Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El negocio de impresión sobre tejidos Adiv en el sur de Tel Aviv atiende un flujo constante de clientes, muchos de ellos soldados de uniforme, que van para
Camiseta impresa a pedido de un soldado del ejército israelí de la unidad de francotiradores que dice ‘Un tiro dos muertos’. Muestra el vientre de una mujer palestina en la mira del fusil. |
pedir vestimentas diseñadas al gusto del comprador que muestran la insignia de su unidad, usualmente acompañada por un eslogan y un dibujo a su elección. En otro sitio del local, los bosquejos son convertidos en clichés utilizados para imprimir los productos pedidos, sobre todo camisetas y gorras de béisbol, pero también sudaderas con cremallera, chaquetas de vellocino y pantalones. Un joven árabe de Jaffa supervisa a trabajadores que imprimen las palabras y las ilustraciones, y entrega el producto terminado.
Bebés muertos, madres que lloran sobre las tumbas de sus hijos, un fusil que apunta a un niño y mezquitas destruidas, son unos pocos ejemplos de las imágenes que los soldados del ejército israelí diseñan estos días para que sean impresas sobre camisetas que piden para marcar el fin del entrenamiento, o del servicio activo. Los eslóganes que acompañan a los dibujos tampoco son exactamente anémicos: Una camiseta para francotiradores de la infantería lleva la inscripción «Más vale que uses Durex,» [Durex = marca de preservativos, N. del T.] junto a la foto de un bebé palestino muerto, con su madre en llanto y un osito de peluche a su lado. La camiseta de un francotirador del batallón Shaked de la Brigada Givati muestra a una mujer palestina embarazada con un objetivo superpuesto sobre su vientre, con la consigna, en inglés: «1 tiro, 2 muertos.» Una camiseta de «graduación» para los que han completado otro curso de francotiradores muestra un bebé palestino, que crece hasta ser un niño combativo y luego un adulto armado, con la inscripción: «No importa cómo comience, le pondremos fin.»
Hay también numerosas camisetas con mensajes sexuales obvios. Por ejemplo el batallón Lavi produjo una camiseta que muestra un dibujo de un soldado junto a una joven con magulladuras, y el texto: «¡Apuesto que te violaron!» Unas pocas imágenes subrayan acciones cuya existencia es negada oficialmente por el ejército – como ser «confirmando el muerto» (disparar una bala a corta distancia a la cabeza del enemigo para asegurarse de que está muerto), o el daño a sitios religiosos, o a mujeres o niños no combatientes.
En muchos casos, el contenido es sometido para su aprobación a uno de los comandantes de la unidad. Estos últimos, sin embargo, no tienen siempre control sobre lo que se imprime, porque la ilustración es una iniciativa privada de los soldados de la que nunca son informados. Los dibujos y los textos previamente prohibidos en ciertas unidades han sido aprobados para ser distribuidos en otras. Por ejemplo, camisetas que declaran: «no nos tranquilizaremos hasta que hayamos confirmado el muerto» fueron prohibidas en el pasado (el ejército israelí afirma que la práctica no existe), pero el batallón Haruv imprimió algunas el año pasado.
El eslogan «¡Que toda madre árabe sepa que la suerte de su hijo está en mis manos!» había sido anteriormente prohibido para su uso en la camiseta de otra unidad de infantería. Un soldado del Givati dijo esta semana, sin embargo, que a fines del año pasado su pelotón imprimió docenas de caminas, chaquetas de vellocino y pantalones con esa consigna.
«Tiene un dibujo que muestra a un soldado como Ángel de la Muerte, junto a un rifle y una ciudad árabe,» explica. «El texto era muy fuerte. La parte más divertida es que cuando nuestro soldados llegó a recibir las camisetas, el hombre que las imprimió era árabe, y el soldado se sintió tan mal que le dijo a la muchacha en el mesón que se las trajera.»
¿Es aprobado el diseño por los comandantes?
El soldado del Givati: «Usualmente las camisetas pasan por un proceso de selección por algún oficial, pero en este caso, fueron aprobadas por el sargento del pelotón. Pedimos camisetas para 30 soldados y estaban realmente entusiasmados, y todos quisieron varias y pagaron un promedio de 200 nuevos shékels.»
¿Qué piensa de la consigna que fue impresa?
«No me gustó mucho, pero la mayoría de los soldados la quería.»
Muchas camisetas controvertidas han sido pedidas por graduados de los cursos de francotiradores, que reúnen a soldados de varias unidades. En 2006, soldados del curso del «Equipo Carmon» para tiradores de unidades de elite imprimieron una camiseta con un dibujo que colocaba en el objetivo de la mira de un fusil a un palestino con un cuchillo, y la consigna: «Tienes que correr rápido, correr rápido, correr rápido, antes de que todo se acabe.» Debajo hay un dibujo de mujeres árabes llorando sobre una tumba y las palabras: «Y después lloran, y después lloran.» (Las inscripciones son refranes de una canción popular.] La camiseta de otro francotirador también muestra a un hombre árabe en el objetivo, y el anuncio: «Todo es con la mejor intención.»
G., soldado en una unidad de elite que ha pasado un curso de francotiradores, lo explicó: «es una especie de proceso de vinculación emocional, y también es bien sabido que cualquiera que es francotirador tiene un lío en su cabeza. Nuestras camisetas tienen un montón de dobles sentidos, por ejemplo: ‘Gente mala con buenas intenciones.’ Cada grupo que termina un curso prepara asuntos semejantes.»
¿Cuándo usan esas camisetas?
G. «Son camisetas para andar por la casa, para jogging, en el ejército. No son para salir. Algunas veces la gente te pregunta qué quieren decir.»
Respecto a la camiseta que muestra una diana sobrepuesta sobre una mujer embarazada, dijo: «Hay gente que piensa que no está bien, y yo también lo pienso, pero en realidad no significa nada. Quiero decir que no es como que alguien vaya a ir y disparar contra una mujer embarazada.»
¿Cuál es la idea tras la camiseta de julio de 2007, que tiene la imagen de un niño con el texto «¡Más pequeño – más duro!»?
«Es un niño, de modo que tienes un pequeño problema adicional, moralmente, y también el objetivo es más pequeño.»
¿Aprueban vuestros superiores las camisetas antes de ser impresas?
«Sí, aunque una vez rechazaron alguna camiseta que era demasiado extrema. No recuerdo lo que llevaba puesto.»
Estas camisetas también parecen ser bastante extremas. Por qué dibujar una diana sobre un niño – ¿matáis niños?
«Como francotirador, uno enfrenta un montón de situaciones extremas. De repente ves a un niño pequeño que toma un arma y depende de ti decidir si disparar o no. Estas camisetas son medio jocosas, lindan con la verdad, y reflejan las situaciones extremas que puedes enfrentar. El que de verdad ve al objetivo con sus propios ojos es el francotirador.»
¿Ha enfrentado una situación semejante?
«Afortunadamente, no involucrando a un niño, pero involucrando a una mujer – sí. Era alguien que no sostenía un arma, pero estaba cerca de un área prohibida y podría haber representado una amenaza.»
¿Qué hizo usted?
«No lo enfrenté» (es decir, disparé).
No lo lamenta, imagino.
«No. A quienquiera tuve que disparar, le disparé.»
Una camiseta impresa justo esta semana para soldados del batallón Lavi, que pasó tres años en Cisjordania, dice: «¡Llegamos, vimos, destruimos!» – junto con imágenes de armas, un soldado enfurecido y una aldea palestina con una mezquita destruida en el centro.
Una camiseta impresa después de la Operación Plomo Fundido en Gaza para el Batallón 890 de los Paracaidistas, muestra un soldado parecido a King Kong en una ciudad bajo ataque. La consigna es inequívoca: «¡Si crees que lo pueden reparar, cree que puede ser destruido!»
Y., soldado/estudiante de yeshiva [instituto de estudios generales y bíblicos, N. del T.], diseñó la camiseta: «Tomas a cualquiera [de la unidad] que sepa cómo dibujar y luego se lo das al comandante antes de imprimirla,» explicó.
¿Qué tiene en la mano el soldado?
Y. «Una mezquita. Antes de dibujar la camiseta tuve algunas dudas, porque quería que fuera como King Kong, pero no demasiado monstruoso. El que sujeta la mezquita – quería que tuviera una cara de aspecto más normal, para que no pareciera una caricatura antisemita. Algunos de los que la vieron, me dijeron: ‘¿es lo que vas a mostrar para el ejército israelí? ¿Que destruye casas?’ Comprendo que haya gente que mira desde afuera y lo ve de esa manera, pero estuve en Gaza y subrayaban todo el tiempo que el objetivo de la operación es infligir destrucción a la infraestructura, de manera que el precio que paguen los palestinos y su dirigencia les haga comprender que no vale la pena seguir disparando. De modo que esa es la idea de ‘venimos a destruir’ en el dibujo.»
Según Y., la mayor parte de esas camisetas son usadas estrictamente en un contexto militar, no en la vida civil. «Y dentro del ejército, la gente lo ve de modo diferente,» agregó. «No creo que yo quisiera caminar por la calle con esta camiseta, porque sería criticada. Incluso en mi yeshiva, no creo que a la gente le guste.»
Y. también presentó un diseño para la camiseta que su unidad imprimió al terminar el entrenamiento básico. Muestra un puño destruyendo el símbolo del Cuerpo de Paracaidistas.
¿De dónde salió el puño?
«Recuerda el símbolo del [rabino Meir] Kahane. Lo tomé de un emblema para algo en Rusia, pero básicamente debe parecerse al símbolo de Kahane, el de ‘Kahane tenía razón’ – es una especie de chiste. El comandante de nuestra compañía es algo entusiasta.»
¿Fue impresa la camiseta?
«Sí. Fue una camiseta de la compañía. Imprimimos 100 de ese modelo.»
En enero pasado, el pelotón de demoliciones «Depredadores Nocturnos» del Batallón 13 de Golani pidió una camiseta mostrando un diablo Golani detonando una carga que destruye una mezquita. Una inscripción sobre ella dice: «Sólo Dios perdona.»
Uno de los soldados en el pelotón la minimiza: «No significa gran cosa, es sólo una camiseta para nuestro pelotón. No es nada importante. Un amigo mío hizo un dibujo y lo convertimos en una camiseta.»
¿Cuál es la idea tras «Sólo Dios perdona»?
El soldado: «Es sólo un dicho.»
¿A nadie le causó un problema el hecho de que hagan volar una mezquita en el cuadro?
«No veo qué es lo que se propone. No me gusta la manera cómo está tratando el asunto. No lo lleve a alguna parte a la que no debiera llevarlo, como si odiáramos a los árabes.»
Después de la Operación Plomo Fundido, soldados del batallón imprimieron una camiseta mostrando a un buitre que penetra sexualmente al primer ministro de Hamás, Ismail Haniyeh, todo acompañado por un texto particularmente pictórico. S., soldado en el pelotón que pidió la camiseta, dijo que la idea provino de una camiseta semejante, impresa después de la Segunda Guerra del Líbano, que mostraba a Hassan Nasrallah en lugar de Haniyeh.
«Cosas como esa no la aprueban al nivel de compañía. Es una camiseta que produjimos sólo para el pelotón,» explicó S.
¿Cuál es el problema con esa camiseta?
S.: «Molesta a alguna gente ver esas cosas, desde un punto de vista religioso…»
¿Cómo reaccionó la gente que la vio?
«No tenemos muchos ortodoxos en el pelotón, de modo que no fue un problema. Es sólo algo que los muchachos quieren producir. Es más para andar por la casa, y no dentro de las compañías, porque molesta a la gente. Sobre todo a los ortodoxos. Los oficiales nos dicen que es mejor no usar camisetas semejantes en la base.»
Los dibujos impresos en años recientes en la fábrica Adiv, una de las mayores de su tipo en el país, están ordenados en cajones según los nombres de las unidades que las piden: Paracaidistas, Golani, Fuerza Aérea, francotiradores, etc. Cada cajón contiene cientos de dibujos, archivados por año. Muchas de las impresiones son caricaturas y consignas sobre la vida en la unidad, o chistes internos que no serían comprendidos por extraños (y que tampoco les interesarían), pero un puñado refleja una particular agresividad, violencia y vulgaridad.)
El gerente de la imprenta Haim Yisrael, quien ha trabajado allí desde comienzos de los años ochenta, dijo que Adiv imprime cerca de 1.000 modelos diferentes cada mes, y la mitad son para soldados. Yisrael recuerda que cuando comenzó, apenas había pedidos del ejército.
«Los primeros que hicimos fueron para la brigada Nahal,» dijo. «Después otras unidades de infantería comenzaron a imprimir camisetas, y ahora todo curso con 14 participantes imprime camisetas.»
De vez en cuando, los oficiales se quejan. «A veces los soldados hacen cosas que son chistes internos que sólo ellos entienden, y a veces hacen alguna tontería que los lleva a un extremo,» explicó Yisrael. «Ha habido unas pocas veces en las que los oficiales llamaron y dijeron: «¿Cómo podéis imprimir cosas semejantes para soldados? Por ejemplo, camisetas que insultaban demasiado a los árabes. Les dije que es una compañía privada, y que no me interesa el contenido. Puedo imprimir lo que quiera. Somos neutrales. Siempre ha habido algunas más extremas que otras. Es sólo que ahora más gente hace camisetas.»
La carrera por ser especial
Evyatar Ben-Tzedef, investigador asociado en el International Policy Institute for Counter-Terrorism y editor de la publicación del ejército israelí Maarachot, dijo que el fenómeno de camisetas hechas al gusto del comprador es un producto de «la carrera demencial de la infantería por ser especial. Yo, por ejemplo, sólo tenía una camiseta que recibí después de la Guerra de Yom Kippur. Decía: ‘Escuela para Oficiales,’ y era todo. Lo que pasó desde entonces es producto de la decisión de asignar un emblema y una boina a cada unidad. Después de todo, solía haber muy pocas boinas: negra, roja o verde. Eso cambió en los años noventa. [Las camisetas] se desarrollaron porque para propósitos de vinculación emocional, cada unidad creó algo que era especial para ella.
«En la actualidad el contenido impreso en las camisetas es a veces deplorable,» explicó Ben-Tzedef. «Resulta del hecho de que la profanidad es muy aceptable y normativa en Israel, y que hay una falta de respeto por los seres humanos y su entorno, que incluye el racismo orientado en todas direcciones.»
Yossi Kaufman, quien modera el foro del ejército y la defensa en el sitio de Internet «Fresh», sirvió en el Cuerpo de Blindados desde 1996 a 1999, «También dibujé camisetas, y recuerdo la primera,» dijo. «Tenía un pequeño emblema al enfrente y algún chiste privado, como ser: ‘Cuando muramos, iremos al cielo, porque ya hemos pasado por el infierno.'»
Kaufman también ha visto camisetas del tipo descrito anteriormente. «Sé que hay camisetas semejantes,» dice. «He oído hablar y también he visto algunas. No son camisetas que los soldados puedan ponerse en la vida civil, porque los lapidarían, ni tampoco en una reunión del batallón, porque el comandante del batallón se enfadaría. Las usan en muy pocas ocasiones. Hay todo tipo de humor negro, sobre todo de francotiradores, como ser: ‘no te molestes por correr porque morirás cansado’ – con un dibujo de un niño palestino, no de un terrorista. Hay una camiseta del Golani o Givati de un soldado violando a una muchacha, y dice debajo: ‘¡sin vírgenes no hay ataques terroristas!’ Me reí, pero fue bastante horrible. Cuando me pedían que dibujara cosas semejantes, decía que no era apropiado.»
La Oficina del Portavoz del ejército israelí comenta sobre el fenómeno: «Las regulaciones militares no se aplican a la ropa civil, incluidas camisetas producidas al final del entrenamiento básico y de varios cursos. Los diseños son impresos por iniciativa privada de los soldados, y en camisetas civiles. Los ejemplos presentados por Haaretz no corresponden a los valores del espíritu del ejército israelí, no son representativas de la vida del ejército israelí, y son de mal gusto. Humor de ese tipo merece toda condena y severa censura. El ejército israelí tiene intención de actuar para erradicar de inmediato este fenómeno. Con ese fin, recalca a los oficiales a cargo que es apropiado, entre otras cosas, tomar medidas discrecionales y disciplinarias contra los que están involucrados en actos de este tipo.»
Shlomo Tzipori, teniente general en la reserva y abogado especializado en la ley marcial, dijo que el ejército responsabiliza a soldados por acusaciones relacionadas con ofensas que ocurren fuera de la base y durante su tiempo libre. Según Tzipori, consignas que constituyen un «insulto al ejército o a los que están con uniforme» son motivos para una corte marcial, por acusaciones de «conducta vergonzosa» o «infracción disciplinaria,» que son cláusulas generales en el derecho judicial marcial.
La socióloga Orna Sasson.-Levy, de la Universidad Bar-Ilan, autora de «»Identities in Uniform: Masculinities and Femininities in the Israeli Military» [Identidades en uniforme: masculinidades y femineidades en las fuerzas armadas israelíes], dijo que el fenómeno forma parte de un proceso de radicalización que sufre todo el país, y los soldados están a la vanguardia. Pienso que desde la segunda Intifada ha habido un continuo giro a la derecha. La salida de Gaza y su resultado – la calma que nunca tuvo lugar – condujo a un giro ulterior hacia la derecha.
«Esa tendencia se ve del modo más impactante entre soldados que enfrentan a diario diversas situaciones en los territorios. Hay menos meticulosidad que en el pasado, y más insensibilidad. Existe una percepción de que el palestino no es una persona, un ser humano merecedor de respeto a sus derechos básicos, y que por lo tanto se le puede hacer cualquier cosa.»
¿Podría la impresión de vestimenta ser considerada también como un medio para descargar agresión?
Sasson-Levy: «No. Pienso que fortalece y estimula la agresión y la legitima. Lo que me preocupa es que una camiseta es algo permanente. Los soldados la llevan después en la vida privada; sus amigas las usan después. No es una declaración, sino más bien algo físico que persiste, que está ahí en el mundo. Más allá de eso, pienso que el vínculo hecho entre puntos de vista sexistas y nacionalistas, como en la camiseta ‘Jode a Haniyeh’, es interesante. El nacional chovinismo y el chovinismo de género se combinan y se fortalecen mutuamente. Establece una masculinidad conformada por la agresión violenta contra mujeres y árabes; una masculinidad que considera legítimo hablar de modo brutal y violento hacia las mujeres y los árabes.»
El coronel (de la reserva) Ron Levy inició su servicio militar en la fuerza elite de comandos Sayeret Matkal durante la Guerra de Seis Días. Fue psicólogo jefe del ejército israelí, y dirigió el departamento de salud mental del ejército en los años ochenta.
Levy: «Estoy familiarizado con el hecho de que cosas de este tipo existen desde hace 40, 50, años, y que cada vez toman una forma diferente. Hablando desde el punto de vista psicológico, es una de las maneras mediante las cuales los soldados proyectan su cólera, frustración y violencia. Es una cierta expresión de cosas, que yo llamo ‘bajo el cinturón'»
¿Piensa que es una buena manera de descargar la cólera?
Levy: «Es segura. Pero en este caso también hay cosas que se desvían de la norma, y se podría decir que quienquiera que crea esas cosas ha llegado a un cierto nivel de normalidad. Expresa el hecho de que lo que es considerado anormal hoy podría no serlo mañana.»