos que humanos. Esto no es ayuda, es control», añadió.

“Esto no va de ayudar a la gente”

Otros habitantes de Gaza se hicieron eco de las palabras de Barakat. Tareq Abu Rashed, expropietario de una tienda de comestibles de 45 años que ahora vive con su esposa y sus seis hijos en una escuela gestionada por la ONU en Jan Younis, calificó también la iniciativa de humillante.

«Han decidido entregar nuestras necesidades humanas más básicas [alimentos y agua] a una empresa privada, guardias extranjeros y soldados que ya bombardearon nuestras casas. No se trata de ayudar a la gente; se trata tenernos controlados», dijo a TNA.

Abu Rashed, que antes regentaba una pequeña tienda en la ciudad de Gaza, reflexionó sobre el drástico cambio que ha sufrido su vida desde que empezó la guerra. «Antes elegía lo que vendía, interactuaba con los clientes y cuidaba de mi familia con orgullo. Ahora me dicen dónde tengo que ponerme. Esto no es ayuda; es una exhibición de poder», afirmó.

La iniciativa, argumenta Huckabee, está diseñada para garantizar que la ayuda llegue a la población civil sin pasar por Hamás. La ayuda sólo se distribuirá una vez a la semana y las cantidades se controlarán estrictamente, lo que ha dado lugar a acusaciones de que sólo es suficiente para evitar que la gente muera de hambre.

«Nos borran como actores políticos y convierten el hambre en una herramienta de control», afirmó. «Este plan nos reduce a una población pasiva, alimentada, vigilada y silenciada».

Mahmud Dib, voluntario comunitario de 26 años de Deir al-Balah, dijo que el plan tenía que ver con las relaciones públicas.

«Bombardean nuestras panaderías, bloquean los convoyes, cortan la financiación a la UNRWA y luego dicen: ‘Mira, les estamos alimentando’. Es un truco de relaciones públicas construido sobre los huesos de gente hambrienta», dijo Dib.

Él ha formado parte de los esfuerzos de base para proporcionar ayuda bajo el fuego, coordinándose con las redes locales para ayudar a las familias a sobrevivir.

«En lugar de ayudarnos, prefieren introducir a forasteros armados. No reconocen que los palestinos pueden salvarse a sí mismos», explicó.

El plan también ha suscitado duras críticas por dejar de lado tanto a la Autoridad Palestina (AP) como a las ONG locales, así como a la UNRWA.

Los críticos advierten de que la iniciativa podría imponer en Gaza un sistema a largo plazo de dependencia gestionada desde el exterior, despojando aún más a los palestinos de sus derechos políticos y su soberanía institucional, reduciéndolos a receptores pasivos de ayuda y cimentando el control extranjero.

Rawhi Fatuh, jefe del Consejo Nacional Palestino, condenó el plan, calificándolo de «peligroso proyecto racista» diseñado para aislar a los palestinos en enclaves al estilo del apartheid.

«Esto no tiene nada que ver con la labor humanitaria. Su objetivo es humillar a los gazatíes y empujarlos al desplazamiento forzoso, al tiempo que se desmantela la causa palestina», declaró Fatuh en un comunicado de prensa.

Advirtió que la iniciativa forma parte de un esfuerzo más amplio para socavar el papel de la UNRWA.

Fatuh hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que rechace el plan, calificándolo de violación del derecho internacional humanitario e instando al mundo a que se oponga al actual bloqueo y castigo colectivo de Israel contra la población de Gaza.

Los dirigentes de Hamás también han rechazado el plan. Basem Naim, un alto cargo del grupo, lo comparó con la militarización de la ayuda humanitaria por parte de Israel.

«Este plan no dista mucho de la visión israelí de convertir la ayuda en una herramienta de control», declaró Naim en un comunicado de prensa.

Señaló iniciativas anteriores respaldadas por Estados Unidos, como el proyecto del muelle flotante, que fracasó debido a sus motivaciones políticas.

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El plan estadounidense: ¿Quiénes son los contratistas dispuestos a implementarlo:

Dos empresas han sido identificadas como posibles socios en un controvertido plan de Estados Unidos para distribuir alimentos en la Franja de Gaza, pasando por alto a la UNRWA y otras agencias de la ONU, según ha informado Al-Araby Al-Jadeed, el sitio hermano de The New Arab.

Se han identificado como Safe Reach Solutions y UG Solutions.

A mediados de enero, los medios de comunicación estadounidenses mencionaron a Safe Reach Solutions como posible socio del plan, y se le ha encomendado la tarea de asegurar los puestos de control e inspeccionar los vehículos que se dirijan al norte de Gaza, en cooperación con la empresa de seguridad estadounidense UG Solutions.

Los suministros que se distribuyan desde estas zonas serán controlados por las fuerzas israelíes y los contratistas, mientras que los medios de comunicación israelíes informaron anteriormente de que la ayuda sólo se entregará una vez a la semana, lo que alimenta serios temores de que los palestinos sólo reciban alimentos suficientes para no morir de hambre.

El ejército israelí declaró recientemente a los medios hebreos que «un representante de cada familia de Gaza recibirá exactamente la cantidad que sea suficiente para que su familia evite una situación de inanición».

Israel no proporcionará suministros

El embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, anunció el viernes que Israel no participará en la distribución de ayuda en Gaza, y que se limitará a proporcionar seguridad en un plan que comenzará en breve.

Huckabee dijo que algunos «socios» ya han acordado formar parte del plan, pero que aún no quieren revelar sus identidades. También dijo que en los próximos días se revelarán más detalles.

La portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Tammy Bruce, se dirigió a los periodistas para hablar del asunto: «Aunque no tenemos nada específico que anunciar hoy, y no hablaré en nombre de la institución que llevará a cabo esta labor, acogemos con satisfacción las iniciativas encaminadas a hacer llegar rápidamente ayuda alimentaria urgente a Gaza».

El plan, rechazado tajantemente por la ONU, contemplaría la distribución de ayuda humanitaria limitada por parte de empresas privadas en «centros de distribución» y «zonas estériles» establecidos por las fuerzas israelíes en el sur de Gaza, tras más de dos meses de asedio total a la Franja de Gaza que ha llevado al territorio al borde de la hambruna.

Aunque la ONU ha arremetido contra la idea, afirmando que violaría los principios humanitarios y obligaría a civiles vulnerables a entrar en zonas militares para recoger raciones, poniéndolos en peligro, Israel ha seguido exigiendo la ayuda de las dos empresas estadounidenses.

Safe Reach Solutions

Justo después de que el presidente estadounidense Donald Trump ganara las elecciones estadounidenses en noviembre del año pasado, en medio de las negociaciones de alto el fuego entre Israel y Hamás, el exjefe del Centro de Actividades Especiales (CSA, por sus siglas en inglés) de la CIA Philip Raleigh, fundó Safe Reach Solutions en Wyoming.

Un seguimiento de las actividades de las empresas realizado por Al-Araby Al-Jadeed reveló en enero de 2025 que personal armado de un contratista de seguridad estadounidense se hizo cargo de la gestión de los puestos de control en los que Israel se retiraba de Gaza, registrando los vehículos que se dirigían al norte de la Franja.

El contratista de seguridad fue identificado posteriormente como UG Solutions, que trabajó con Safe Reach Solutions en la planificación y la logística.

Juntas, las dos empresas contrataron a más de 100 exmilitares estadounidenses, y las armas que potencialmente se esperaba que llevaran son rifles de asalto, pistolas Glock y cuchillos.

En un memorando de UG Solutions, se reveló que el salario diario estimado para cada uno de los militares estadounidenses que trabajaban para las dos empresas era de 1.100 dólares para los operadores y de 1.250 dólares para los paramédicos, con un anticipo de 10.000 dólares a los cinco días de llegar a Gaza.

Un memorando filtrado en el que se detallaba la misión revelaba además que los miembros del equipo debían ser capaces de defenderse por sí mismos y que habría unas reglas de enfrentamiento escritas que recibirían a su llegada.

Se inicia el proceso de contratación

Esta semana han aparecido en el sitio web de UG Solutions ofertas de empleo para oficiales de coordinación y oficiales de enlace humanitario en Oriente Próximo.

La descripción del puesto establece que los solicitantes deben hablar y escribir árabe con fluidez o tener amplia experiencia sobre el terreno en Oriente Medio.

La empresa también exige que los solicitantes tengan al menos siete años de experiencia de trabajo con organizaciones humanitarias, ONG o agencias de la ONU en puestos ejecutivos, además de experiencia de trabajo en el extranjero, preferiblemente en Oriente Medio.

Las ofertas de empleo exigen que los solicitantes sean ciudadanos estadounidenses e indican que deben ser capaces de «desenvolverse en contextos delicados». En la página de LinkedIn de la oferta de empleo se indica que más de 100 personas se han presentado hasta ahora al puesto.

En la página de LinkedIn de Safe Reach Solutions figura como uno de los principales empleados de la empresa Joe L’Etoile, que se incorporó en enero de este año, el mismo momento en que se acordó el alto el fuego entre Israel y Gaza.

Antes de eso, trabajó para el Departamento de Defensa de Estados Unidos de 2017 a 2020 como director del Equipo Profesional de la Fuerza de Tarea de Eficacia de Combate Cercano.

Soluciones UG

Con sede en Carolina del Norte, UG Solutions fue fundada por Jameson Govoni, un soldado retirado de las Fuerzas Especiales estadounidenses que dijo a ABC News que ayudó a crear un programa de vigilancia de las Fuerzas Especiales, destinado a entrenar a soldados de operaciones especiales para llevar a cabo la vigilancia y encontrar células terroristas difíciles de encontrar en todo el mundo.

En la lista del sitio web se afirma que «proporcionan soluciones globales y operan en entornos comerciales y de alto riesgo» y se afirma que uno de sus programas actuales es «proporcionar ayuda humanitaria en entornos de alto riesgo [y] proteger a los empresarios y sus activos en todo el mundo».

Otras empresas implicadas en el plan

Una nueva fundación de ayuda que, según se informa, también está a punto de llegar a un acuerdo con Israel para el plan es la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés).

«Estos sitios proporcionarán alimentos, agua y kits de higiene (y potencialmente alimentos) con planes para llegar a más de 2 millones de personas en toda Gaza», decía una nota de la organización.

Según Axios, el exdirector del Programa Mundial de Alimentos David Beasely, que figura en el memorando como miembro del consejo asesor -que se está ultimando-, está negociando la reintroducción de la ayuda, suspendida desde hace más de dos meses por Israel.

Según Axios, Estados Unidos e Israel están presionando para obtener la cooperación de la ONU y para que los países ayuden a financiar el grupo.

Además de enviar ayuda al enclave, el plan de la GHF prevé el uso de contratistas privados para garantizar su seguridad: «La seguridad in situ y del perímetro correrá a cargo de profesionales experimentados, incluido el personal que anteriormente aseguró el corredor de Netzarim durante un reciente alto el fuego».

La GHF también colaboraría con la ONU y otras agencias de ayuda en la distribución de ayuda sobre el terreno, ayudaría a formar a la población local para que se hiciera cargo de las operaciones de ayuda en otras zonas del enclave, y podría ampliar los servicios para incluir «alojamiento seguro, duchas, baños y espacios operativos para las ONG».

La GHF afirma que cuenta con «supervisión de terceros en todos los niveles», incluidas aseguradoras, bufetes de abogados y bancos, con el fin de apuntalar la confianza en la organización.

Además de privar a Gaza de ayuda, Israel también ha ilegalizado las operaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), el principal proveedor de ayuda humanitaria en el territorio palestino.

La UNRWA no solo proporciona ayuda al enclave, sino también funciones administrativas clave, como la escolarización de los niños de Gaza, que constituyen la mitad de la población.

Sally Ibrahim es corresponsal de The New Arab en Gaza.

Texto original: The New Arab, traducido del inglés por Sinfo Fernández.

Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2025/05/12/una-nueva-forma-de-ocupacion-los-palestinos-de-gaza-rechazan-el-plan-estadounidense-israeli-de-distribucion-de-alimentos/