La manifestación que tuvo lugar en Madrid a favor del genocidio que Israel comete en Gaza ha sido secundada por defensores del sionismo en España como Pilar Rahola, o Daniel Múgica. Estas personas no son semitas, pero sí lo son los habitantes de Gaza, contra quienes Israel comete crímenes de lesa humanidad, según Miguel D’escoto […]
La manifestación que tuvo lugar en Madrid a favor del genocidio que Israel comete en Gaza ha sido secundada por defensores del sionismo en España como Pilar Rahola, o Daniel Múgica. Estas personas no son semitas, pero sí lo son los habitantes de Gaza, contra quienes Israel comete crímenes de lesa humanidad, según Miguel D’escoto -que tiene los informes enviados por la UNRWA-, e incluso Ban Ki Moon, reconoce que la situación es única, por ser la zona más hacinada del planeta, por recibir más bombas de las que nunca una población totalmente encarcelada haya recibido, y sin posibilidad de recibir ayuda humanitaria.
Los cohetes de Hamas no atacan oficinas de la ONU, ni ambulancias, ni matan a personas (sólo una y habría que abrir una investigación). Poner en el mismo lugar a víctimas y a verdugos es un acto de cinismo que muestra el apoyo de algunas personas a que se cometa un genocidio, como ha sido declarado además por 24 juristas españoles, y como ya ha sido demandado ante el Tribunal Internacional por Crimenes contra la Humanidad.
Si las personas que apoyan este tipo de actos de exaltación y justificación de un genocidio leyeran estas noticias, y no solamente la propaganda israelí, seguramente no se manifestarían ni incurrieran en un delito por exaltación del terrorismo real, el que mata a mas de 1300 personas, la mitad de ellas niños y niñas, eso sí palestinos, que si fueran estos niños y niñas europeos ellos también lo condenarían.
Y todavía hay periodistas que lo apoyan como Almudena Negro, y periódicos que lo publican argumentando la libertad de expresión, aunque esta expresión vulnere la Declaracion de Derechos Humanos, de Derechos del niño, de la Constitución española, del Pacto de Derechos civiles y políticos, de la III y IV Convención de Ginebra, y de toda la legalidad internacional.