Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Caty R.
En la noche del viernes 11 al sábado 12 de agosto el Consejo de Seguridad de la ONU votó y aprobó, por unanimidad de sus 15 miembros, la Resolución 1701. Esta resolución satisface totalmente a Israel y al imperialismo. Simon Peres declara: «Hemos obtenido satisfacción para casi todas nuestras exigencias. Sin precedentes». El examen del texto le da toda la razón:
La ONU considera que fue Hezbolá quien desencadenó las hostilidades y, por tanto, que Israel no hizo más que defenderse: «se declara profundamente preocupada por la continua escalada de las hostilidades entablada por Líbano e Israel desde el ataque de Hezbolá a Israel el 12 de julio de 2006». Es decir, por apresar a dos soldados israelíes (para conseguir la liberación de cientos de libaneses, incluidos niños, encarcelados en Israel) -que según Hezbolá y el Gobierno de Líbano fueron capturados en territorio libanés-, la resistencia libanesa es responsable de la campaña israelí de terror y destrucción de Líbano. Para la ONU, los resistentes son los culpables e Israel no hizo más que responder (la resolución ni siquiera dice que Israel lo hizo de manera «desproporcionada», sólo habla de escalada por parte de los dos bandos). Así que después de haber destruido Líbano, Israel puede lavarse las manos, la ONU ni siquiera le exige una participación económica para la reconstrucción del país.
Al identificar la causa principal de esta crisis, la ONU reclama «la liberación incondicional de los [dos] soldados israelíes capturados». Es decir, obliga a la resistencia a liberar en el acto y sin contrapartida a los dos soldados israelíes. Por el contrario, la ONU no exige la liberación de los resistentes libaneses encarcelados en Israel, se contenta con una fórmula hueca, limitándose a decir que es «consciente del carácter delicado de la cuestión de los presos y fomentando los esfuerzos destinados a regular urgentemente el asunto de los prisioneros libaneses encarcelados en Israel». Resumiendo, Israel puede quedarse con los prisioneros libaneses con la bendición de la «comunidad internacional».
La resolución no exige la retirada inmediata de las tropas de ocupación de Líbano. La ONU dice simplemente que «hay que actuar de modo que esta retirada se produzca cuanto antes». Es decir, la ONU deja que el Estado de Israel termine tranquilamente el trabajo sucio. Al final de las operaciones «ofensivas» destinadas a conquistar toda la zona comprendida entre la frontera y el río Litani, Israel anuncia su voluntad de permanecer algún tiempo (dos semanas según las últimas declaraciones) para «limpiar» (según su expresión) la zona conquistada. Y la ONU se lo permite, ya que sólo le pide que cese la «ofensiva militar». Cuando acabe la «limpieza», Israel podrá pasar el relevo a una fuerza internacional (FINUL) de 15.000 hombres.
Aunque Israel ha devastado y ocupa una parte de Líbano, la ONU considera que la gran amenaza que hay que neutralizar es la resistencia. Así pues, las tropas internacionales no se desplegarán en el Estado de Israel para neutralizar sus veleidades bélicas, sino en el sur de Líbano (precisamente en la parte de Líbano que Israel va «a limpiar» antes de pasarle el relevo a la ONU) para ayudar al Gobierno libanés a aplicar la Resolución 1559 de la ONU, es decir, a desarmar a la resistencia. La ocupación imperialista de Líbano tiene por objeto impedir todas las operaciones de la resistencia libanesa contra Israel, dejando completamente aislada a la resistencia palestina.
La resolución no exige que Israel deje la parte de Líbano que ocupa desde 1967 (las granjas de Chebaa). Se limita a decir que: «toma debida nota de las propuestas presentadas en el plan, de siete puntos que conciernen al sector de las explotaciones de Chebaa (…)». Por tanto Israel podrá seguir ocupando esta parte del territorio libanés y la fuerza internacional lo protegerá de la resistencia libanesa.
Por último, recordemos que la ONU no tiene estrictamente nada que decir sobre las operaciones de Israel en Gaza y Cisjordania. En estos territorios Israel sigue con sus operaciones armadas que destrozan a la población, secuestra a los representantes elegidos por el pueblo palestino, etcétera, sin que la «comunidad internacional» se conmueva. Detener a dos soldados de un Estado racista y colonial es para la comunidad internacional mucho más grave que la opresión del pueblo palestino y las exigencias que conlleva.
http://bellaciao.org/fr/article.php3?id_article=32437
Caty R. es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft y se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.