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A Federica Montseny en el centenario de su nacimiento

Fuentes: e-leusis.net

En la Jornada sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres inmigrantes, celebrada en Madrid y organizada por la Red de investigación de Salud y Genero (RISG), se conmemoró a Federica Montseny, luchadora por los derechos sexuales de las mujeres. Federica Montseny nació en Madrid el 12 de febrero de 1905. Murió en Toulouse […]

En la Jornada sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres inmigrantes, celebrada en Madrid y organizada por la Red de investigación de Salud y Genero (RISG), se conmemoró a Federica Montseny, luchadora por los derechos sexuales de las mujeres.

Federica Montseny nació en Madrid el 12 de febrero de 1905. Murió en Toulouse (Francia) en 1994. Hija de anarquistas catalanes, procesados en varias ocasiones por sus ideas libertarias. Desde muy joven se afilió a la Confederación Nacional del Trabajo, colaborando en publicaciones anarquistas.

En una familia con arraigo libertario profundo, donde las jerarquías no existen, las instituciones no son válidas, Federica no fue en la infancia a la escuela, su madre maestra le proporciona los conocimientos hasta la edad de ir a la Universidad de Barcelona donde en su día se licencia en Filosofía y Letras.

Es intachable en su trayectoria vital la dedicación a la liberación de la mujer, la lucha continua por los derechos de las mujeres, dentro de unas ideas anarquistas muy claras y definidas.

El 17 de Julio de 1936, un grupo de militares se subleva en Melilla contra el régimen legalmente establecido en el Estado Español. El movimiento se extendió de inmediato a Tetuán, Ceuta y Larache. El día 18, el alzamiento se producía en todas las divisiones militares de la península.

En este contexto el Presidente Azaña encarga formar gobierno a Francisco Largo Caballero que cuenta con todas las fuerzas políticas del momento, incluidos los anarquistas. Es entonces cuando Federica Montseny es nombrada ministra de Sanidad y Asistencia Social en noviembre de 1936, siendo la primera mujer ministra en un gobierno democrático español, cargo que ejerció hasta mayo de 1937 cuando cae el gobierno del socialista Largo Caballero.

La contribución de Federica Montseny a la salud pública y a la consecución de los derechos en salud de las mujeres en España, fue un hito histórico, frustrado por la rebelión militar que dio lugar a una guerra civil y la posterior dictadura militar, con el retroceso consiguiente en los derechos de salud de las mujeres conseguidos durante la II República.

Como ministra, elaboró la primera Ley que reguló el derecho al aborto. Tuvo numerosas iniciativas en el ámbito de la asistencia social, la ayuda a los refugiados y la sanidad publica. Impulso un cambio en la conceptualización tanto de la sanidad publica como del bienestar social que se reorganizó, en medio de la contienda de la guerra civil, para «satisfacer las necesidades de la salud de los proletarios». Se basó esta nueva orientación en un concepto humanístico de la medicina que acentuaba la necesidad de reestructurar los servicios médicos, descentralizándolos y relacionados con el entorno social. La asistencia medica socializada y las medidas sanitarias preventivas fueron la clave para este nuevo enfoque revolucionario que intentaba ofrecer una higiene global y una respuesta social a las necesidades sanitarias de la población.

De acuerdo con los reformadores sexuales anarquistas, Montseny propulsó una reforma de la cultura sexual en la que tanto hombres como mujeres tenían que construir una nueva cultura sexual. Aunque su forma de ver la sexualidad no tenía en cuenta el genero, ella sostenía un concepto muy distinto al de la organización anarquista Mujeres Libres que culpaba a la inmoralidad sexual masculina de mantener la prostitución y dando prioridad en su programa a la supresión de la prostitución. Montseny apoyó esta iniciativa en pro de la abolición del «amor mercenario» pero admitió que su campaña en el Ministerio de Sanidad y Asistencial Social para erradicar la prostitución había fracasado.

Montseny escribió numerosos artículos sobre la emancipación de la mujer y denunció la discriminación sexual existente, incluso en el seno del propio movimiento obrero, no obstante no creía que existiera una cuestión femenina especifica. El prototipo de la nueva mujer que defendía tenía plena confianza en ella y era consciente de que el destino de la humanidad dependía de ella.

Afirmaba que «la mujer es pacifista por temperamento, por la pasión que siente por sus hijos, por su amor a la vida» pero hizo llamamientos a las mujeres para que participaran en la guerra civil del 36 al 39 como único camino hacia la libertad en su propósito de eliminar al fascismo.

Entre sus obras destacan los escritos en la Revista Blanca entre 1923 y 1936 y Cien días en la vida de una Mujer, en 1949, en los que defendió la emancipación económica y sexual de las mujeres y denunció el sexismo.

Bibliografía:

-Carmen Sarasua. 100 Mujeres del siglo XX que abrieron camino a la igualdad en el siglo XXI. Madrid: Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid; 2001.

-Mary Nash. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil. Madrid: Taurus; 1999.

-Susana Tavera. Federica Montseny: la indomable. Madrid: Temas de Hoy; 2005.

-Irene Lozano. Federica Monsteny: una anarquista en el poder. Madrid: Espasa Calpe; 2005.

-Manuel Azaña. Diarios: Cuaderno de la Pobleta. 1937.

<>* Lucia Mazarrasa Alvear. Escuela Nacional de Sanidad, Instituto de Salud Carlos III. Red de Investigación en Salud y Genero RISG.

Emilia Fernández Villaverde, Biblioteca Nacional de Ciencias de la Salud, Instituto de Salud Carlos III.