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A un año de la enfermedad de Fidel Castro

Fuentes: La Jornada/Rebelión

Sin señales sobre cuánto tiempo más seguirá el gobierno provisional Raúl Castro está a punto de cumplir un año al frente del gobierno de Cuba, sin que haya señales sobre cuánto tiempo más serán provisionales sus funciones o si habrá un nuevo ajuste en el esquema de mando antes de las elecciones generales de 2008, […]

Sin señales sobre cuánto tiempo más seguirá el gobierno provisional

Raúl Castro está a punto de cumplir un año al frente del gobierno de Cuba, sin que haya señales sobre cuánto tiempo más serán provisionales sus funciones o si habrá un nuevo ajuste en el esquema de mando antes de las elecciones generales de 2008, mientras el presidente Fidel Castro permanece recluido en convalecencia, con una mayor presencia simbólica en público, pero sin ofrecer indicios, a su vez, de que vaya a reanudar pronto el ejercicio de sus cargos.

Desde que una hemorragia intestinal obligó al mandatario a delegar temporalmente el poder en su hermano menor, el 31 de julio de 2006, pueden distinguirse al menos tres periodos. En el primero, (julio-diciembre de 2006), el presidente cubano fue visto por televisión en situación delicada. El mismo reveló que al fracasar la primera cirugía tuvo que pasar por «varias» más y que en el estallido de la crisis quedó «entre la vida y la muerte».

En agosto de 2006, dos décadas después de haber salido del primer círculo, el comandante Ramiro Valdés fue designado ministro de la Informática y las Comunicaciones y tres meses más tarde, como parte de la generación de la Sierra Maestra, proclamó a Raúl Castro «cancerbero» (guardián) del sistema político cubano.

El primero de diciembre el vicepresidente Carlos Lage prometió que la dirigencia enfrentaría unida la ausencia de Fidel. Un día después, ante el mayor desfile militar desde 1986, Raúl ratificó la posición de resolver en forma negociada el conflicto con Estados Unidos. El ejercicio del mando se había traspasado con cohesión en la cúpula, sin conmociones internas ni la intervención estadunidense.

Un segundo periodo fue el primer trimestre de 2007, dominado por señales de una recuperación progresiva del paciente. El año nuevo marcó claramente un cambio. Acompañado de Hugo Chávez, Fidel Castro reapareció en imágenes en las que tenía un aspecto mejor que el del semestre anterior.

El tercer ciclo se inició el 29 de marzo, cuando el mandatario empezó a difundir artículos, recibió sucesivamente a dirigentes de China y de Vietnam; al boliviano Evo Morales, al nicaragüense Daniel Ortega y nuevamente a Chávez, y habló 50 minutos en la televisión.

En este periodo los códigos indican que, además de una mejoría en su salud, Castro mantiene una reducida actividad, cuyo límite está marcado por su ausencia de actos públicos desde el 26 de julio de 2006. En lo que va de este año sólo se le ha visto por televisión en dos breves videos y en su intervención del 5 de junio, por lo que su presencia masiva descansa en la publicación de comentarios.

Cuando el mes pasado murió Vilma Espín, la pérdida más notable para la generación histórica de la revolución cubana en más de un cuarto de siglo, Fidel Castro sólo envió coronas a los funerales y difundió un artículo, según el registro público. En mayo advirtió que estaba concentrado en el cuidado médico, la lectura y las publicaciones, señaló la acechanza de sus 80 años de edad y las secuelas de una salud «de la cual abusé». Las señales sugieren que la recuperación no es obligatoriamente una línea recta, sino a que puede tener quiebres y mesetas.

El 18 de junio apareció su Reflexión y Manifiesto para el pueblo de Cuba, donde, en palabras de un experimentado observador extranjero, «trazó sus líneas rojas». Hasta entonces los comentarios rondaban un terreno compacto: economía, conflictos internacionales y Estados Unidos. Castro volvió de lleno a la situación interna del país, con una crítica a la apertura económica de la década pasada y a una repetición de la experiencia.

Una semana después, la Unión de Jóvenes Comunistas hizo público su apoyo al Manifiesto y Castro respondió: «Si los jóvenes fallan, todo fallará. Es mi más profunda convicción que la juventud cubana luchará por impedirlo. Creo en ustedes».

La clave de esos mensajes parece estar en el discurso del 17 de noviembre de 2005 en la Universidad de La Habana, cuando el mandatario expuso su tesis de que el sistema político en la isla puede derrumbarse si persisten la desigualdad, la ineficiencia, la corrupción y el mercado negro. Castro dijo entonces que la Unión Soviética pudo salvarse y que en Cuba la salida tiene dos caminos: primero, la ética (es decir, las convicciones, la persuasión de los demás, la voluntad, la conciencia del deber, la disciplina, la «batalla contra vicios»); luego, una economía basada en el ahorro y el consumo austero. Y dijo que toca a la nueva generación cargar con esa tarea.

Todavía este mes volvió al punto, al recordar la inequidad y su reflejo en el ánimo de la población: «La falta real y visible de igualdad y la carencia de información pertinente da lugar a opiniones críticas, sobre todo en los sectores más necesitados».

Castro ha vuelto a los temas que tenía sobre la mesa antes de la crisis y hasta ofreció hace dos semanas una muestra de que también regresó a observar detalles: en una crítica al despilfarro, en un artículo impugnó a «un distinguido burócrata» (al parecer un funcionario deportivo), que habló en la televisión de aumentar el envío de delegaciones al extranjero.

Más aún: Carlos Valenciaga, asistente de Castro y el jefe del Equipo de Coordinación y Apoyo (un minigabinete presidencial), Manuel Menéndez, han aparecido este mes en primera fila en actos públicos, contra la costumbre, en un gesto que indica la presencia del grupo de trabajo inmediato del mandatario en asuntos relevantes de la agenda nacional.

Valenciaga dijo en un discurso la semana pasada que Castro, personalmente, revisó en detalle la ubicación laboral de más de mil 300 recién graduados de ciencias informáticas.

Son crecientes las señales de actividad política del mandatario, pero aún se desconoce una versión oficial sobre la enfermedad y su evolución, ni queda claro si Castro volverá a ejercer plenamente el mando, una eventualidad que siempre ha estado abierta desde que en la Proclama del 31 de julio de 2006 delegó sus funciones «con carácter provisional» y hasta designó tareas en el equipo de gobierno.

Tampoco hay indicios sobre su eventual candidatura a la sexta relección consecutiva como jefe de Estado y de gobierno. Dentro de tres meses serán los comicios para elegir autoridades municipales. Este será el primer escalón de un proceso que desembocará a principios de 2008 con la elección de gobiernos provinciales y el Parlamento: la antesala de un nuevo mandato presidencial. Las decisiones aguardan.

El mandato provisional de Raúl Castro abre intenso debate económico en Cuba

Bajo el mandato provisional de Raúl Castro, iniciado hace casi un año, el gobierno cubano movió los reflectores hacia la crítica escasez de alimentos, el burocratismo y la ineficiencia y abrió en esa forma un debate económico, que coincide con discusiones surgidas en otros medios y está produciendo una tormenta de ideas sobre el futuro de la isla.

El cruce de opiniones surgidas de fuentes institucionales, como el Parlamento y el Partido Comunista de Cuba (PCC), de sectores académicos y artísticos o de particulares, ha ocupado espacios formales, publicaciones, el correo electrónico y sitios web, e incluye iniciativas para revisar y reformar el funcionamiento del sistema socialista en el país, aunque preservando sus bases.

La irrupción de diversos polos de discusión ocurre en ausencia del más influyente foro nacional, el congreso del PCC, que debía sesionar cada cinco años, pero no se ha convocado desde su reunión de octubre de 1997.

En el primer semestre el campo recibió una inyección de recursos, cuando el gobierno liquidó un adeudo con los agricultores privados y las cooperativas. Aunque la revisión del caso tenía más de un año, Raúl Castro precipitó en diciembre la ampliación del debate, primero en el Parlamento y luego en el gobierno.

La discusión derivó en parte a la depresión del campo. El líder de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, Orlando Lugo, reseñó a la prensa algunos componentes del nudo principal: una porción de tierras cultivables está ociosa; faltan tractores, maquinaria, combustible y piezas de repuesto para los camiones; hay mercancía que se trae de la provincia a la capital, cuando se puede producir cerca de La Habana; los obreros agrícolas, que trabajan para campesinos privados, ganan más que en las cooperativas de producción, donde escasea la fuerza laboral, entre otras causas porque ya se jubiló la generación que las fundó en los años 70 y no hay un relevo estable.

Lugo dijo que se discuten tres posibles líneas de acción: a) reformas legales para explotar las tierras ociosas, b) mecanismos de organización para mejorar la eficiencia y c) oferta de combustible, sistemas de riego e insumos para las cooperativas de crédito y servicios (productores independientes).

Quizá por ser un caso emblemático, la alimentación se convirtió en un punto de partida para indagar cómo combatir la ineficiencia. En el segundo trimestre del año Raúl Castro pidió opiniones y el PCC hizo un sondeo nacional en la planta productiva, dijeron a La Jornada fuentes enteradas del ejercicio.

La consulta fue exhaustiva y ofreció un panorama tan amplio de alternativas, que «llegó a dibujarse otro país», según las fuentes. Despuntó la opinión de que ahora el problema principal es el manejo centralizado de divisas y la consecuente pérdida de autonomía de gestión en las empresas.

Desde hace más de dos años toda la moneda fuerte que cae en cualquier caja de recaudación estatal, por cualquier concepto, se deposita en una cuenta única que maneja el Banco Central. Las operaciones en divisas de los ministerios o empresas deben ser autorizadas por el banco antes de cerrar el contrato.

Además de opiniones de cubanos particulares que circulan en Internet sobre temas de la agenda nacional, coincidió con este remolino la aparición de dos publicaciones significativas: la segunda edición de Reflexiones sobre economía cubana (Editorial de Ciencias Sociales), y el número doble 50-51 de la revista Temas, dedicado a «transiciones».

En el volumen sobre economía, 13 especialistas de cinco centros académicos sugieren reformas y nuevas líneas de acción como estas: avanzar hacia una economía basada en el conocimiento (salud, biotecnología, informática) no elimina, sino exige, potenciar la explotación de los recursos naturales; una fuerza laboral instruida no es garantía de desarrollo y requiere un entorno de eficacia y eficiencia así como más flexibilidad, descentralización, fomento y regulación de la competencia en sectores como el informático; aumentar y mejorar la oferta al mercado interno es una vía de captación de los recursos en divisas concentrados en un sector de población.

También hay iniciativas como que el Estado ceda la gestión productiva a los campesinos y se estimule la fuerza laboral agrícola; considerar el aprovechamiento de remesas en pequeñas y medianas inversiones familiares; facilitar cooperativas de servicios urbanos y en los sectores subsidiarios de la industria; balancear el papel del mercado y el racionamiento en la distribución; ampliar la inversión extranjera a sectores alimentadores del turismo, formando cadenas integradoras y detonar una relación dinámica entre el campo y la industria;

Otras opiniones dicen que la «Matriz Bolivariana» (paquete de acuerdos principalmente con Venezuela) mejoró sustancialmente la posición del país, pero es insuficiente como vía de desarrollo; se requiere una industrialización que permita al país crear bienes de capital y disputar cuotas de producción, con base en la tecnología y el uso intensivo de la fuerza laboral calificada; no tiene base la hipótesis de una economía basada exclusivamente en los servicios.

En su más reciente edición, Temas publica un simposio en el que siete académicos, dos dirigentes juveniles, un juez y un viceministro, de distintas generaciones, opinan sobre «la transición socialista en Cuba», un tópico casi inexistente en los espacios públicos de la isla.

El resultado es un arco muy amplio de opiniones e incluye desde la percepción de que el camino para el futuro del país está trazado y no hay más que seguir la línea oficial, hasta inquietudes como estas: el socialismo tiene una segunda oportunidad para «repensarse»; el Estado debe regular, pero abrirse a la economía mixta, la inversión local y la autonomía empresarial; el mercado y la propiedad social requieren un nuevo debate; la visión actual sobre el capitalismo «es más ingenua y menos militante, lo que daña el consenso»; faltan nuevas formas de participación ciudadana para renovar el consenso interno; urge cambiar mecanismos institucionales que impiden la expresión de la gente; el sistema del poder popular «requiere un nuevo aire»; al socialismo cubano le hacen falta mayores niveles de prosperidad material ciudadana.

En el primer semestre de 2007 también empezó a trabajar una comisión académica sobre la naturaleza de la propiedad en el sistema socialista, que entre otros puntos se preguntará si se puede «tener un sistema empresarial estatal en Cuba liberado de ataduras burocráticas».

El espontáneo repudio de algunos escritores a la reaparición pública de censores de los años 70, originó en enero una intensa polémica por correo electrónico, que desembocó en un ciclo de conferencias alentado por la revista Criterios. Los debates continúan y ya rebasaron el tópico original, la represión de intelectuales, para revisar la historia reciente del país a través de su política cultural.

La protesta tuvo un primer impacto, cuando la televisión transmitió dos de las decenas de películas cubanas censuradas en ese medio, una de las cuales es la emblemática Fresa y chocolate, una defensa de la diversidad sexual que es, coincidentemente, otro ámbito de debate reciente en Cuba, a raíz de una proyecto de ley para reconocer derechos plenos a las parejas del mismo sexo.

Los siguientes son los hechos más relevantes desde que la enfermedad le obligó a delegar en su hermano Raúl.

  • 26 de julio de 2006. Fidel Castro pronuncia su último discurso, con motivo del 53 aniversario del asalto al cuartel Moncada, una decisiva operación militar que le abriría las puertas del poder. Es la última vez que se le ve en público.
  • 27 de julio. Es operado, de una hemorragia intestinal, por primera vez. La intervención se mantiene en secreto.
  • 31 de julio. El hermano de Fidel, Raúl Castro, toma el poder. El mismo comandante en jefe decreta las informaciones sobre su estado de salud «secreto de Estado».
  • 13 de agosto. Celebra su 80 cumpleaños en el hospital. Se publican las primeras fotografías tras la intervención, en compañía del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. También se difunde el primer vídeo de su convalecencia.
  • 1 de septiembre. Se difunde el segundo vídeo. También aparece en compañía de Chávez.
  • 7 de octubre. La revista estadounidense ‘Time’ asegura que sufre «un cáncer terminal». Raúl Castro desmiente al día siguiente esa información.
  • 2 de diciembre. Se celebran los festejos oficiales por su cumpleaños, pero Fidel no aparece en público, en contra de los rumores que venían circulando. Raúl Castro anuncia, en un discurso, la intención de Cuba de solucionar en la mesa de negociaciones sus litigios con Estados Unidos.
  • 26 de diciembre. El médico español José Luis García anuncia que Fidel no padece cáncer. García le ha estado examinando en La Habana.
  • 30 de diciembre. Fidel afirma en un mensaje que su convalecencia no es «una batalla perdida».
  • 30 de enero de 2007. Aparece en un nuevo vídeo, el sexto, de nuevo junto a Chávez.
  • 27 de febrero. Fidel y Chávez conversan por teléfono durante 32 minutos. Parte de la conversación es difundida en el programa de televisión del presidente venezolano.
  • 21 de marzo. El escritor Gabriel García Márquez visita al líder cubano.
  • 29 de marzo. Primer artículo periodístico de Fidel, que escoge esta vía para comunicarse con sus compatriotas. El artículo trata sobre los biocarburantes.
  • 24 de mayo. Reconoce públicamente haber sufrido «varias» intervenciones quirúrgicas.
  • 2 de junio. Se encuentra con el líder comunista vietnamita, Nong Duc Manh, durante dos horas. Se difunde el octavo vídeo.
  • 5 de junio. La televisión cubana transmite la primera entrevista con Fidel. La conversación dura 52 minutos, en los que aparece en buen estado. Afirma que el mayor peligro es su edad.
  • 7 de junio. Recibe el presidente boliviano, Evo Morales.
  • 12 de junio. Nueva entrevista con Chávez. Charlan durante seis horas.
  • 16 de junio. Recibe la visita de otro de sus amigos, el nicaragüense Daniel Ortega. Esta vez el encuentro se prolonga cuatro horas.
  • 22 de junio. Evo Morales declara que Fidel ha sido operado al menos «10 veces».
  • 20 de julio. Publica un nuevo artículo, sobre los Juegos Panamericanos de Río. Ha escrito 30 desde que cayó enfermo.