Los jueces del tribunal que juzga por corrupción al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, suspendieron ayer su declaración ante la corte tras una vista a puerta cerrada con los servicios de inteligencia, y después de que Donald Trump lo volviera a solicitar en redes sociales.
Misión: salvar a Benjamin Netanyahu. El primer ministro israelí ha logrado esquivar, por ahora, su declaración ante el juez que lo investiga por corrupción, después de que el Tribunal del Distrito de Jerusalén accediera ayer a anular su testimonio previsto para esta semana. La decisión fue tomada tras una vista cerrada con Netanyahu y los responsables de la inteligencia militar del Ejército y el Mossad, alegando «motivos de seguridad». A todo esto se sumó un contundente mensaje de Donald Trump en redes sociales, donde exigió: «¡Suelten a Bibi, tiene una gran tarea que hacer!».
El primer ministro solicitó la suspensión la semana pasada, pero fue rechazada por el tribunal con el apoyo de la Fiscalía General, que consideró que la petición carecía de justificación. Tras la decisión que le libra de declarar, el tribunal indicó que era demasiado pronto para determinar si también debía cancelarse el testimonio de la semana siguiente.
Netanyahu es el primer primer ministro en funciones en ser acusado penalmente y está imputado –desde 2020 aunque su declaración no comenzó hasta el año pasado–, por tres cargos penales: soborno, fraude y abuso de confianza, en tres causas penales distintas. El tema central de los tres casos es el supuesto intercambio de favores entre el primer ministro y magnates dueños de importantes medios de comunicación de Israel.
Si Netanyahu es declarado culpable con una condena firme, debería dimitir; sin embargo, mientras dure el juicio puede mantenerse en el poder. Además, es poco probable que el proceso judicial, incluyendo posibles apelaciones, concluya antes de 2028 o 2029.
En este aspecto, según informes del diario “The Times of Israel”, Netanyahu y sus aliados estarían dispuestos a presionar para cancelar el juicio, escudándose en lo que denominan guerra contra Hamas pero que gran parte del mundo condena como un genocidio en Gaza.
Es precisamente lo que busca Trump, que el juicio contra Netanyahu sea cancelado o que se le conceda un indulto. Ayer, calificó al primer ministro israelí de «héroe de guerra» y destacó su trabajo conjunto con EEUU para «frenar la amenaza nuclear iraní». Además, afirmó que Netanyahu es víctima de una «caza de brujas» sin fundamento y, el sábado, elevó el tono al amenazar con revisar los 3.800 millones de dólares en ayuda militar anual a Israel si no se desestiman los cargos.
Sin avances pese a las promesas de Trump
Netanayahu «está negociando un acuerdo con Hamás», publicó Trump casi 24 horas después de afirmar que un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes en Gaza podría lograrse en una semana; algo que algo que oficiales israelíes bajo anonimato negaron poco después.
Trump ve el fin de la campaña contra Irán como una oportunidad para remodelar la región y presiona a Israel y Hamas para que alcancen un acuerdo. Sin embargo, un alto cargo de la milicia palestina acusó ayer, según Efe, a Netaynahu de crear «condiciones imposibles» a fin de evitar cualquier acuerdo. «Netanyahu no quiere un acuerdo», añadió.