El experto Jorge Morales de Labra señala que lo más urgente es aprobar cambios normativos que permitan a las renovables controlar la tensión del sistema y mejorar la supervisión de las centrales tradicionales que no están cumpliendo su papel como estabilizadoras del sistema.
50 días y 2 informes después, muchas de las incógnitas que han rodeado el apagón eléctrico en la península Ibérica del pasado 28 de abril han empezado a aclararse. Otras dudas, sin embargo, siguen todavía sobre la mesa. Lo que parece seguro es que estamos ante un fallo de gestión del sistema y ante un posible incumplimiento normativo de determinadas centrales que no respondieron como debían para controlar los problemas que acabaron causando el apagón.
También parece claro, tal como se desprende de los informes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y de Red Eléctrica Española (REE), que el cero eléctrico peninsular no fue culpa de las renovables, ni de las nucleares ni de cualquier otra tecnología de generación, sino un problema sistémico que probablemente arrastramos desde hace mucho tiempo. Y también queda clara la falta de transparencia: ninguno de los dos documentos publicados recoge nombres de centrales ni de empresas eléctricas, el de REE opta por dar nombres genéricos y el del ministerio, por los tachones.
Día 0 del apagón: ¿y si todo empezó mucho antes?
La luz se fue en toda la península a las 12:33 horas del lunes 28 de abril, pero los problemas que acabaron causando el apagón empezaron antes. Los dos informes señalan que, el día anterior, Red Eléctrica había programado la actividad de 10 centrales síncronas con capacidad para regular la tensión en la red. Son centrales que pueden actuar como freno ante subidas de tensión y que, de hecho, reciben una compensación por cumplir ese papel. Finalmente, solo 9 estuvieron disponibles.
“Estamos hablando de pagos anuales de unos 600 millones de euros. Y esas centrales, cuando llegó el momento, no cumplieron”, explica Jorge Morales de Labra, director de la empresa Próxima Energía y divulgador en cuestiones energéticas. “Para mí eso es lo más relevante del informe: Red Eléctrica ve que va a necesitar unos recursos, asigna una serie de centrales para que los aporten y estas no cumplen a pesar de cobrar por ello. Es muy grave. Es cierto que el apagón deriva de una situación de vulnerabilidad del sistema, pero REE ha dicho claramente que, si las centrales con capacidad para regular la tensión hubieran cumplido, no habríamos llegado al colapso”.
No hay razones aparentes, ni siquiera económicas, para que esas 9 centrales que debían actuar de freno ante la subida de tensión del sistema no actuaran. Para Morales, estas centrales estaban incumpliendo la normativa a nivel técnico y no tenían la capacidad de control necesaria. “La pregunta es desde hace cuánto tiempo estaban incumpliéndola”, añade el experto. “Es una cuestión de diseño estructural de la planta y no es un tema que se pueda cambiar fácilmente. Creo que el apagón lo que nos está diciendo es que aquí no hay control del control de tensión y, por tanto, que esto lleva siendo así desde hace mucho tiempo”.
Día del apagón: ¿qué pasó para desencadenar el cero eléctrico?
A las 12:03 horas se registró una oscilación de frecuencia atípica durante casi cinco minutos que provocó grandes fluctuaciones de tensión. Esta tuvo lugar en una planta fotovoltaica de gran potencia (al menos 350 megavatios) situada en Badajoz. La única que cumple esos requisitos es la de Núñez de Balboa, operada por Iberdrola, aunque los informes no lo confirman. Las causas internas que provocaron esa oscilación todavía se desconocen. “Está claro que aquí no va a haber intencionalidad por parte del operador. En todo caso, podría haber habido una negligencia, pero no lo sabremos hasta que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia abra el expediente correspondiente”, apunta Jorge Morales.
Después, a las 12:16 y a las 12:19, se produjeron otras dos oscilaciones en otros puntos. En los tres casos, se aplicaron una serie de medidas técnicas establecidas en el protocolo de Red Eléctrica para amortiguar los efectos de estas oscilaciones. Estas correcciones dejaron al sistema en una situación más vulnerable, es decir, lo dejaron sin margen para responder a una subida de tensión. Y esto fue lo que pasó justo a continuación. A las 12:32, la tensión empezó a subir de forma rápida y sostenida y se registraron varias desconexiones de instalaciones de generación en Granada, Badajoz, Segovia, Huelva, Sevilla y Cáceres.
“No sabemos exactamente qué produjo esa subida de tensión, fue una suma de factores y de circunstancias que se dio en un momento en el que el sistema estaba más vulnerable”, explica el experto. “Como no hay margen para controlar la situación, se produce el colapso del sistema. Y aquí volvemos a lo de antes: había 9 centrales síncronas que tenían que responder para controlar la tensión y no lo hicieron. El informe incluso dice que una de ellas no solo no lo hizo, sino que además estaba generando energía reactiva, es decir, estaba agravando el problema”.
¿Cómo evitamos que vuelva a desconectarse el sistema eléctrico?
Los informes del Ministerio y de Red Eléctrica proponen también soluciones para que nada de lo ocurrido vuelva a repetirse, aunque con algunas diferencias. Mientras el del Gobierno apunta al refuerzo del control y la supervisión del sistema, algo que corresponde a Red Eléctrica, el documento de REE no reconoce fallos por su parte. Ambos coinciden, eso sí, en la necesidad de reforzar las capacidades técnicas para el control de tensión y la protección frente a oscilaciones, incluyendo la implementación del llamado procedimiento operativo PO 7.4 que permitirá a las plantas renovables utilizar electrónica de potencia.
“Todas las plantas de generación instaladas a partir de 2020 en España, que son básicamente fotovoltaicas, tienen la posibilidad de controlar la tensión de forma electrónica y de forma mucho más eficiente que las plantas convencionales. No lo hacen porque la normativa no está actualizada”, explica Jorge Morales. Para el experto, esta debería ser una de las prioridades a corto plazo para reducir las vulnerabilidades del sistema, junto a un mayor control sobre las centrales que dicen estar aportando tensión cuando en realidad no lo están haciendo.
“Está bien conocer qué pasó en los puntos donde se generaron las oscilaciones, pero lo más importante es que el sistema debe estar preparado para resolver cualquier incidente. Las plantas pueden fallar. Lo realmente grave es que haya un servicio de control de tensión, retribuido con mucho dinero por parte de los consumidores, que no se esté prestando. Es un servicio con el que Red Eléctrica cuenta y que en realidad no existe. Esto para mí es el gran resumen del apagón”, concluye Morales de Labra.
El resto de soluciones propuestas, como el aumento de la interconexión del sistema ibérico, la mejora de la capacidad de almacenamiento o las actualizaciones de la red eléctrica, también ayudarán a reforzar el sistema, aunque son actuaciones a medio y largo plazo. “A corto plazo, lo más inmediato es que haya cambios en la regulación y más control”, subraya el experto.
Fuente: https://climatica.coop/ni-renovables-ni-nucleares-causas-reales-apagon/?tztc=1