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A pesar del alto el fuego parcial, en Siria sigue utilizándose la muerte por inanición como arma de guerra

Fuentes: The Guardian

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

En Siria sigue utilizándose la muerte por inanición como arma de guerra, a pesar del alto el fuego parcial decretado para suavizar la profunda crisis humanitaria existente y abrir una vía política que pueda llevar al fin de la guerra.

Casi seis semanas después del inicio del alto el fuego, los representantes de las ONG dicen que no se está consiguiendo el objetivo y que ha sido imposible hacer llegar la ayuda a las zonas asediadas por el gobierno sirio.

Según Médicos Sin Fronteras, las últimas dos semanas han sido particularmente duras en las zonas controladas por la oposición cercanas a Damasco, donde dos hospitales fueron bombardeados, el último doctor que quedaba en la cercana ciudad de Zabadani fue asesinado por los disparos de un francotirador, se retiraron productos médicos vitales de los convoyes de la ayuda y el acceso a las áreas más castigadas y empobrecidas prosigue bloqueado.

La ONU está asimismo informando del empeoramiento de la crisis humanitaria, con los representantes del gobierno negando rutinariamente los permisos necesarios para que los camiones pueden llevar alimentos y medicinas a las quince zonas que tienen bajo asedio por todo el país. Jan Egeland, asesor especial del Enviado de la ONU a Siria, dijo que en los últimos días no se había permitido que cuatro o cinco convoyes pudieran desplazarse.

«En dos lugares a los que pudimos ir, Tiermalah y Afrin, unas 45.000 personas pudieron aliviar su situación con la ayuda entregada», dijo Egeland. «Hasta ahora hemos podido llegar a 446.000 personas que se encontraban en zonas de difícil acceso y bajo asedio desde que comenzó el año, pero los desplazamientos resultan cada vez más difíciles».

Las áreas de difícil acceso son zonas en las que los asedios por hambre han sido impuestos por el régimen sirio o sus aliados a lo largo de una guerra que dura ya más de cinco años.

Hay otras tres partes de Siria que están también bajo asedio, dos por el Estado Islámico y una por fuerzas islamistas al norte de Alepo que tienen parcialmente rodeados dos pueblos chiíes.

Sin embargo, las zonas bajo control de la oposición de Ghuta, Duma, Barzeh y Daraya, en los alrededores de Damasco, y Zabadani y Madaya, más próximas a la frontera libanesa, siguen siendo las más gravemente afectadas; hay informaciones de nuevas muertes por hambre y extendida desnutrición.

En Daraya, las mujeres que allí permanecen escribieron esta semana una carta instando a que se renovaran los esfuerzos para entregar la ayuda. «No hay ningún alimento en Daraya», empezaba la carta. «Hay casos de desnutrición y hemos tenido que acabar cocinando sopas hechas únicamente con especias para no sentir tanto el hambre. No hay leche maternizada y las mujeres con bebés no tienen ya leche debido a la desnutrición. Incluso es imposible conseguir algo tan sencillo pero necesario como el detergente para lavar los platos. No hay productos de limpieza para poder asegurar un mínimo de higiene y evitar enfermedades».

Las autoridades sirias habían prometido que iban a permitir que llegara ayuda a las zonas que tiene cercadas una vez implantado el alto el fuego anunciado por el presidente ruso Vladimir Putin. El alto el fuego ha reducido los ataques, pero excluye las zonas controladas por grupos terroristas como el Estado Islámico o Yabhat al-Nusra. Los grupos de la oposición han sido también atacados, especialmente en las zonas deprimidas.

Médicos Sin Fronteras informó que dos hospitales en los que trabajan en el este de Ghuta fueron bombardeados la pasada semana, matando a 38 personas e hiriendo a 87, incluidos cinco integrantes del equipo médico. «Los doctores con los que estamos hablando manifiestan que no han recibido ayuda alguna en Daraya y Duma, que los accesos humanitarios oficiales siguen completamente bloqueados. Barzeh, cerca de Damasco, y Al Waer, cerca de Homs, se enfrentan asimismo al repetido cierre de accesos, dijo el Dr. Bart Janssens, director de operaciones del grupo médico.

«Cuando los convoyes pasan por otras zonas, los doctores con los que trabajamos dicen que se han eliminado elementos vitales como suministros quirúrgicos y anestésicos y bolsas de sangre. Las cantidades de fluido I.V. recibidas son también mucho menores de las que necesitan.»

Las negociaciones de paz deben reanudarse este mes en Ginebra, pero es probable que permanezcan en punto muerto respecto al futuro del presidente sirio, Bashar al-Asad, con los grupos de la oposición insistiendo en que debe marcharse antes de poder iniciar una transición política, pero cuyo papel, según Rusia e Irán, está fuera de toda discusión.

Martin Chulov cubre la información sobre Oriente Medio para The Guardian desde hace once años. En 2015 recibió el Premio Orwell de periodismo.

Fuente: http://www.theguardian.com/world/2016/apr/08/starvation-in-syria-remains-weapon-of-war-despite-partial-ceasefire

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión como fuente de la misma.